viernes, 5 de mayo de 2017

Caminando hacia una secundaria más humana

Betzabé Lillo. Maestra de Primaria. Fundadora, directora y formadora Montessori Canela.

En nuestra sociedad, y en las escuelas en general, suele criticarse a los jóvenes porque parecen ‘pasar de todo’ sin implicarse con su entorno, reduciéndose su participación a espacios alejados de sus necesidades y realidades. Cabe preguntarse qué modelo educativo se ha estado imponiendo socialmente durante siglos que genera esta representación social de los jóvenes. 

Es habitual reflexionar sobre la importancia de incorporar el constructivismo social de Vigotsky en el diario vivir de las escuelas, o de potenciar el attachment tan necesario para lograr aprendizajes significativos y de calidad en nuestras aulas. La realidad educativa de España permite replantearse cuestiones esenciales del aprendizaje, como el modelo educativo que impera el cual es transmisivo ya que sigue siendo una reproducción de conocimientos en masa, lo cual hace perder de vista a cada niño y joven.

Con frecuencia se dice que los jóvenes deben ser autónomos, proactivos, personas resolutivas, empáticas, asertivas, resilientes, que puedan reinventar la realidad a partir de sus errores y de sus aciertos, que aprendan a buscar respuestas en su interior, se pide que sean personas responsables e implicadas, en definitiva seres humanos más felices que se ilusionen por construir la ruta de sus vidas y puedan lograr todo aquello que anhelan en armonía consigo mismos y con los demás. Es posible si ocupan el lugar que les corresponde en cada comunidad, en la sociedad. Para lograrlo debe existir un trato más respetuoso por parte de los adultos que acompañan estos procesos de vida, ya sea al interior de las familias, a nivel de políticas públicas y de los centros educativos. Si pensamos en su educación nos daremos cuenta que viven lo opuesto a lo que se les exige: mentes adormecidas atentas a un sinfín de conocimientos aislados que nada significan en sus vidas. Actualmente suelen ser un colectivo sin voz y es algo que como centros educativos debemos modificar. Alguien alguna vez les ha preguntado ¿qué necesitan? Qué les interesa? ¿Sus opiniones se han visto realmente reflejadas en las formas de hacer y vivir la escuela?

El trabajo pedagógico que planteó la doctora Montessori es rico en experiencias de vida que permite a niños y jóvenes iniciar un camino de descubrimiento de sí mismos, de sus potencialidades y aprender a reemplazar el ‘no puedo’ por un ‘yo puedo’. Según la etapa evolutiva hay que diseñar ambientes que estén preparados para que cada persona logre desarrollarse al máximo posible. Dentro del diseño de cada Ambiente Preparado se considera como un eje central el desarrollo de diferentes tipos de independencia: en 0-6 se busca lograr la independencia de movimiento y lenguaje, en primaria la independencia intelectual y en secundaria la independencia económica. Esto quiere decir que las propuestas pedagógicas que enriquecerán estos espacios educativos tienen como característica el favorecer el logro de estos tipos de independencias en niños y jóvenes. ¿Por qué todos deben aprender lo mismo y en el mismo momento? es una pregunta inspiradora para tomar la decisión de cambiar la mirada. Desde estos espacios libres y democráticos, niños y jóvenes construyen rutas de aprendizaje avanzando en los niveles de voluntad y autonomía, lo cual les permite ser responsables de sus aprendizajes en colaboración con los maestros. En esta trilogía educativa (estudiantes-adulto-ambiente preparado) se avanza con equilibrio ya que el profesorado diseña diversas propuestas que son escogidas por los estudiantes, descubriendo nuevos temas y construyendo juntos el aprendizaje. Abrir el abanico de posibilidades pedagógicas enriquece sin duda alguna los procesos de aprendizajes de niños y jóvenes. 
Considerando que en este proceso educativo la responsabilidad coexiste armoniosamente con los límites y acuerdos que se trabajan, porque para que exista libertad debe necesariamente haber un acuerdo de límites que faciliten y fortalezcan los procesos individuales y colectivos de aprendizaje.