viernes, 6 de septiembre de 2013

Cuadernos de cine

Javier Navarro Algás, gerente de Fundación Pioneros.



Una de las actividades complemen­tarias del currículum académico ordinario de mi hija en 6º curso de Primaria que me pareció más inte­resante se denomina “Cuadernos de cine”.
Consiste en el visionado de pelí­culas y en el trabajo sobre ellas a través de un cuadernillo de activi­dades; y forma parte del programa de educación para la salud impul­sado por la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja.
Resulta, en mi opinión, un magnífi­co ejercicio para reflexionar, susci­tar dudas, crear opinión y debate, e ir forjando valores a través del aná­lisis de experiencias, situaciones y hechos como la disciplina escolar, las normas, la ayuda mutua, el aco­so, el bullying, la reflexión sobre la propia identidad, sobre las dife­rencias de género, la vocación y la capacidad de elegir, sobre el valor de la familia, el consumismo, el res­peto por la vida, la ecología, etc.
Hay que hacer notar que no se tra­ta de cine específicamente infantil, sino cine para adultos que los ni­ños pueden ver con interés y que les ayuda en su proceso de ma­durez al enfrentarles a situaciones del mundo real. Pienso que es un acierto reconocer el potencial de los niños para desentrañar el entor­no que les rodea si se les acompaña adecuadamente.
Las películas fueron títulos conoci­dos como “Los chicos del coro” y “Bi­lly Elliot”, además de otro que pasó por cartelera de modo más discre­to: “Sam Woo y su abuela”, cinta que compitió en su día en el festival in­ternacional de cine de Toronto.
Igual de atractiva me parece la campaña escolar que acerca a los niños al teatro. Mi hija conoció el Teatro Bretón precisamente a tra­vés de la misma; pienso que obras, montajes y el propio espacio físico donde se llevan a cabo poseen un gran valor educativo. Y la introduc­ción temprana de estas experien­cias hace que el disfrute y el apren­dizaje a través del arte se incorpore de modo natural en los escolares.
Hace un tiempo tuve la alegría de encontrarme en el vestíbulo del Tea­tro Bretón a un alumno del IES Bata­lla de Clavijo que había participado en una tertulia sobre adolescentes y botellón, al finalizar una representa­ción de “El perro del hortelano”. Bo­tellón y Lope de Vega en una misma experiencia vital. Lo lógico es que prevalezca el arte pero, ¿cómo con­seguirlo si los adultos no facilitamos a los alumnos su acercamiento di­recto a las bellas artes, a la danza, al cine, al teatro, a la música?
Los padres podemos propiciar fá­cilmente espacios de encuentro en torno a una película, una serie, un espectáculo de magia, la visita a una exposición, un concierto, etc., actividades todas ellas que, ade­más de hacernos pasar un buen rato, fortalecen los vínculos dentro de la familia.
Por último, creo que sería muy útil revisar los currículums académi­cos, marcados por libros de texto con muchos contenidos y deberes, y ampliar más decididamente el aprendizaje a actividades que ten­gan que ver con todas las facetas de la personalidad de los escolares. El objetivo final es que nuestros hi­jos e hijas sean personas maduras, competentes y felices.

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