viernes, 14 de octubre de 2011

Educar en tiempos de crisis

Pedro Vallés Turmo. Profesor.

Todos coincidimos. Estamos in­mersos en una época de crisis.
Lo conocido va transformándo­se y lo nuevo emerge difuso o está en ciernes. ¿Cómo educar en estos tiempos? Primero: vivir un tiempo de cambios es tener la suerte de poder participar en la eclosión de una nueva socie­dad. Segundo: es un tiempo de retos para hacer realidad pro­yectos que precisan de nuevos enfoques; es decir, tiempo de oportunidades. Tercero: para avanzar nos orientan los princi­pios sólidos de una personali­dad íntegra con una ética social comprometida.
En la escuela está el embrión del futuro, es más, ya es el futuro. Los maestros estamos atentos para impregnarlo de los princi­pios humanistas que han posi­bilitado la libertad de millones de seres humanos, mejorado las condiciones de vida, garantiza­do la igualdad ante la ley y una justicia social.
Y frente a un mundo que plan­tea nuevos retos, (aunque a ojos de muchas personas se rompe, otros lamentan el estado de degradación ambiental y eco­nómica al que ha llegado) do­taremos a nuestros alumnos de herramientas personales y so­ciales para que tengan criterios de decisión.
En las aulas hay que abordar los temas que están inquietan­do a la humanidad. Los niños y jóvenes no solo tienen que co­nocerlos, sino afrontarlos desde su creatividad, desde su pensa­miento global y sobre todo des­de su responsabilidad y compro­miso. Las aulas tienen que ser espacios de participación social. La realidad tiene que compartir y debatir con sus jóvenes ciu­dadanos: necesitamos visitar más realidades del entorno, que ellas vengan a las aulas, se sien­ten en los pupitres y conversen, dialoguen, escuchen nuevos planteamientos e incluso que establezcan confrontaciones argumentativas. Esa escuela es la de tiempos de crisis, la que prepara a sus nuevos ciudada­nos haciéndoles partícipes de sus inquietudes, dotándoles de sus mejores herramientas, tanto de tecnologías como de pen­samientos; las ideas más inno­vadoras tienen que llegar a los espacios jóvenes.
Es el enfoque de una educación que forma en competencias a partir de tareas de su realidad social, económica, cultural, tecnológica y lúdica. Alumnos que trabajan con técnicas de aprendizaje cooperativo, que viven, experimentan y ponen en práctica los valores que susten­tan una sociedad democrática y justa. Una escuela de vida para la vida.
Son muchos años los que he dedicado a educar. Primero en medio abierto, luego en las au­las. Junto a los muchachos y sus familias hemos transformado muchas situaciones de injusticia en situaciones de dignidad. Con la capacidad de leer la realidad y ser activos en ella, hemos libe­rado a muchachos y muchachas de la ignorancia y de la escla­vitud de la miseria. Siempre ha sido tiempo de crisis para mu­chos ciudadanos y siempre ha sido tiempo de ser proactivos y de luchar. Eso sí, juntos, desde la amistad, desde la confianza.

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