viernes, 3 de abril de 2020

Psicología durante el confinamiento



Víctor García Lorente. Psicólogo clínico. Educador en Medidas Judiciales de Fundación Pioneros.

Prácticamente nadie desconoce las recomendaciones oficiales del Gobierno y profesionales para el confinamiento reflejadas en páginas web, noticias en televisión, mensajes virales, etc. Son muy similares y acertadas en los puntos que describen: seguir las recomendaciones oficiales de medidas de prevención, mantener rutinas diarias (de sueño, comidas, deporte, ocio, higiene…), contactar con familiares y amistades, evitar la sobre información (centrarse solo en noticias oficiales y contrastadas científicamente), etc.

En este artículo voy a centrar el foco en la parte más relacional y convivencial de la cuarentena con hijos e hijas y con la pareja.

La máxima intensidad interaccionalmente hablando es la que introduce a hijos e hijas en la ecuación. Nos encontramos que la atención que padres y madres les dedican es inversamente proporcional a su edad, es decir, cuanta menos edad tienen más atención y cuanto más mayores, menos. Todo esto es normal por la disminución de necesidades básicas parentales al aumentar la edad. No obstante voy a apuntar,  partiendo de las diferentes etapas, aspectos que son más fácilmente descuidables:

En la etapa infantil, hay que intentar facilitar algunos momentos de auto-juego, es decir, fomentar que comiencen a entretenerse solos para comenzar así a trabajar su autonomía y para facilitar el descanso de madres y padres. Esto no quita el que haya que acompañarles la gran parte del día tanto en tareas formativas como lúdicas.

En la etapa de primaria, además del auto-juego también hay que introducir algo de autonomía en sus tareas formativas y fomento de algunas tareas domésticas. Esto no quita que haya que invertir un tiempo importante en supervisar sus tareas formativas y compartir tiempo de ocio.

En jóvenes de secundaria todo lo contrario, es decir, tienden a aislarse más, por lo tanto, es importante fomentar momentos de conversación sobre sus intereses y preocupaciones, además de compartir algunos momentos de ocio. También, destacar la importancia de la adecuada resolución de conflictos ya que el factor de marcharse de la situación de conflicto y airearse para relajar la situación se elimina. Por ello, se sugiere en la medida de lo posible, cortar la discusión y separarse físicamente en el momento en el que se comience a aumentar el tono de voz (en la medida de lo posible ya que no se puede salir del domicilio) siempre emplazándola a otro momento más tranquilo, es decir, no eliminándola si no aplazándola.

En cuanto a la interacción entre parejas, destacar que, a causa de la cuarentena, se va a producir un contacto convivencial muy superior al habitual. Esto tiene, evidentemente, ventajas e inconvenientes. Las ventajas son relativas al aumento de la comunicación (más conversaciones y de más temas), aumento del contacto (afectivo y sexual), aumento de actividades en común y reparto de tareas domésticas (esto también es fuente de conflictos en algunos casos). Los inconvenientes suelen venir derivados por el exceso o el fracaso en la negociación de algunos de los aspectos anteriores, por el exceso de expectativas sobre la pareja o por trastornos derivados del aislamiento. Para evitar o disminuir dichos inconvenientes, se sugiere: mantener espacios individuales a diario (lectura, meditación, juego…), hacer planes por consenso, conseguir ceder en algunas ideas o intenciones , nombrar también las cosas que no nos están gustando de nuestra pareja, repartir los tiempos de intervención durante las discusiones y, como dijo el psicólogo Javier Urra hace unos días: “no olvidar decir las palabras clave: te quiero y perdona” a las que yo añado: “creo que lo has hecho muy bien” y “qué suerte tengo de vivir esta cuarentena a tu lado”.

Si bien los sentimientos de agobio, frustración, tristeza y miedo son habituales, por mi experiencia, psicólogos y psicólogas por medio de la terapia online estamos siendo una herramienta útil a la que recurrir.