viernes, 7 de diciembre de 2012

Vivir la adolescencia como algo positivo



José Román Vázquez. Monitor del Grupo Calasanz de Logroño.

¿Qué le pasa por la cabeza a un ado­lescente? ¿Realmente resulta tan complicado que un adolescente se entienda con los adultos que le rodean? ¿Es posible pasar por esta etapa sin hacer sufrir a los padres?
Lejos de dar explicaciones teóri­cas, creo que, tras algo más de 15 años de reuniones semanales con pequeños grupos de adolescentes, de convivencias y campamentos de varios días, puedo compartir mi ex­periencia al respecto en estas pocas líneas.
El adolescente vive en una fase vital especialmente confusa de madura­ción personal, emocional y sexual, que conlleva evidentes cambios corporales; quiere que le traten como a un adulto, cuando aún no se ha desarrollado plenamente, y a su vez quiere seguir siendo un niño cuando las responsabilidades o las circunstancias le abruman. En su día a día conviven el egoísmo infantil y la necesidad de socializar con ami­gos, compañeros, pareja,…
El adolescente busca su identi­dad, quiere ser independiente y le molesta mucho que invadan su intimidad, que controlen su pe­queño mundo, que le pregunten continuamente qué hace, adónde va, con quién sale,… Es lógico que a los padres les resulte difícil dejar de verles como niños totalmente dependientes, pero es fundamen­tal para su desarrollo darles libertad para desenvolverse en el mundo de los adultos. Somos los adultos los que debemos vencer el miedo a que les pase algo, a que se equi­voquen; solo tenemos que recordar que hemos pasado por todo esto y que equivocarnos, aunque a veces nos hiciese daño, nos ayudó a ma­durar.
El adolescente busca también nue­vos grupos con los que identificar­se, ajenos al núcleo familiar que ha sido su referencia en sus años de infancia. Además del grupo de amigos hay que tener en cuenta los grupos derivados de activida­des que desarrollan y les motivan: deportivas, educativas, artísticas, de ocio y tiempo libre,… Un grupo puede servir para afianzar la perso­nalidad del adolescente, pero debe permitirle expresarse tal y como se siente, sin necesidad de fingir. No debe anularle, ni dirigir su com­portamiento; deben ser grupos en los que se le respete tal y como es. Muchas veces no es tarea fácil en­contrar un grupo y el adolescente, en esa búsqueda de su lugar en el mundo, puede llegar a sentirse ais­lado o ser influido negativamente.
La adolescencia es un tránsito hacia la vida adulta, un camino con cier­tos obstáculos, que no tiene por qué hacerse imposible para el joven ni para los que están a su alrededor. Los padres y otros adultos que les acompañamos en este camino te­nemos que ejercer de educadores, de guías, no de controladores o guardias. Por ejemplo, debemos escucharles cuando quieren expre­sarse y hablar de sus cosas, pero no forzarles a ello; aconsejarles cuan­do tienen un problema, pero no imponer las soluciones. Eso sí, hay que dejarles las cosas claras cuan­do quieren poner a prueba nues­tra firmeza saltándose los límites, hacerles ver que son plenamente responsables de sus actos y que sus decisiones pueden tener con­secuencias que no les gusten.
Generar un entorno con un clima de confianza, conseguir un equili­brio satisfactorio entre “es un niño” y “es un adulto”, colaborar en la bús­queda de grupos de influencia po­sitiva, son pasos que nos ayudarán a los padres y educadores a convivir con los adolescentes de una forma en la que todos los involucrados nos veremos recompensados y aprenderemos de la experiencia.

 

viernes, 2 de noviembre de 2012

Llegan buenos tiempos para la educación social, ¡viva la crisis!


José Ignacio Macías Heras. Educador de Fundación Pioneros.
Parece lógico pensar que la labor de los políticos debe de ser la de procurar que las Administraciones faciliten las mejores condiciones para que la sociedad se desarrolle de la manera más eficiente.
Los esfuerzos realizados en educa­ción retornan a la sociedad con los años, y nos beneficiamos todos los ciudadanos, toda la sociedad. Es una visión a largo plazo, pero que requiere actuar en el presente para sentar las bases. Es preciso que ciu­dadanos responsables, con altura de miras, entregados al bienestar común, filántropos, tomen estas decisiones tan necesarias para una sociedad.
Ahora asistimos a la nueva situa­ción generada por recortes, donde se está dificultando el acceso a la educación de los más desfavoreci­dos, como siempre. Las condicio­nes de los estudiantes van a ser más desfavorables, así como las de los profesionales de la enseñanza, con más horas lectivas y más alum­nos por aula. Esto va a implicar un descenso claro en la calidad de la enseñanza, matrículas, materiales y libros más caros, ratios mayores; difícil será encontrar argumentos que defiendan lo contrario. Si las condiciones empeoran solo que­daría creer en lo divino.
Lamentablemente las prioridades de los políticos que tienen en sus manos cambiar esto se miden en cuatrienios o múltiplos.
Por lo tanto es previsible augurar nuevos desajustes en el sistema educativo, desajustes que provo­carán inadaptación, y que a su vez trataremos de corregir recetando más educación social.
El objetivo último y utópico de los profesionales de la educación social debe de ser el de desapare­cer, que no sean necesarios “adita­mentos alternativos” para aquellos ciudadanos que no caben en el estrecho sistema educativo formal, reformulado cada cuatro años en función del color de la bandera po­lítica de turno.
El objetivo de la educación en ge­neral es que el sistema sea lo sufi­cientemente adaptativo para que todos quepan dentro, y esa diver­sidad nutra la sociedad.
Pero gracias a esta crisis y a siste­mas caducos, se querrá compensar los futuros desajustes con educa­ción social, economía social, justi­cia social, participación social. Los educadores sociales vamos a tener mucho trabajo en el futuro y segu­ramente peor remunerado, puesto que la realidad está expulsando del sistema a los ciudadanos a patadas.
¿Y si pedimos solamente EDUCA­CIÓN, ECONOMÍA, JUSTICIA Y PAR­TICIPACIÓN?
Eso sí, de calidad.
En este sentido llega la hora de que las organizaciones sociales adquieran un papel supervisor de la realidad para hacer oír su voz y prevenir desajustes mayores, que salvaguarden los derechos de los ciudadanos más sensibles a la nue­va y amenazante situación en la que vivimos. Estas organizaciones tienen que ser valientes y denun­ciar las posibles injusticias que se puedan generar.
Llega el momento en que todas las organizaciones de una comunidad pequeña como la nuestra vayan de la mano, porque es más lo que compartimos que lo que nos di­ferencia. Porque trabajamos con gente que tiene menos recursos de todo tipo, los primeros a los que golpea una crisis, porque confían en nosotros para engancharse al tren de una vida digna. Eso está por encima de otras consideracio­nes y si no lo logramos habremos perdido nuestra razón de ser.

viernes, 12 de octubre de 2012

V Semana europea de Sensibilización sobre el tDAH




Josefina Rodríguez Sastre. Presidenta de Arpanih.

La Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos, Arpanih, celebra este año la V Semana de Sensibilización sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (tDAH) del 29 de septiembre al 7 de octubre. El objetivo es concienciar sobre la existencia del tDAH a las administraciones, los profesionales de la salud y de la educación y a la sociedad riojana en general.
Arpanih es una entidad sin ánimo de lucro que lleva más de una década trabajando en nuestra comunidad. La asociación fue constituida en 1999 con la intención de ayudar y apoyar a los afectados y a sus familias, defender sus derechos y reivindicar sus necesidades educativas, sanitarias y sociales. La asociación riojana es miembro fundador de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH), integrada por más de 60 asociaciones, con presencia en todas las Comunidades Autónomas.  FEAADAH es a su vez, miembro fundador de ADHD Europe, organización que aglutina a las asociaciones de 21 Estados miembros de la Unión Europea y que auspicia el evento en toda Europa.
Si tenemos en cuenta que un 95% de la población española desconoce este trastorno (Estudio Proyecto PANDAH; 2010) queda patente lo mucho que queda por hacer. En Arpanih, la información que recogemos corrobora la persistencia del desconocimiento y la desinformación, incluso entre los profesionales.
La Guía de Práctica Clínica sobre el tDAH, editada por el Ministerio de Sanidad, reconoce que la prevalencia del trastorno se sitúa entre un 5-7% de población en edad escolar (1 o 2 alumnos por aula). En La Rioja, gracias a un convenio de colaboración firmado con la Consejería de Educación, disponemos de un programa de apoyo a los alumnos con tDAH en los centros educativos, que lleva funcionando desde 2008 y a disposición de los colegios que lo necesiten. Tenemos constancia de que se trata de una herramienta útil y esperamos que, dada la gran necesidad que detectamos, muchos más centros tomen conciencia y se sumen al programa para poder capacitar y apoyar a todos los profesionales de la educación en su labor docente con los alumnos que sufren este trastorno.
El tDAH tiene base neurobiológica que se inicia en la infancia. Tiene un fuerte componente genético y alta heredabilidad. Su carácter es crónico y persiste hasta la edad adulta en un 50% de los casos. Es un trastorno altamente dependiente del entorno y muy sensible a la acción educativa. Tiene un gran impacto personal, familiar y social y puede provocar importantes repercusiones en todos los ámbitos de la vida del afectado.
Los especialistas aseguran que el diagnóstico precoz y la intervención temprana y ajustada, permiten garantizar el mejor pronóstico. Su evolución depende, en gran medida, de un tratamiento adecuado y de una correcta actuación educativa del entorno para evitar que se cronifiquen los problemas emocionales, conductuales y académicos.
En 2010 la moción aprobada por la Comisión de Sanidad, Consumo y Política Social del Senado ya instaba al Gobierno “a realizar actuaciones tendentes al reconocimiento efectivo de los derechos de las personas afectadas y a la mejora de su situación y expectativas”. Varias comunidades autónomas disponen ya de protocolos de actuación coordinados entre las administraciones implicadas, lo que facilita el acceso al diagnóstico y al tratamiento.
Estamos convencidos de que la concienciación social sobre el tDAH permitirá reconocer las necesidades del afectado y abordar de forma global y efectiva esta patología, evitando injustas desigualdades territoriales en función de la comunidad autónoma en la que se viva.


viernes, 14 de septiembre de 2012

Las lecciones del arte


 
Oneida Pascual Mosquera. Artista y profesora del taller Por Amor al Arte.

En estos días que todos andamos recortando de donde no hay, qui­siera recordar que la educación es una inversión, y que todos los pro­fesores, mas allá de la materia que impartamos, lo que hacemos es for­mar personas, personas que el día de mañana construirán el mundo.
En mi actividad como profesora de dibujo y pintura, consulto a mis alumnos sobre lo que les interesa representar, les enseño a encua­drarlo, a analizarlo, les pido que me digan qué ángulos tiene, les ayudo a encontrar una medida de referencia, a buscar la relación en­tre las partes, les animo a que des­cubran la estructura que subyace tras la apariencia, les explico cómo pueden representarlo, a tener en cuenta la luz, a conseguir los tonos adecuados...en fin, todos los pasos necesarios para representar lo que quieran. Como resultado de todos estos procesos obtienen un cua­dro, un dibujo, lo que sea, pero lo importante es el proceso, la gim­nasia mental que han tenido que realizar, el análisis, la comparación y la solución que han ofrecido, es decir, lo importante es el entrena­miento de habilidades que ten­drán que utilizar toda su vida.
A través del arte pretendo mos­trarles que las cosas pueden ser de una manera pero también de otra (series), que todos los colo­res tienen matices, que casi nada es blanco o negro, que Matisse no es peor que Picasso, solo dis­tinto, que en el mundo cabemos todos: constructivistas, dadaístas, hiperrealistas..., que precio y valor son cosas diferentes (Van Gogh), que en la vida habrá ocasiones que tendrán que contar con otras personas para llevar adelante sus proyectos (Tunick) y que otras veces sus proyectos les llevarán lejos de los suyos (Gauguin), que habrá ocasiones en las que lo que hagan, no gustará a todo el mun­do (arte degenerado) y otras, en las que su actividad les llevará a reunirse con gente muy parecida a ellos (Bauhaus).
Que para que algo se haga rea­lidad, primero hay que soñarlo, que a veces el azar ayuda, que con poca cosa se puede hacer mucho (arte povera), que se puede tener varios puntos de vista a la vez y que todos pueden ser válidos (arte cubista), que a veces, lo que parece no es lo que es (Magritte), que en ocasiones, las cosas pare­cen que se mueven, pero están quietas (op art).
Que se puede intervenir en la na­turaleza siendo respetuoso (Land art), que se puede ser uno y mu­chos a la vez (Cindy Sherman), que para cambiar la historia hay que arriesgar (Duchamp), que las dificultades no son una excusa (Frida Kahlo), que lo que llevas dentro, viaja contigo (Chagall).
Que apliquen a su vida las lec­ciones del arte, que se hagan preguntas, que no den nada por sentado, que analicen la realidad, que sean originales, que saquen sus propias conclusiones. Entien­do que el objetivo último de la educación es formar personas con mentes analíticas, críticas y creativas. La educación artística, por sus características específi­cas, entrena de manera especial sus estructuras mentales para que sean plásticas, ágiles, fértiles y contribuye a formar personas que sepan quiénes son, cómo es el mundo y cómo transformar­lo, personas con criterio propio y con capacidad para hacer un mundo mejor.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Educación para el desarrollo, una oportunidad de futuro


María Benítez Pérez-Fajardo. Miembro del Grupo Educación para el Desarrollo, de la Coordinadora ONGD La Rioja.

Educar: Tomado del latín ēdŭcāre (emparentado con dūcěre que quie­re decir conducir, sacar afuera, criar). 
Partiendo de su más elemental defi­nición etimológica, la educación es algo tan simple como “sacar afuera” lo que hay dentro, lo que la persona lleva dentro de sí. Y desde este punto de partida asoma la primera contra­dicción con nuestro actual modelo educativo. ¿En qué consiste educar hoy en día? Si nos referimos a la edu­cación formal (la que se proporciona en escuelas, institutos, universidades: Centros educativos) consiste casi únicamente en “meter dentro” datos, ¿conocimiento? El planteamiento fundamental, disfrazado de “apren­der”, no contempla en absoluto el desarrollo (proceso de evolución, crecimiento y cambio de un objeto, persona o situación específica) de la persona, ni de los países. Entendien­do siempre el desarrollo en términos de mejora de las capacidades y cali­dades de vida de las personas, no en su aspecto económico, sino humano.
Frente a esta realidad, la “Educación para el Desarrollo debe entenderse como un proceso para generar con­ciencias críticas, hacer a cada perso­na responsable y activa, con el fin de construir una sociedad civil, tanto en el Norte como en el Sur, comprome­tida con la solidaridad, entendida esta como corresponsabilidad, y par­ticipativa, cuyas demandas, necesi­dades, preocupaciones y análisis se tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones políticas, económicas y sociales”. Coordinadora de ONGD-España.
Porque defendemos que solo des­de la educación en valores, género, medio ambiente, derechos huma­nos, etc., promocionando las capa­cidades de los pueblos para decidir quiénes y cómo quieren ser y realizar su propia evolución, es decir, su de­sarrollo, se puede producir un verda­dero cambio social, político y huma­no. Ninguna alteración se producirá en el mundo si no se produce antes en las personas que lo habitan. El ser humano está preparado y diseñado para respetar y ser compasivo con sus semejantes, pero no son estos los valores que fomenta nuestro en­torno, es más ni siquiera nos invita a ver como semejantes a quienes nos acompañan en este viaje, por extran­jería, opción sexual, género, color de piel, etc.
Por persona con educación se en­tiende aquella que muestra respetar unas normas de comportamiento social o aquella que ha adquirido unos conocimientos intelectuales. No comprende en ningún caso su comportamiento humano, social, sus principios y valores. Que son los únicos que realmente definen a las sociedades. Cuando no se contem­pla a quien tenemos al lado como semejante, entonces de nada sirve definirnos como tolerantes, como solidarios, respetuosos y no racistas, pues en nuestro imaginario social y privado, no lo son; son diferentes, son los/as “otros/as”. Y esto de una manera u otra se verá reflejado en nuestras actitudes cotidianas, en nuestra forma de ir por el mundo, inevitablemente. No saldrá de ti nada que no esté dentro.
¿Entonces para qué sirve la forma­ción en adquirir títulos educativos, contribuir al desarrollo tecnológico, científico e intelectual del planeta? ¿De qué sirve, si estamos olvidan­do al habitante fundamental de ese mismo planeta: el ser humano? Para tener una mejor calidad de vida, en cuanto a salud, higiene, esperanza de vida, comodidades tecnológicas: ¿Quiénes? El 20 % de la población mundial, solo el 20%. Para ir a la Luna: ¿Para qué? ¿Para distraernos mirando al cielo de la realidad que nos rodea e inunda, aquí, en el suelo?
Creemos que la responsabilidad personal y colectiva de una socie­dad no se demuestra en su progreso económico, en su nivel tecnológico o científico sino en su compromiso con la humanidad, en su búsqueda del bien común, en su sentido de la justicia social. El desarrollo del ser humano pasa por el fomento de una conciencia crítica, ética, compasi­va e igualitaria. El crecimiento de la persona y de la humanidad necesita más de nuestro comportamiento que de nuestros conocimientos aca­démicos, recordando una vez más a qué pocos han servido esos avances (tecnológicos, científicos etc.) a lo lar­go de la Historia.

viernes, 31 de agosto de 2012

¿Cómo construimos una comunidad de aprendizaje?


 Kilian Cruz-Dunne. Vocal de la Junta Directiva de Fapa-Rioja.  

Las Comunidades de Aprendizaje (CA) se basan en la participación. Todos los sectores de la comunidad intervienen en el proceso educativo. Se hace necesario conocer cuáles son las inquietudes, las demandas y los sueños que cada uno deposita en la Escuela. Es la fase del sueño. En ella todos y todas pensamos qué tipo de escuela es la que deseamos y de esta forma nos expresamos en un proceso conjunto. Soñamos los profesores y profesoras, los familia­res, el alumnado, el voluntariado y cualquier persona que desee impli­carse en la enseñanza de nuestros alumnos y alumnas. Antes de iniciar la comunidad entre todos, soñamos en primer lugar qué es lo que que­remos. Detectamos así las deman­das de cada sector y recabamos las ilusiones de cada uno de los inte­grantes de una comunidad educati­va. Una vez recopilados los sueños, podemos empezar a construir la escuela que queremos.
No es fácil la implantación. Hay que superar prejuicios sociales hereda­dos de tiempos pretéritos. La labor del docente parece perder peso en la sociedad de la información actual. Transmitir los valores de la igualdad, del respeto y del trabajo continuo no tienen buena prensa entre nuestro alumnado. Además, dentro de nuestro colectivo exis­ten, como en todos, personas con escasa paciencia y nula vocación.
Pero hay que trabajar en la misma dirección, apoyándonos y colabo­rando en las tareas educativas. Ese es el futuro de la educación.
Se define una CA como “un proyec­to de transformación social y cultu­ral de un centro educativo y de su entorno para conseguir una socie­dad de la información para todas las personas, basada en el aprendizaje dialógico, mediante una educación participativa que se concreta en to­dos sus espacios, incluidos el aula”. A pesar de la aparente complejidad, un centro con CA no es más que un lugar en el que la enseñanza es una tarea compartida por aque­llas personas del entorno que, de una manera u otra, puedan echar una mano en el proceso educativo del alumnado. Se trata de abrir las puertas y mirar al exterior. Convo­car a los familiares, a los agentes sociales del entorno, concejalías, entidades privadas y todas aquellas entidades dispuestas a colaborar en el empeño de la enseñanza. Ni más ni menos. Un centro en comunida­des es, por tanto, un centro abierto, dialogante y participativo en el que se procura democratizar todas las decisiones que puedan afectar a la vida académica, de convivencia y de organización.
El proceso de transformación no es sencillo. Pasa en primera instancia por que el claustro, al menos en un 70% , asuma la transformación y esté dispuesto a llevarla hasta sus últimas consecuencias. La primera fase debe residir en la formación. Antes de iniciar el proceso es nece­sario que el claustro al completo se forme en la filosofía de CA. En Espa­ña contamos con CREA y el trabajo de Ramón Flecha y de la Universi­dad de Barcelona, que están llevan­do a cabo lo que se denomina la ‘fase de sensibilización’.
A continuación se pasa por la fase de ‘toma de decisión’. A partir de aquí iniciamos la llamada fase del sueño, una de las experiencias más gratificantes. En ella todos y todas pensamos qué tipo de escuela es la que deseamos y de esta forma nos expresamos en un proceso conjunto. Soñamos los profesores y profesoras, los familiares, el alum­nado, el voluntariado y cualquier persona que desee implicarse en la enseñanza de nuestros alumnos y alumnas. Antes de iniciar la comu­nidad entre todos, soñamos en pri­mer lugar qué es lo que queremos...

viernes, 24 de agosto de 2012

Yoga y discapacidad


Elisabet Ubera Lizarriturri. Profesora de yoga.

“El yoga es uno y debe ser adaptado a las posibilidades de cada persona”.
Este es el principio sobre el que me baso para trabajar im­partiendo clases de yoga. Hay quien piensa que solamente lo pueden practicar algunas per­sonas, con unas características determinadas. Pero cuanto más conocimiento se tiene de esta ciencia milenaria, más cuenta te das de lo actual y de lo aplicable que es en nuestra sociedad.
Después de muchos años im­partiendo clases de yoga a per­sonas de todas las edades me acerqué al colectivo de disca­pacidad intelectual. Y ha tenido una gran acogida y aceptación por parte de los usuarios. El éxito de estos talleres pienso que está en que es una práctica donde se les respeta su ritmo y sus decisiones de participar o no. Se les valora por lo que son y no por lo que hacen y se sienten bien cuando lo practican.
La discapacidad es un fenóme­no complejo que refleja una interacción entre las caracte­rísticas del organismo humano y las características de la socie­dad en la que vive.
Cuando hablamos de discapa­cidad, estamos hablando de disminución de las facultades físicas o psíquicas de la perso­na para relacionarse adecuada­mente con el entorno, y a veces olvidamos fijarnos más en sus capacidades.
Mi experiencia con estas perso­nas me ha enseñado que, al fi­nal, dificultades cuando se trata de estar con nosotros mismos surgen de igual manera con discapacidad que sin ella. En­frentarnos a nuestras limitacio­nes físicas, a nuestras emocio­nes y a nuestros pensamientos siempre resulta difícil y superar estos obstáculos con los que nos encontramos supone un ar­duo trabajo. Requiere de tesón, constancia y confianza en lo que haces. Las personas que vienen a este grupo de trabajo las tie­nen y por eso siguen un año tras otro.
El profesor de yoga, más que nunca, se convierte en un ob­servador-acompañante que, con respeto a las limitaciones de todo tipo, intenta escuchar y hacer que el camino sea lo más entendible posible, teniendo en cuenta que el objetivo último sea el crecimiento y desarrollo personal.
El termino “yoga” etimológi­camente significa “unión”. Esta unión implica, por una parte, unión interna, donde cuerpo, mente y emociones estén in­tegrados y, por otra, unión con todo nuestro entorno (familia, amistades…). Su práctica nos ayuda a integrarnos mejor en la sociedad y a tener una presen­cia activa en ella. Desarrollamos la capacidad de conciencia de nosotros mismos y también de la existencia y comprensión del otro.
Mi experiencia con el ámbito de la discapacidad me lleva a la si­guiente conclusión:

“En toda persona capacitada existe una parte discapacita­da que cuesta reconocer, y en toda persona discapacitada podemos encontrar un punto de totalidad y perfección digna de ser respetada”.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿Somos violentos por naturaleza?


Miguel Loza Aguirre. Pedagogo y asesor de Educación de Personas Adultas en el Berritzegune de Vitoria.

¿Será cierto lo que dijo el filósofo Thomas Hobbes allá por el siglo XVII al afirmar que “el hombre es un lobo para el hombre”? ¿O tal vez tenga razón Jean-Jacques Rousseau, un fi­lósofo del siglo XVIII, cuando señaló que la persona era buena por natu­raleza y que era la sociedad la que la corrompía?
En nuestra civilización casi todos pensamos que la persona es violenta por naturaleza y que cuando esa vio­lencia aflora al exterior es porque ha superado los mecanismos que tene­mos y que hemos aprendido a través de nuestra educación para contro­larla. Este pensamiento es peligroso porque justifica las reacciones vio­lentas como algo que llevamos en nuestros genes y que, claro, algunas veces se puede escapar al dominio de nuestra voluntad. Es decir, todos y todas somos violentos y es la edu­cación la que hace que controlemos más o menos esos impulsos. NADA MÁS INCIERTO. El Holocausto judío, que supuso una violencia antes no conocida por la humanidad y que asesinó a más de seis millones de personas, fue ideado y llevado a cabo por gentes muy educadas –se puede educar para el amor o para la violencia–. Por tanto, la violencia no es algo que esté en nuestros genes, sino una opción que está en nues­tras manos el ejercerla o no. SOMOS PACÍFICOS PORQUE PODEMOS SER VIOLENTOS. Somos justos porque podemos ser injustos. Somos ca­paces de amar porque también lo somos de odiar. Somos honrados porque podemos robar. Es decir, so­mos lo que somos porque también podemos ser lo contrario.
Ahora bien, hemos de reconocer que es muy difícil desembarazarse de la idea de que la violencia la lle­vamos en nuestra sangre. Y es com­plicado porque la Historia que nos enseñan y aprendemos está llena de violencia. Todo, o casi todo, son: batallas, guerras, luchas, conquis­tas. Muchos de los grandes perso­najes que estudiamos, casi todos hombres, lo son por el poder que atesoraron a través del ejercicio de la violencia. Podríamos decir que la Historia que conocemos está ahíta de sangre y que da la sensación de que el uso de la violencia es impres­cindible para llegar a ser un gran personaje. Y también hoy en día las noticias se tiñen de rojo. Los distin­tos medios de comunicación des­tacan la violencia en sus titulares, dándonos la sensación de que no es posible un mundo sin violencia, no ya porque no haya condiciones para ello, sino porque violencia y mundo van siempre unidos. OTRA GRAN MENTIRA tras la que se esconden inconfesables intereses egoístas de determinadas personas y grupos. Porque si abrimos bien los ojos ve­remos que por cada acto de violen­cia hay millones de actos de amor. Por cada puñetazo hay millones de miradas tiernas, por cada insulto millones de caricias y por cada agre­sión millones de besos. Lo triste es que una sola bala sea noticia y no lo sean los millones de miradas tiernas, de caricias y de besos. El mundo, la humanidad no ha sobrevivido gra­cias a los belicosos personajes que estudiamos en la Historia y que hoy en día inundan los titulares de los medios de comunicación. NO. Estos son los enemigos de la humanidad, los que hacen peligrar su supervi­vencia. El mundo, la humanidad ha sobrevivido gracias a la ternura, a las caricias, a los besos, a los abra­zos, a los actos de solidaridad y de justicia. Y el mundo, si consigue so­brevivir y seguir siendo humanidad y no desaparecer, lo logrará a base de amor. Somos seres que necesita­mos del cariño de las otras personas para crecer y vivir. Somos seres por­tadores de ternura porque estamos hechos de amor. Solo la violencia ejercida voluntariamente por aque­llas personas que renunciaron a ese manantial del que nacieron son las que ponen en peligro nuestra exis­tencia y la de toda la humanidad. Así que no pienses nunca que si eres violento es porque lo llevas dentro. Nada más falso.

viernes, 10 de agosto de 2012

¡Mimando la educación!


 Rosana Gómez Cadiñanos. Presidenta de Faro.

 “Ilumina una sonrisa” es des­de hace aproximadamente un año el programa educati­vo que Faro (Asociación Rioja­na de Familiares y Amigos de Niños con Cáncer) y la Con­sejería de Educación, llevan a cabo con niños que, por razones de salud, permanecen temporalmente hospitalizados o en convalecencia domiciliaria.
El reto más importante al que nos enfrentábamos con este proyecto era el de lograr dar respuesta integral en el apoyo educativo domicilia­rio. Atender tanto las necesi­dades educativas relacionadas con los aspectos curriculares como las de tipo afectivo y per­sonal.
Efectos del tratamiento, in­certidumbre, largos proce­dimientos… son algunos de los impactos a los que debe de someterse el niño y su fami­lia. Ante esta situación, la res­puesta de la educación debe de ser compacta, representar un referente y contribuir a pre­venir las dificultades de apren­dizaje y aislamiento social que supone una larga convalecencia domiciliaria u hospitalaria.
Profesionales del mismo centro escolar al que pertenecen los alumnos, informados, protegi­dos y respaldados por toda la infraestructura tanto humana como material que les aporta­mos, son los que se encargan de acudir a los domicilios de las familias con niños convale­cientes para trasladarles, aun­que solo sea unas horas a la semana, el cole a casa. No hay nada tan real ni que aporte al niño tanta esperanza de futuro como el examen de la sema­na que viene o la trastada que cualquier compañero de cla­se se ha permitido hacer en la hora de mates.
Todas las partes implicadas en “Ilumina una sonrisa”, docentes, administración y Faro trata­mos de mimar nuestro trabajo educativo para que la reincor­poración escolar sea lo más na­tural y exitosa posible. Forma parte del proceso el tratar de que el alumno vea su retorno al aula como el de quien regresa de un largo viaje y tiene mu­cho que contar.
Para evitar el alto riesgo de aislamiento social, aprovecha­mos las oportunidades que nos ofrecen las nuevas tec­nologías e incorporamos a la labor docente herramientas como la plataforma Moodle, para fomentar el trabajo en la red y la comunicación telemá­tica. Tratamos de convertir una situación de desventaja acadé­mica en una oportunidad para desarrollar destrezas.
Pertenecer a una comunidad autónoma pequeña nos permi­te personalizar cada uno de los apoyos educativos domicilia­rios que atendemos así como coordinar todas las partes im­plicadas, para que la reincorpo­ración escolar sea para el niño enfermo un estímulo.

viernes, 3 de agosto de 2012

La educación y las nuevas tecnologías


Eduardo San Rufo. Alumno de Formación Profesional de Informática y administrativo en el Centro Áncora de ARPS en Calahorra. 

Hasta hace pocos años, cuando hablábamos de estar matricu­lado en un instituto o univer­sidad, siempre hacíamos re­ferencia a la asistencia a clase de forma presencial. Con la in­corporación de las TIC (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación) a la Educa­ción, cada vez es mayor el nú­mero de alumnos y alumnas, ya sea de Formación Profesional (FP) o de carreras universitarias, que cursan (cursamos) nues­tros estudios vía online.
En el caso de la FP, en varias Co­munidades Autónomas ya se imparten varios ciclos de forma semipresencial, tanto de Grado Medio como de Grado Supe­rior, y en titulaciones tan varia­das como comercio, adminis­tración, informática o atención sociosanitaria, entre otros. En la actualidad en La Rioja sólo se imparte el ciclo de grado superior de educación infantil, pero en otras Comunidades el abanico es más extenso.
Por otro lado, en algunos ins­titutos disponen ya de un aula virtual que permite colgar el temario y los ejercicios que hay que ir entregando a los distintos profesores. También se suelen poner al alcance de los alumnos y alumnas herra­mientas online como pueden ser foros, chats…, entornos colaborativos que permiten interactuar con el profesor y mantener contacto con otros compañeros, estableciendo espacios donde profesores y estudiantes pueden dialogar, compartir experiencias, resol­ver dudas y ampliar conoci­mientos.
La incorporación de las Nue­vas Tecnologías a la Educación supone una gran oportunidad para las personas que trabajan (trabajamos) y quieren com­pletar su formación; o para aquéllas que no disponen de medios económicos suficien­tes para trasladarse a estudiar a otra Comunidad Autónoma.
La enseñanza a distancia conlle­va una implicación especial por parte del estudiante ya que debe sacar tiempo para leer, compren­der, estudiar y hacer ejercicios con la ayuda del libro y apuntes colgados en el aula virtual.
En definitiva, la aplicación de las TIC a la Educación amplía el abanico de oportunidades, be­neficia el desarrollo de nuevas capacidades de los alumnos y alumnas en plena era digital y complementa sus competen­cias laborales, para un óptimo desarrollo profesional, en un entorno cada vez más compe­titivo.
Para saber qué ciclos formati­vos se pueden estudiar en cada Comunidad Autónoma y qué institutos o centros los impar­ten, el Ministerio de Educación tiene habilitada una página web a la que te puedes dirigir para más información. 

viernes, 27 de julio de 2012

Poniendo cara al machismo


Ana Calvo Álvarez. Educadora de Fundación Pioneros.

La igualdad de género va más allá de la equiparación de lo femenino con lo masculino, también conside­ra lo femenino como riqueza, afirma la libertad femenina y atiende a la singularidad y pluralidad de las mu­jeres. Las mujeres son más del 50% de la población general. Por tanto, no se las puede seguir tratando como colectivo. De ahí que lo mas­culino deba ya dejar de ser consi­derado como referencial universal y medida de la experiencia humana (Androcentrismo).
Una de las trampas del patriarcado que ha hecho desvirtuar la imagen de la igualdad, es promocionar la idea de que beneficia solamente a las mujeres. En realidad, es una apuesta más amplia a favor de la sos­tenibilidad social y calidad de vida. La igualdad entre mujeres y hom­bres empezó a ser un objetivo ins­titucional (y no solo de organizacio­nes feministas y de mujeres), a partir de la creación del Instituto de la Mu­jer en 1983. Además, la desigualdad y la discriminación de género son incompatibles con la democracia.
Otra de las trampas viene definida por aquellas personas que defien­den que la igualdad de género exis­te afirmando que “hoy en día hay igualdad”. Ni en términos de poder, ni de visibilidad, ni de remuneración económica, ni en lo que respecta a la seguridad ni a la salud hay igual­dad. Tampoco en el uso del tiempo, al valor que se concede al trabajo en el ámbito público y privado, la promoción profesional o la violencia de género (Espido Freire, 2005). Este es el formato actual de la desigual­dad. Por tanto, no podemos hablar de equidad a pesar de los avances legislativos. A 25 de junio de 2012, 26 hombres han asesinado a sus compañeras, novias, mujeres o ex­parejas porque sí. Porque ellas deci­dieron denunciar, porque llevaban la falda demasiado corta, porque la sopa estaba fría o porque simple­mente él era todo lo que necesitaba ella. (http://ibasque.com/mujeres-muertas-en-espana-por-violencia-machista/)
Cuando hablamos de “espejismo de igualdad” nos referimos a que de­terminados logros (derecho al voto, el acceso a la universidad cierta re­presentatividad en el ámbito políti­co, social, cultural, etc.) se asumen como universales. Sin embargo, ac­tualmente la desigualdad nos habla de que la situación de desempleo en términos generales tiene ros­tro de mujer, también la pobreza, la reducción de jornada, el mayor tiempo de cuidado hacia los y las menores, etc. (Véase: www.elmundo.es/elmundo/2011/09/21/ alicante/1316618673.html).
Otra de las falacias del patriarcado consiste en afirmar que la igualdad es la igualdad de oportunidades. El re­conocimiento de la igualdad de dere­chos no implica su puesta en marcha en la sociedad. Por lo tanto, las muje­res se ven limitadas en el disfrute de los derechos civiles y sociales. Lo que evidencia que el mero reconocimien­to de los derechos no es suficiente. Hay que erradicar todas estas discri­minaciones. Es necesario implemen­tar políticas de igualdad orientadas a superar la discriminación y garantizar la igualdad. La ley orgánica 3/2007 de 22 de marzo para la igualdad efecti­va de mujeres y hombres establece el fundamento jurídico para avanzar hacia la igualdad efectiva en todos los ámbitos de la vida social, econó­mica, cultural, etc.
Una “mirada feminista” de la rea­lidad permite analizar el mundo desde una perspectiva en la que las mujeres puedan darse cuenta de los micromachismos a los que se ven sometidas a diario en su vida. Tanto a hombres como a mujeres les pue­de proveer de herramientas para identificar mensajes sexistas dados en los medios de comunicación, la escuela, la familia y que contribu­yen a una socialización de género. La “mirada feminista” también anali­za el proceso salud-enfermedad en clave de género, el uso desigual del tiempo, la diferente atribución del valor del trabajo dependiendo de si se da en el ámbito privado o pú­blico, análisis de la brecha salarial, el fenómeno de la prostitución, etc.

viernes, 20 de julio de 2012

Crisis de la participación de las familias


Kilian Cruz-Dunne. Vocal de la Junta Directiva de Fapa-Rioja.

Desde la Federación de APAs somos conscientes de que las familias tie­nen en su ‘debe’ numerosos proble­mas que hay que solucionar:
La crisis del asociacionismo, cues­tión clave para revitalizar la comu­nidad educativa, el agarrotamiento ante los constantes cambios socia­les y culturales que nos rodean, la aceptación inexcusable del fracaso escolar como una parte estructural del sistema, el miedo ante la exce­siva burocratización del sistema educativo, delegación en la escuela de excesivas funciones educativas, crítica y subvaloración de prácticas orientadas hacia las tareas educa­doras, conocer que existen actua­ciones contrastadas que llevan ha­cia el éxito escolar…
No es sino a partir del trabajo sis­temático en las clases, en las tuto­rías… donde se va creando la cultu­ra participativa. Por ello, Fapa-Rioja quiere que se otorgue un impulso importante a los sectores (de uno y otro bando) preocupados cons­tantemente por mejorar y solucio­nar los problemas que acucian al mundo educativo en la actualidad (abandono y fracaso escolar, falta de motivación y participación, etc). Recordemos asimismo que la inte­rrelación de la crisis de la docencia y de la educación tiene como con­secuencia la posibilidad de romper ese desequilibrio por nuestros esla­bones más cercanos.
La relación de las familias con el cuerpo docente no debe circunscri­birse a acciones individuales (tuto­riales, de aula, festivos…) sino que habría que potenciar una mejor presencia en ámbitos grupales (con­sejos escolares, comisiones), puesto que son mejorables. Las deficiencias del funcionamiento de este órgano de participación, así como el grave desconocimiento de la normativa legal básica, fomentan el desinte­rés y son fuente frecuente de con­flicto de intereses: muchas veces, los consejos escolares son artificios para teledirigir los centros desde la Administración, y no permitir el gobierno desde los estamentos im­plicados. Un ejemplo son las normas que recortan el ámbito de decisión de las familias, así como la exigua autonomía que los consejos tienen respecto a una Administración que los inunda de burocracia y excesiva regulación normativa.
Aunque formalmente existan ór­ganos de participación como los consejos escolares, el marco legal es insuficiente. Ello empuja a que las fa­milias, como usuarios de un servicio y partícipes directos de la educación de sus hijos, no sienten excesiva ne­cesidad de participar en el centro educativo (puesto que no hay resul­tados reales y garantistas).
La realidad es que las competencias y composición de los consejos esco­lares han ido reduciéndose desde su implantación, tanto en la legislación nacional como en la autonómica. A modo de ejemplo: la última norma­tiva que hace referencia a los regla­mentos de los consejos escolares de nuestra comunidad eleva la repre­sentación del sector de docentes por encima del mínimo, produciendo la paradoja de que para obtener mayo­ría cualificada no es necesario contar con el voto de las familias, escolares o representante del ayuntamiento.
La mayoría de las veces se tiene la impresión de que los centros perte­necen solo a los profesores y que los demás sectores apenas cuentan; ¿es realmente el centro escolar una comunidad participativa? El punto de vista de Fapa-Rioja asume que, lamentablemente, la participación a la que se alude teóricamente consis­te en que las familias se preocupen de los escolares y poco más. Lo cual no tiene nada que ver con la partici­pación entendida como la interven­ción solidaria de toda la comunidad educativa en el control y la gestión del centro.
Desde Fapa-Rioja solicitamos un aprovechamiento máximo de estos mecanismos de participación legal­mente establecidos para generar situaciones en las que las familias podamos participar -realmente- en la elaboración de planes de mejora de la calidad de la enseñanza. No olvidemos que el centro educativo es la célula básica de la democracia educativa, y que la Administración debe profundizar y desarrollar este aspecto participativo.

viernes, 13 de julio de 2012

Atravesar el alma educando en arte


Patricia San José Torga. Profesora de Artesanía en CCEE Los Ángeles y Especialista en Arteterapia Transdisciplinaria.

Crear es una terapia para el alma. Las manchas, los colores, las for­mas, las texturas son parte de los paisajes que construimos y que habitamos. El juego, la melodía que suena al andar por cada uno de ellos. El arte, más allá de la edu­cación, es una forma de sentir y de vivir descubriendo nuestras capaci­dades.
Cada día llego al aula y espero, con la inquietud que te da la sorpresa, a que los alumnos de transición a la vida adulta asomen su cabeza para comenzar a trabajar. Una parte de la planificación del taller de arte­sanía nos permite desarrollar pro­yectos artísticos para presentarlos a concursos. Es ahí donde aprovecho para explorar con ellos el mundo del arteterapia.
“¿Qué hacemos? ¿qué color utilizo? ¿por dónde empiezo?” son pregun­tas habituales al comenzar el tra­bajo que encuentran su respuesta en el juego. De pronto aparece el silencio vergonzoso acompañado en ocasiones por los “no sés” derro­tados. Entonces, una lluvia de ideas puede conformar un puzzle lleno de aconteceres y temas a tratar. Es así como el arte, en cualquiera de sus formas, expresa lo que no se puede decir con palabras. Es un lenguaje que, al no tener las mis­mas reglas que el lenguaje verbal, facilita la expresión verbal a través de los símbolos. Nos permite así dar forma a lo vital, a la interrogación, a los deseos, a la comunicación y a los múltiples personajes que ha­bitan en el interior de cada uno. El arte es un medio común a todos: el ser humano aprendió a bailar y pin­tar antes de hablar.
El arteterapia enriquece la expe­riencia plástica y visual, haciendo que trascienda para llegar a todos los lugares y a todas las personas ampliando sus horizontes hasta límites inimaginables. También fo­menta la autoexpresión para otor­gar un espacio de sana convivencia, socialmente aceptable y una opor­tunidad de expresión creativa libre.
El elemento esencial en todo el pro­grama artístico es la persona. Trazar esa malla cercana que llega a ser afectiva es nuestro primer impulso. Sentir que algo resuena, vibra y late en tu corazón. El proceso artístico es una experiencia de sentimiento y aprendizaje y es nuestro deber alimentar el espíritu creador de los alumnos favoreciendo las condicio­nes ambientales para que la expe­riencia artística tenga lugar.
En el terreno del arteterapia no es tan importante el resultado final sino el proceso, hay que observar con detenimiento lo que se halla en ese camino en el que se pueden en­contrar escollos que hay que apren­der a resolver; hallar el momento de descanso para contemplar lo que se está creando, llegar hasta algo nuevo, desconocido.
El arte no puede tratar de competir con temas académicos, el arte debe mantener su esencia y permanecer siendo básicamente humano, debe ser el lugar al que dirija sus ojos el alumno sin la preocupación de que su trabajo sea evaluado, ni la sen­sación de que tiene que actuar de acuerdo con los cánones de otros.
La experiencia me dice que los diversos espacios educativos hay que llenarlos de corazón, de cuer­po, de arte, de vida y de experien­cias, luchando contra la pesadum­bre y el aburrimiento para que cada día aprendamos con alegría y entusiasmo permitiendo que las emociones que nuestros alumnos tienen, se expresen libremente en el aula. Lo mejor en este caso, es descubrir en cada paso, que el as­pecto rehabilitador y terapéutico del arte en el aula, empieza a que­darse corto en los alumnos. Porque quieren aprender más, se sienten bien y quieren dedicar más tiempo a expresar, a comunicar y a crear, porque quieren ser artistas.


viernes, 6 de julio de 2012

Reforma de la Ley penal del menor II


Javier Navarro Algás. Gerente de Fundación Pioneros.

Pienso que en círculos profesiona­les se considera que la actual Ley es útil en la gran mayoría de los casos al destacar como uno de sus principios rectores el interés supe­rior del menor y combinar la res­puesta penal con la educativa. Por supuesto, también es mejorable en otros aspectos como, por ejemplo, la inmediatez en la aplicación de las medidas judiciales o un mayor uso de la mediación extrajudicial.
Me gustaría insistir en que abor­dar la cuestión desde un enfoque educativo no quiere decir restar importancia al delito o ignorar el sufrimiento provocado. Bien al contrario, creo que es necesario que los menores sean conscientes del daño que han causado a sus víctimas y que lo afronten con res­ponsabilidad.
Ahora bien, tan solo un porcentaje muy pequeño de los casos preci­san de un internamiento en centro cerrado y solo en contadas excep­ciones la gravedad y crueldad del delito son tales que trascienden a los medios de comunicación. Es por ello por lo que al plantearse una reforma de la Ley ha de re­flexionarse desde una perspectiva de conjunto y con el apoyo de da­tos contrastados.
Creo que está aceptado que la cár­cel, pese a las ingentes cantidades económicas invertidas en ella y al esfuerzo de muchos funcionarios de prisiones y otros profesionales y voluntarios que intervienen en ella es, como respuesta reeducativa, un fracaso. Por ello debiéramos poner mucho cuidado en que un modelo que no funciona en adultos inspire la manera de hacer las cosas con los menores.
Así, medios de comunicación es­critos y audiovisuales han puesto de manifiesto actuaciones con me­nores que deben ser cuestionadas porque están lejos de ser educati­vas. Ente ellos, el programa “Docu­mentos TV: Menores y guardianes”, producido por Televisión Española, el corto “La Tama”, galardonado por Telemadrid o el informe del Defen­sor del Pueblo.
El hecho de que muchos menores con medida judicial provengan del fracaso escolar y un buen número hayan pasado por instituciones de protección debe conducirnos a formular nuevas propuestas de actuación si queremos mejorar. Y a plantearnos qué modelo de socie­dad estamos construyendo ya que cada vez hay más jóvenes que no encuentran su espacio en ella.
Muy a menudo exigimos integra­ción y responsabilidad a menores que tienen que hacer frente en soledad e ignorancia a todo un universo de desprotección emo­cional, económica y de medios de promoción social, a veces en entornos de negligencia, permisi­vidad e incluso maltrato. También exigimos a las familias compro­miso cuando no han recibido ni la educación ni las herramientas para poder llevarlo a cabo. Y no solemos preguntarnos qué ex­perimentaríamos como padres si nuestra hija o hijo cometiese un delito.
Finalizo insistiendo en la misma idea que cerraba la primera par­te: El reto consiste en buscar con­sensos a partir de experiencias y modelos educativos exitosos asumiendo nuestra parte de res­ponsabilidad en el problema. Y la meta, proponer respuestas efica­ces y justas que respeten nuestra dignidad como sociedad.

viernes, 29 de junio de 2012

Reforma de la ley penal del menor I


Javier Navarro Algás. Gerente de Fundación Pioneros.

El origen de la profesión del educa­dor social se remonta a mediados del siglo XX cuando, en el contexto de la II Guerra Mundial, muchos ni­ños, adolescentes y jóvenes deam­bulaban huérfanos por Francia y Alemania, frecuentemente come­tiendo delitos. Profesionales de ambos países, enemigos durante seis años, crearon una asociación que sirviera para restañar heridas, crear nuevos lazos de amistad y afrontar en común el reto de dar una respuesta a la infancia y juven­tud en conflicto.
Desde entonces, la sociedad ha avanzado muchísimo en el trata­miento de esta problemática. Se crearon instituciones para proteger a los menores, la educación social tuvo reconocimiento universitario, la justicia juvenil su propia sus­tantividad -diferenciada de la de adultos-, y se ha avanzado en la creación de un cuerpo de justicia juvenil internacional. En resumen, se pasó de la idea primitiva de res­ponder a los delitos castigando a una nueva basada en la educación y en la responsabilización.
Por eso, cuando en España se está hablado de un endurecimiento de la Ley de penal del menor en determinados supuestos, los res­ponsables políticos reconocen si­multáneamente la importancia de trabajar en medidas educativas y preventivas. Este enfoque es un lo­gro de toda la sociedad.
Mientras escribía este artículo es­cuché una entrevista con la directo­ra Icíar Bollaín. Refiriéndose a uno sus largometrajes, “Te doy mis ojos”, con el que ganó el Goya a la mejor película en el año 2003, explicaba los miedos de su guionista y de ella misma en el tratamiento de la vio­lencia contra la mujer, al descubrir que el terrible drama del maltrato nacía en contextos muy comple­jos, y que los maltratadores eran también personas cuyo compor­tamiento era preciso comprender, naturalmente sin justificar.
Finalizaba Icíar Bollaín diciendo que por más que endurecemos las leyes, el problema del maltra­to a las mujeres no se soluciona, y que la educación tiene mucho que ver con ello. Como profesional del mundo educativo, comparto su mismo punto de vista sobre el en­durecimiento de las leyes aplicado a la justicia juvenil.
Además, mi experiencia me dice que una misma medida judicial, independientemente del grado de dureza que entrañe, puede tener un efecto benéfico o, bien al con­trario, contribuir a empeorar la si­tuación. Depende en gran medida de quién y cómo la emplee. La cla­ve del asunto está en la inteligencia y comprensión de lo que la situa­ción exige, más que en la dureza a aplicar.
Imponer a una persona un largo periodo de privación de libertad, incluso una cadena perpetua re­visable, es una decisión que pone a prueba la dignidad de la propia sociedad. Por ello debiéramos es­tar seguros de que al término de esa pena la persona que ha delinquido habrá tenido la oportunidad de lle­var a cabo los cambios necesarios para relacionarse bien el día en que se reincorpore a la sociedad.
En resumen, me parece esencial la búsqueda de un consenso al abor­dar la reforma de la Ley. Necesita­mos tomar como referencia mo­delos de educación y reeducación exitosos y las mejores prácticas que ayuden a las personas a tomar la responsabilidad de sus vidas. 

viernes, 22 de junio de 2012

Una experiencia personal


Maikel Jiménez Echevarría. Alumno de PCPI en Fundación Pioneros.

Hola, me llamo Maikel Jiménez, ten­go 17 años y ahora estoy realizando el PCPI de Soldadura de Pioneros. Voy a intentar contaros, a mi ma­nera, mi experiencia en Yécora ha­ciendo los trabajos en el chozo y los alrededores, una experiencia muy bonita y nueva para mí.
Un día en clase nos hablaron que cerca de la ermita de Yécora había un sitio muy bonito con un guar­daviñas, que estaba en malas con­diciones, estuvimos hablando si queríamos arreglarlo y sobre los trabajos que se podían hacer, algu­nos compañeros no querían porque dijeron que teníamos que ir a coger muchas piedras y quitar muchos pinchos, pero otros sí, así que al final fuimos a verlo y hablando y deba­tiendo en clase decidimos hacerlo, yo creo también un poco por salir fuera de clase un día a la semana.
Normalmente llego a Pioneros a las 7:45 de la mañana, es muy temprano pero siempre llego de los primeros. A las 8:00 empezamos las clases, casi siempre hacemos lengua y mates pero a veces también trabajamos otras cosas, sobre todo los miércoles que eran los días que íbamos a hacer el Aps (Aprendizaje Servicio) del cho­zo. Esos días pensábamos el material que íbamos a necesitar o mirábamos si teníamos que comprar algo, si te­níamos que hacer estos trabajos u otros, también nos ponían vídeos de empedrados, de jardinería y demás. Cuando acababa la clase nos ponía­mos el buzo y las botas y cargába­mos todo el material en la furgoneta para salir rápido del centro.
Los trabajos que nos propusimos hacer eran arreglar un chozo, que estaba lleno de matas y pinchos; ha­cer un empedrado con una marga­rita dentro con cal y piedras redon­das de diferentes colores; y hacer un camino lleno de piedras como los de los romanos. Tuvimos que hacer muchos viajes por el campo para encontrar piedras grandes y planas para ponerlas en el suelo y juntarlas con mortero de cal.
Hemos trabajado mucho, gracias al trabajo en equipo las cosas nos han salido bastante bien y nos ha que­dado un sitio muy chulo. A veces ha habido algún problemilla pero lo hemos solucionado poco a poco con la ayuda de los educadores y de los otros chavales, hemos hablado intentando no ponernos nerviosos.
Siempre me ha gustado salir al aire libre y al campo porque me siento más tranquilo y se trabaja mejor, además la relación con los moni­tores ha sido muy buena, aunque estaban un poco pesaditos con las piedras, hemos pasado mucho tiempo juntos y hemos hecho un gran equipo.
Creo que a la gente del pueblo le gusta lo que hacemos y siempre nos saludan. Al principio pensaba que nos tenían que pagar algo o darnos algo por nuestro esfuerzo y trabajo pero ahora pienso que hago co­sas útiles y bonitas que van a estar mucho tiempo ahí y que las van a disfrutar durante mucho tiempo, como el camino del chozo que es­taba con muchas matas de hierbas y no podía caminar la gente por él y tampoco disfrutarlo, ahora en cam­bio a la gente le gusta pasear por él, incluso han hecho un cartel con una foto para saber donde está.
Yo no sabía lo que era esto del aprendizaje y servicio hasta que mi monitor me pidió ayuda para la charla y me explicó que era lo que trabajábamos en Yécora y la mane­ra de hacerlo. Yo lo he querido con­tar para que veáis que es algo muy bueno y me gustaría que los demás institutos lo hicieran para mejorar la relación de los profes con los alumnos, porque yo al principio era muy solitario y gracias al trabajo en equipo y a muchas conversaciones y momentos buenos que hemos vi­vido ahora soy una persona que me sé controlar y se afrontar los proble­mas con más calma.

viernes, 15 de junio de 2012

Y vinieron a por nuestros niños… y no hicimos nada


Pedro Vallés Turmo, profesor

Según el estudio recientemente publicado por Unicef, en España hay 2.200.000 niños sumidos en la pobreza. En La Rioja un 32,9% de niños de 0 a 17 años están en riesgo de pobreza (datos 2010).
Vemos la punta de un iceberg. Los que convivimos con la infancia ya compartíamos la angustia de ver las dificultades en sus vidas: difi­cultad para comprar materiales escolares, imposibilidad de asistir a actividades extraescolares, ropa desgastada, imposibilidad de pagar el comedor escolar, de contar con un refuerzo escolar… por eso hace tiempo que la solidaridad ha teni­do que ponerse en marcha al faltar esos recursos mediante la acción de ONG y fundaciones: el último col­chón en una caída libre que ahora va despareciendo. Las caídas se multiplican, los colchones desapa­recen, la infancia se estampa ante la impasibilidad social, ante la frialdad de la estadística, ante la rabia y la impotencia de los ciudadanos.
Los que convivimos con la infancia nos desangramos con ellos. Nuestra voz ha sido tan frágil como la suya. Se ha escuchado con la misma sor­dez, con la misma indiferencia… no son los hijos de los que adoptan las decisiones político-económicas. Pero, son tantos ya, que empiezan a ser los amigos de sus hijos: mi amigo no va a la excursión, no tiene móvil, no tiene internet, no tiene regalo de cumple, no viene con nosotros…
Al igual que los vencejos recorren nuestras calles y parques con gran algarabía, más niños juegan en ellos sin juguetes, ven televisiones sin plus, tejiéndose una brecha ya no digital sino vital.
Fondos prioridad UNO: No se to­can. Son para la infancia. Para su educación. Para su salud. Para su ocio educativo. Para su futuro. Para nuestra dignidad. Para mirarnos al espejo cada mañana. Para poder seguir llamándonos personas. Para que siga existiendo en el dicciona­rio la palabra humanidad. Para ser riojanos, españoles. Urge un fondo de rescate inmediato.
Contamos con una buena red de servicios sociales de base, con aso­ciaciones activas y con voluntarios, programas de fundaciones. En de­finitiva, un tejido social de gran ca­lidad y competente: solo tenemos que ponerlo en valor, dotarlo de los recursos que demanden. Sus datos nos interesan, sus “primas de riesgo social” nos afectan.
“Si pudieran decidir, los niños se ase­gurarían de que todo el mundo tuvie­ra algo para comer. En una encuesta a 6.000 escolares, 3.250 dijeron que esa sería su prioridad, por delante de tener una videoconsola, opción que marcaron solo 274 pequeños, rele­gándola a la cola de sus decisiones”.
“Los costes de no actuar ahora, no sólo afectan a los niños y a las familias más vulnerables ahora, sino que com­prometen el crecimiento de la socie­dad a medio y largo plazo”. Informe de UNICEF: La infancia en España.
Los datos del estudio impresionan por la extensión que están toman­do. Aunque, desgraciadamente, el sufrimiento y el padecimiento de la infancia no son nada nuevo: es la franja de población más débil e indefensa. Pioneros ya realizó en el año 1995 un estudio de nuestra in­fancia, la de Logroño, publicado por el IER (Instituto de Estudios Riojanos) titulado “La infancia ignorada. Una aproximación a la desigualdad social en Logroño desde la perspectiva de la educación social”. En él se cons­tataba que: “…existen disfunciones graves que violan sistemáticamen­te los derechos de la infancia”. En las páginas 39-42 pueden leerse las propuestas realizadas, a tenor de los datos obtenidos, para el área familiar, socio-laboral, vivienda, educación, salud, servicios sociales. Algunas han sido llevadas con éxito, otras están pendientes de ejecutar.