viernes, 4 de diciembre de 2015

Combate la violencia de género desde tu móvil

Ángeles Bueno, presidenta de la Asociación Mujer y Tecnología

Según los datos del estudio “¿Fuertes como papá? ¿Sensibles como mamá? Identidades de género en la adolescencia” elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, más de un 80% de jóvenes afirma conocer algún caso de violencia de género entre parejas de su edad, el 12%  no conoce ningún acto de violencia de un chico a una chica y el 16,5%  no conoce ningún acto de violencia de una chica a un chico. Este estudio se ha realizado con una muestra de 2.514 chicos y chicas, escolarizados, de 14 a 19 años.

Son datos preocupantes porque revelan que la violencia de género forma parte de nuestra juventud: 
  • mirar el móvil de la pareja (un 62,9% de las chicas lo hace) 
  • pegar a la pareja (un 28% de chicos lo hace)
  • difundir material como SMS o imágenes sin permiso (un 32,7% de chicos lo hace)
  • controlar todo lo que hace (un 45,3% de las chicas y un 47,6% de los chicos lo hacen)

Las nuevas tecnologías desempeñan un papel cada vez más importante en las relaciones que establecen entre los jóvenes.  Debemos crear herramientas que ayuden a combatir desde la raíz este tipo de comportamientos; la educación es la base de prevención de muchos de las conductas sociales de riesgo. Existen aplicaciones (app) comprometidas con la ciudadanía y las víctimas de malos tratos, creadas para concienciar a toda la ciudadanía,  en especial a los más jóvenes,  de que la humillación o el abuso físico o psíquico son comportamientos que se alejan del concepto de relación sana. También proporcionan teléfonos de denuncia e información sobre asociaciones de asistencia. Todo ello es fundamental, ya que la información ofrecida a través de estas app para smartphones se integra de forma natural en su entorno, en sus conversaciones y medio de comunicación habitual.

Libres, Pillada por ti, Sos mujer, Relación sana, Enrédate sin machismo … son algunas de las aplicaciones que ayudan a la erradicación de este problema desde la educación social, la prevención y la ayuda.

Para  mujeres que sufren violencia de género y para cualquier persona que detecte en su entorno una posible situación de maltrato.
Aporta también, en formato texto, vídeo y audios, testimonios reales de mujeres que han superado la violencia de género. El icono de esta app aparece camuflado en el menú principal para facilitar su uso.

Nos propone la realización de un test para detectar y valorar si nuestra  relación de pareja, o las de nuestro entorno, es sana y pone en valor los beneficios de una relación igualitaria. Así mismo, proporciona información y recursos que pueden ayudar a los más jóvenes que se encuentran en una relación tóxica.

A través de 10 juegos interactivos agrupados en cuatro categorías: Test del Amor, Test Detecta, Test de Pareja y +Ligue se tratan los mitos del amor romántico, relaciones de abuso, percepciones erróneas de violencia de género, dando las claves para el desarrollo de relaciones sanas.

App destinada a reflexionar en formato juego sobre la importante de las relaciones igualitarias y sin machismo. Además, visibiliza los indicadores de control y dominación en las parejas jóvenes.
Mediante un juego de diferentes niveles podemos comprobar nuestra relación de pareja, para lo que hay que ir superando cada nivel: el primero se centra en indicadores de control en relaciones de noviazgo, el  segundo aporta preguntas relacionadas con los mitos del amor romántico y el último hace cuestiones sobre conceptos de la violencia machista.

Mediante un juego de cinco niveles los jóvenes pueden chequear sus relaciones, sus ideas sobre sexismo… y en el último nivel se ofrecen los recursos más cercanos, en caso de que sean víctimas o presencien algún caso.

App en formato comic interactivo para concienciar y sensibilizar a los más jóvenes sobre la necesidad de posicionarse contra los malos tratos y la violencia contra la mujer.

App pensada para los padres de cara  a detectar actitudes, cambio de comportamiento, mecanismos y señales son la antesala de la violencia y que se dan con frecuencia entre adolescentes.

Herramienta práctica de gran utilidad para que las mujeres prevengan, denuncien y rompan el círculo de la violencia de género.

App argentina que permite a cualquier mujer hacer un autodiagnóstico de determinadas situaciones que vive a diario, para saber si está siendo víctima de algún tipo de abuso o agresión de género.

App argentina que da la posibilidad de enviar una alerta a contactos de confianza predefinidos (familiares, vecinos, amigos, etc.) que puedan asistirla ante casos de emergencia. Dicha alerta se envía vía SMS, indicando la situación de emergencia y la ubicación donde se encuentra la persona.

Os animamos a descargar todas ellas, probarlas y decidir cuál es la que más útil os parece y, si conoces alguna otra, te agradeceríamos que la compartieras con nosotros a través de Pioneros. (info@fundacionpioneros.org

viernes, 6 de noviembre de 2015

“Nos ha llamado la atención la profesionalidad de los jóvenes de Pioneros”

Aitor Zenarruzabeitia es el jefe de estudios del colegio Caballe­ro de la Rosa donde los jóvenes del Taller de Pioneros han reali­zado el proyecto de Aprendizaje Servicio Construyendo Sonrisas.

¿Cómo ha visto las competen­cias de los chavales de Pione­ros en este APS?
La competencia que yo he visto que se desarrolla más claramen­te es la competencia social en el sentido de que los jóvenes de Pioneros han venido al colegio a presentar los productos que han trabajado para este proyecto de Aprendizaje Servicio, APS. Esto requiere que en algunos momen­tos han tenido que realizar los productos en directo, y en otros, exponerlos en las aulas. En am­bos casos siempre ha habido una relación con los pequeños y ha supuesto primero valorar el pro­pio producto y después sentirse orgullosos de que han aportado su trabajo al colegio.

¿Cómo ha sido la respuesta de Pioneros ante la solicitud del Caballero de la Rosa para este proyecto?
Entusiasta, descomunal, implica­da al máximo, muy comprome­tida. Nos ha llamado la atención la profesionalidad de los jóvenes que están muy bien guiados por todos los profesionales de Pio­neros. Ha sido una respuesta ilu­sionada y técnica, es decir, con rigor, que no se está haciendo un “trabajito”, las cosas se hacen bien y con una calidad tremenda y creo que con enorme entusias­mo, cada vez tienen más confian­za como si esto fuera un lugar para ellos como puede ser para un escultor un museo. Un lugar donde las obras van a perdurar y un servicio que queda ahí del que sentirse orgulloso y por su­puesto que les va a suponer una autoestima muy grande de decir “yo estoy aportando” además, al propio sistema educativo, que es como darle la vuelta a la trayecto­ria que han tenido estos mucha­chos y muchachas.

¿Qué relación se ha creado en­tre el Caballero de la Rosa y Pioneros?
Una relación creciente, en un pri­mer momento fueron las aulas de infantil y primero y segundo, fue muy cercana porque era entrar en ellas, explicar los juegos que habían realizado y enseñarles a los niños a jugar. Esto mismo se­ría interesante poder hacerlo en los juegos de patio que han reali­zado y organizar por ejemplo un recreo cooperativo donde ellos puedan monitorizar los momen­tos de juego y explicarlos.

¿Qué aporta al colegio este proyecto?
Aporta una serie de trabajos y de juegos que nosotros los profeso­res no tenemos ni el tiempo ni la artesanía para poder realizar. Es acceder a unos trabajos a la carta porque hemos dialogado sobre cómo queríamos estos juegos, hemos creado tamaños especia­les, macro tamaños, y todo este desarrollo solo se puede hacer con un proyecto de Aprendizaje Servicio, donde ellos captan muy bien el interés educativo de estos juegos y lo aportan tal cual.

¿Cómo han recibido los más pequeños este proyecto?

El lema del proyecto Aprendi­zaje Servicio lo dice muy bien: “Construyendo sonrisas”, cuando hemos visto las caras de los críos el día que estaba terminado el úl­timo circuito de ruedas, lo decía todo. Estaba todo infantil enca­ramado en estas ruedas, cuando les ibas a preguntar sobre todo a las grandes si les gustaba o no, decían “sí, estamos felices por­que estamos jugando en altura, como si fueran montañas”.

viernes, 2 de octubre de 2015

“El enfoque comunitario entiende como el mejor modo de sociabilidad la convivencia intercultural”

José Álamo orienta a los profe­sionales de Educándonos en la formación innovación y soste­nibilidad de una intervención social educativa desde y con las y los jóvenes.

¿Qué es la intervención comu­nitaria?
Es una acción social que asume la comunidad local, es decir, el ba­rrio, el distrito o el municipio como destinataria de la intervención, potenciando una ciudadanía acti­va que conoce, reflexiona y actúa para mejorar la calidad de vida y la justicia social de todos y todas. En este sentido es importante desta­car que trabajar comunitariamente incluye a los principales actores sociales: quienes tienen responsa­bilidades políticas para administrar los recursos del territorio; los y las técnicos que trabajan en educa­ción, salud, servicios sociales, etc.; y por supuesto quienes viven en el territorio.

¿Cuál ha sido el enfoque princi­pal de esta formación en el pro­grama Educándonos?
El proceso formativo ha puesto el acento en el desarrollo de una acción social desde y con los jóve­nes que tenga como finalidades: a) promocionar a los jóvenes como ciudadanos y ciudadanas que tie­nen mucho que aportar al presen­te y futuro de la ciudad, b) impulsar la innovación educativa como la única manera de potenciar la igual de oportunidades y c) partir de la diversidad cultural de los y las jóve­nes de una ciudad como Logroño como un nuevo patrimonio que debe ser administrado, cuidado y gestionado de forma positiva, todo ello en el marco de un enfoque que entiende como el mejor modo de sociabilidad posible la convivencia intercultural.

¿Por qué es importante trabajar la intervención comunitaria en un programa como Educándonos?
La intervención social individual o grupal es necesaria pero insufi­ciente, para cumplir con los fines de una entidad como Pioneros y en concreto de un programa como Educándonos. Es preciso impulsar un proceso integrado que permita una acción social eficaz, eficiente y sostenible en el ámbito juvenil. Esto solo es posible generando relaciones asertivas y cooperativas con to­das las administraciones con competencias en el ámbito juve­nil, partiendo del Ayuntamiento, también cuidando al máximo el trabajo conjunto con docentes, profesionales de los servicios so­ciales, culturales, sanitarios, etc. y por supuesto tratando de crear conciencia entre toda la ciudada­nía, haciendo bueno el dicho de “hace falta toda una aldea para educar a un niño”.

¿Cuáles son los principales re­tos de Educándonos a partir de esta formación?
El proceso de trabajo que esta­mos realizando está proporcio­nando muchos aprendizajes e ideas para impulsar nuevas accio­nes, pero a su vez ha evidenciado un excelente trabajo que se ha venido desarrollando. Así que un primer reto consiste en transfe­rir a la comunidad toda la praxis adquirida por Educándonos en sus años de existencia, para ello estamos trabajando en una pu­blicación que permita compartir con toda la comunidad las bases conceptuales, teóricas, metodo­lógicas y las principales herra­mientas utilizadas para el trabajo con y desde los jóvenes.
Otro reto, está en mejorar y po­tenciar la participación activa de los jóvenes en la ciudad, impul­sando proyectos innovadores que partan del arte, el circo, el teatro, la música, como instru­mentos para potenciar las múl­tiples inteligencias y recursos de una juventud diversa y activa.

martes, 8 de septiembre de 2015

“No debemos caer en la trampa de asignar roles inamovibles de víctima y verdugo”

Entrevista a Roberto Pereira, Director de la Escuela Vasco Navarra de Terapia Familiar y vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio Parental, SEVIFIP.

¿Por qué la Terapia Sistémica cómo modelo de intervención de elección en VFP?
Porque la violencia filio parental es sobre todo un problema fa­miliar y el modelo sistémico es la mejor manera de entender el funcionamiento de las familias. Puestos a elegir un modelo de in­tervención parece lógico utilizar el que nos da una mayor com­prensión del fenómeno.

¿Qué aspectos, según su expe­riencia, cree que son más im­portantes a tener en cuenta en la intervención con menores que agreden a sus padres?
Quizás los aspectos más impor­tantes sean no caer en la tram­pa de asignar roles inamovibles de víctima y verdugo; entender lo que sucede en la familia; en­tender que la utilización de la violencia forma parte del juego relacional familiar, aunque sea un juego disfuncional; poder empatizar con el sufrimiento y malestar de todos los miembros de la familia y transmitir con cla­ridad que el responsable de la violencia es que la ejerce, pero que se trata de un problema en el que todos participan de algu­na manera.

¿Qué sugerencias le daría a un terapeuta para intervenir en casos de VFP?
Les diría que es un problema complejo y que por lo tanto tie­ne que formarse específicamente para trabajar con él. Le diría que procure trabajar en equipo y que también, en lo posible, supervise el trabajo que está haciendo.

¿Cuáles son los errores más co­munes en la intervención con menores y sus familias en VFP?
Algunos de los errores más co­munes son trabajar solo con el agresor, tener por lo tanto una visión del problema, es decir, definiendo los roles de víctima y verdugo de una forma rígida; culpabilizar; presuponer; y acer­carse al problema con prejuicios respecto al uso de la violencia en la familia y respecto a que la in­tervención debe ir exclusivamen­te dirigida a reforzar la autoridad de los padres.

¿Cuál es la respuesta desde la SEVIFIP a la VFP?
La SEVIFIP trata de unir, congre­gar y facilitar la comunicación entre los profesionales que es­tudian o intervienen en violen­cia filio parental. Trata también de difundir los estudios sobre el tema, las posibles maneras de resolverlo y, en definitiva, facili­tar el intercambio científico y la divulgación social de este pro­blema.

¿Cuál es la perspectiva de futu­ro para la SEVIFIP?

La SEVIFIP tiene como objetivo crecer como sociedad científica para promover el estudio y el intercambio en la terapia de la violencia filio parental. También el servir de interlocutor a las ins­tituciones públicas para explicar, asesorar, orientar y mostrar la me­jor manera de resolver el proble­ma de la violencia filio parental. Actuar como referencia ética de los profesionales que intervienen en violencia filio parental y favo­recer los estudios, la formación, la divulgación y el intercambio científico sobre VFP tanto a nivel nacional como internacional.

viernes, 7 de agosto de 2015

La secta de los valientes

Miguel Loza Aguirre. Pedagogo y asesor de Educación de Personas Adultas en el Berritzegune de Vitoria.

Me ocurrió este verano pasado cuando cogí un autobús para ir de Chipiona a Rota. Todos los asien­tos tenían cinturón de seguridad, pero nadie los usaba. Y he de confesaros que, aunque siempre me lo pongo en el coche y en los autobuses, en aquella ocasión, al ver que nadie lo utilizaba y que el trayecto era corto no me lo puse. Una vez más y muy a mi pesar me había incorporado a “la Secta de los valientes”. Y digo esto porque en nuestra sociedad, desgraciada­mente, estamos acostumbrados a escuchar datos acerca de los ac­cidentes mortales de circulación que nos indican que un porcen­taje significativo de esas muertes se produce en personas que no llevan puesto el cinturón de se­guridad. Seguramente entre ellas habrá algún “valiente” que en su momento diría que “total para lo que sirve el cinturón”, o que “para un trayecto tan corto”… Algo parecido viene ocurriendo en lo referente a las motos. Es cierto que cada vez se ven más cascos, aunque algunos son los llamados “quitamultas”, es decir, que sirven para que no te pongan la multa, pero cuya protección es mínima en caso de accidente. He oído en ocasiones que la razón para no llevar el casco es que estropea el peinado o que, y aquí aparecen los “valientes”, llevar el casco es de miedicas. Qué os puedo decir de los que andamos por la ciudad en bici. La mayoría va sin casco. Yo soy uno de esos elementos raros que lo usa, amén de llevar luces, timbre y espejo retrovisor. Y digo raros porque cuando me ven de esta guisa, la mayoría de las per­sonas se sorprenden y me insi­núan que soy un poco exagerado. Otra vez los “valientes” y su secta señalan como ridículas las medi­das de seguridad.

Esta secta aparece no sólo en cuestiones de tráfico, sino tam­bién a otros niveles. En general, surgen en situaciones que en­cierran cierto riesgo invitando a los colegas que están a su lado a no tenerlos en cuenta porque en su opinión no hay tal riesgo, añadiendo que si tomas deter­minadas precauciones estás dando a entender que eres un cobardica con el que nadie que­rrá estar. “¿No me digas que no te vas a atrever a hacer eso?” “¿tú no serás de los o las que…?” son expresiones que suelen utilizar para intimidar a sus colegas y conseguir que hagan lo que se proponen. Pero si los accidentes de tráfico causan daños irrepara­bles, no son menores los que se producen en otro tipo de accio­nes como puede ser el llamado “balconing”, es decir, el saltar desde la terraza de un hotel a la piscina, en el que todos los años mueren varios jóvenes. Seguro que aquí también han estado los de “la secta de los valientes” ani­mando a sus compañeros a rea­lizar el salto mortal. Y qué deci­ros de cuando se trata de tomar, fumar o esnifar determinadas sustancias como alcohol, pasti­llas o alguna otra sustancia que, aunque se camuflen con otros nombres, son lisa y llanamen­te drogas. Aquí también surgen de nuevo y con todo su vigor los “valientes” para presionarte a fin de incrementar sus ganancias o, simplemente, para que com­partas el riesgo que conlleva la toma de esas sustancias. Porque ellos sí que conocen esos riesgos y no quieren asumirlos solos.

Hace tiempo que dejé esta “secta de los valientes” y no precisamen­te para ser un cobarde. La dejé porque no me gusta que me pre­sionen ni mi intimiden para hacer algo que no quiero; la abandoné porque como solamente tengo una vida no quiero arriesgarla en estupideces; y me marché porque descubrí que esos “valientes” que me presionaban en nombre del coleguismo y la camaradería no eran amigos, sino enemigos por­que: ¿qué clase de amigo te puede animar a poner en riesgo tu vida? Prefiero estar solo a tener estas compañías ruinosas. En fin, que desde hace algunos años he en­trado en formar parte del grupo de valientes que se atreven decir NO a las insinuaciones de esos co­bardes que he catalogado como “la secta de los valientes”, y des­de aquí os animo a dar ese paso, a tener el valor necesario, porque muchas veces para decir NO hay que ser mucho más valiente que para dar el terriblemente sencillo SÍ de los cobardes.

viernes, 3 de julio de 2015

Mejores padres, hijos más felices

Belén Maiso López, orientadora del Centro de Formación de Fundación Pioneros; y Cloty López Martínez, directora del Centro de Formación de Fundación Pioneros

“Yo era una madre perfecta hasta que nacieron mis hijos”. Esta frase describe muy bien la idea de que a la hora de educar a los hijos, de acompañarles en esa aventura que es crecer, lo más difícil no es saber que hacer – que a veces también tiene su miga – sino ser capaces de hacerlo, tener serenidad, visión, tacto para poder aplicar la teoría, como si ejecutásemos delicadamente una canción.
Esta idea está de fondo en los grupos de madres y padres que hemos llevado a cabo este curso a través del Servicio de Prevención Comunitaria del Instituto Foral de Bienestar Social de Álava. Reunir a unos padres no solo para sugerir, informar, formar sino un grupo para compartir y hacer comunidad que educa.
Tenemos claro que a la hora de criar a nuestros hijos es importante lo intelectual: los resultados académicos, que lean, aprendan, que sepan idiomas; también que sean educados, que sepan reaccionar, que respeten las normas sociales, que se adapten a los cambios; y además la parte emocional y afectiva: que se sientan queridos, a gusto consigo mismos, que amen la vida, a su familia, que establezcan vínculos, que cuiden a los amigos y se dejen querer. En todo esto las familias, con nuestros recursos y capacidades, jugamos un papel fundamental e insustituible.
Por ello consideramos que el grupo de madres debe trabajar desde estos tres componentes –cognitivo, conductual y afectivo-. En el grupo tenemos que compartir, hablar, experimentar, pensar, escuchar, sentir. Aún diríamos más: tenemos que probar, jugar, revisar, contrastar y emocionarnos con lo que sentimos, confundirnos para buscar más allá, ponernos en la piel del otro para ser capaces de comprender y ver otras alternativas. Implicar nuestra mente, cuerpo, corazón y todos nuestros sentidos.
El grupo ha de estar encaminado a empoderar y asegurar las capacidades que tenemos como familia y por otro a desarrollar destrezas, habilidades, pensamientos… que nos permitan prevenir o afrontar situaciones que se pueden y van a dar.
Teniendo en cuenta la imposibilidad de reproducir una experiencia de grupo -podemos reproducir dinámicas y contenidos pero el resultado será diferente- vamos comprobando que hay elementos que consideramos esenciales y que son comunes en nuestra propuesta:

Cuidar, mimar y proteger el clima de grupo, darle tiempo, espacio a que la confianza avance poco a poco, asegurar la confidencialidad, premiar la naturalidad, favorecer los espacios de encuentro.
Reírse, desdramatizar, propiciar un espacio alegre y natural. Somos más permeables si las cosas nos entran desde la sonrisa, el desenfado y el humor.
• Los profesionales que lideran el grupo, son miembros activos, su función es dinamizar, sacar partido de las potencialidades de cada uno, reconducir, traducir, estimular, acelerar la sesión… Pero sobre todo son personas que forman parte de la experiencia grupal.
Crear experiencia. Si pretendemos que las niñas aprendan a hacer pan podemos darles una receta y explicarles el proceso de elaboración. Pero si queremos que conviertan el hacer pan en una experiencia personal, que valoren el que comen cada día y sientan verdadero interés y respeto por este alimento les dejaremos que toquen, huelan, vean, prueben, se manchen y hagan pan. Al igual, si queremos que la experiencia de participar en un grupo de padres produzca cambios, hay que entrar en el obrador y estar dispuestos a mancharnos, tocar, oler, implicarse, confundirse, reírse, compartir.

viernes, 5 de junio de 2015

Mi hijo, ¿consume drogas?

Matías Salazar Terreros, psicólogo.

Es una pregunta inquietante. Pero en la vida de la familia hay un momento especial. Es el día en que los hijos empiezan a salir solos a la calle. Ese día, en el co­razón de los padres, anidan dos sentimientos: alegría porque los hijos crecen. Y miedo por­que ya no saben ni controlan lo que hacen los hijos cuando es­tán solos. Miedo porque la calle está llena de peligros. Y entre los peligros de la calle está la temible droga.

En esta situación la duda es pun­zante, dolorosa. La duda genera angustia y desconfianza. Y la desconfianza mueve al registro de ropa, de enseres, de lugares y hasta del aliento de los hijos. Este registro no se debe hacer y además no hace desaparecer la duda ni tampoco el sufrimiento.

¡Si alguien nos ayudara a salir de la duda!

Para evitarte el dolor o al menos para atenuarlo ofrezco algunas pistas que en conjunto dan una respuesta probable. Un indicio o indicador al cien por cien se­guro no lo hay a no ser ver al hijo o hija “in fragantti”.

Estos indicios, que han de ser tomados en conjunto, son:

1.-Rinde menos en los estudios.
2.-Tiene más cambios de esta­dos de ánimo: tranquilo-airado; alegre- triste…
3.-Está más irritable: se enfada más veces por nada.
4.-Está menos comunicativo que antes.
5.-Dice más mentiras tontas: sin motivo. Miente más que antes.
6.-No cumple responsabilida­des que antes cumplía: deberes, puntualidad, higiene, alimenta­ción,...
7.-Está más rebelde, desobe­diente.
8.-Pasa menos tiempo en casa.
9.-El tiempo que está en casa, está más solo en su habitación, aislado.
10.-Tiene más peleas dentro y fuera de casa.
11.-Hay algún robo de dinero en casa.
12.-Falta más días a clase.
13.-Cambia de amigos.
14.-Tienes la impresión de que no conoces a tu hijo o hija.
15.-Piensa y dice que todos es­táis o están contra él o ella.

Tres avisos:

1.-Algunos de estos compor­tamientos se pueden dar en la adolescencia aunque el chico o chica no consuma o use drogas. Son manifestaciones de la pu­bertad. Los que más claramente señalan la probable presencia de drogas en su vida son los in­dicadores siguientes: el 1, el 5, el 6, el 9, el 11, el 12, el 13, 14. Los otros indicadores pueden deberse al mismo cambio de la pubertad.

2.-No te aterres. Serénate y bus­ca ayuda. Recorta este artículo, vete al colegio y que un profe­sor de tu hijo o hija te ayude a interpretar correctamente los indicadores.


3.-El que los hijos tengan pro­blemas entra dentro de lo nor­mal. Si te ha tocado la china no te acoquines. Busca un centro donde se pueda curar.

viernes, 8 de mayo de 2015

¿Quieres dar el primer paso en falso?

Matías Salazar Terreros, psicólogo. 

 1.- “La más larga caminata co­mienza por un paso”.

Este proverbio vale para mu­chos aspectos de la vida. Así se puede aplicar a aprender a leer, a escribir, a sumar, a dividir, a andar, a manejar el WhatsApp.

El proverbio vale igualmente para aprender que en la vida uno no siempre puede hacer lo que quiere. Quizá el primer paso de este aprendizaje fue el día que tu padre o tu madre te dijeron el primer NO o no consintieron que te fueras a la cama sin tu baño y la ¡montaste gorda!

Este proverbio se puede aplicar al difícil aprendizaje de hacer amigos y de lo sano que es te­ner al menos un amigo.

En muchos aspectos de la vida es verdad que la caminata más larga comienza por un paso. Y lo que acabas de leer es la parte más amable de esta teoría y vi­vencia, tan ampliamente expe­rimentada.

2.- Ahora bien, el mismo pro­verbio puede tener su lado te­mible y doloroso porque tam­bién es válido decir que la más destructora esclavitud de la droga puede comenzar por un paso, por un trago de alcohol, por un porro, por una pastilla. Es verdad que uno puede echar marcha atrás y no seguir por ese camino. Pero es igualmen­te cierto que nadie llegará a la adicción de la droga si no da el primer paso.

Con toda probabilidad, dada la cultura actual, más pronto que tarde cualquiera tendrá la oportunidad de decidir si comprar droga o no y, una vez comprada, si la consume o no. Es importante que la decisión no sea tomada contra su propia voluntad. Y para ello se necesita ser asertivo, superar el miedo a pasar por una “nena”, o a ser un “gallina” o “a estar bajo las fal­das de la madre” o “por el mie­do a quedarte sin amigos y sin poder salir de casa” y todo esto dicho o cantado por unos que se dicen amigos.

3.- Si la decisión tiene una di­ficultad grande, la ayuda que uno necesita es también gran­de. Uno puede contar con la ayuda de su propia familia y de unos amigos. Otro puede que no cuente con ninguna de estas ayudas. En este caso solo puede echar mano de sus propias fuer­zas. Para ello puede utilizar el “disco rayado” (DR) y “el banco de niebla” (BN). El DR consiste en responder siempre de la mis­ma manera y el BN consiste en aceptar como posible el ataque que te hacen pero negarse a hacer lo que te piden, que en este caso es dar el primer paso en el consumo de droga. Y para negarse no dar ninguna razón para ello. El recurso vale tam­bién para otros temas. A modo de ejemplo:

- Otro/s: ¡Anda, bebe! - Tú: No. No quiero beber.
- Otro: Venga; no seas “nenaza”, ¡no seas gallina!
- Tú: Es posible que sea un nenazas o un gallina, pero no quiero beber. (BN y DR)
- Otro: Venga, hombre, ¡bebe!
- Tú: No. No quiero beber. (DR)
- Otro: ¡Mira que eres cabezota y gili…!
- Tú: Es posible que sea algo cabezota y algo de gili… (BN) pero no quiero beber. (DR).
- Otro: ¡Mira que eres aburrido! ¡Venga, bebe!
- Tú: Puede que sea algo aburri­do. (BN) No quiero beber. (DR)
- Otro: Estás rayado, ¡eh! ¡Si no bebes vete a casita!
- Tú: Quizás esté algo rayado. (BN) No me iré a casa. No quie­ro beber. (DR)

Y así hasta que el otro u otros se cansen y no logren que des el primer paso en falso.

jueves, 9 de abril de 2015

Pensamiento y valores

Javier Navarro Algás, gerente de Fundación Pioneros.

Una de las asignaturas de las que conservo mejor recuer­do de mi etapa de estudiante es “Historia de la filosofía”. Me atraía la visión global que planteaba, muy útil para asomarse a la vida de las ideas sin la complejidad de entrar en detalle en el mundo de cada filósofo/a. Más adelante también he disfrutado con “El mundo de Sofía”, de Jostein Gaarder y la “Historia de la filosofía. Sin temor ni temblor”, de Fernando Savater, ambas en clave didáctica.
En el fondo hablamos de preguntarnos, pensar y elaborar respuestas individuales y colectivas a cuestiones esenciales, algo crucial en educación y que se da en todos los ámbitos de la vida, no únicamente en el escolar y formativo.
El entorno familiar ofrece muchas oportunidades para ello. Por mi experiencia, hay dos espacios que me parecen bastante apropiados para facilitar la generación de pensamiento y valores.
El primero de ellos es la mesa, donde la familia se encuentra con mucha frecuencia y puede abordar todo tipo de temas e inquietudes sin demasiadas distracciones. Allí, padres e hijos, tíos, primos, abuelos… podemos escucharnos y dialogar de manera distendida. El otro es el sofá, desde donde disfrutar de buenas películas fuera de la rutina cotidiana. A la fuerza de la palabra del primer espacio se une la enorme capacidad del lenguaje audiovisual para sugerir, despertar sensaciones y sentimientos que en otros contextos nos resulta costoso expresar.
Junto a lo anterior hay otra dimensión, complementaria y más poderosa aún, que es la ejemplaridad. Y es que el enraizamiento de valores en el interior de niños y jóvenes no puede quedar circunscrito a la esfera de las ideas; para que sea auténtico ha de ser vivido y compartido, y los adultos somos los modelos a imitar.
Volviendo a la filosofía, Marco Aurelio comienza su obra “Meditaciones” rememorando precisamente los rasgos más amables de aquellas personas que le influyeron, familiares y educadores. Una pequeña muestra: “De Máximo: el dominio de sí mismo y no dejarse arrastrar por nada; el buen ánimo en todas las circunstancias y especialmente en las enfermedades; la moderación de carácter, dulce y a la vez grave; la confianza de todos en él, porque sus palabras respondían a sus pensamientos y en sus actuaciones procedía sin mala fe…”
Soy de la opinión de que la crisis tan profunda que estamos atravesando tiene bastante que ver con la incoherencia entre los valores humanistas y cristianos que decimos son nuestros signos de identidad como sociedad y la práctica de los mismos en la vida cotidiana.

Los adultos tenemos la responsabilidad de facilitar a los niños y jóvenes las claves y el ejemplo necesarios para que aprendan a vivir -además del compromiso de dejarles una sociedad mejor-. Eso será la brújula que les permitirá orientarse fuera de su entorno conocido, discernir lo conveniente e ir trazando su propio camino, que sin duda tendrá sus riesgos y dificultades, pero que emprenderán con la confianza de haber sido bien equipados.

viernes, 6 de marzo de 2015

Por cada mujer...

Ana Calvo Ávarez, directora del programa Medidas Judiciales y psicóloga experta en violencia de género.

Pronto se conmemora el 8 de marzo para reivindicar la lucha que, desde hace ya más de un siglo, iniciaron las mujeres, primero defendiendo la igualdad salarial y condenando las condiciones inhumanas de trabajo, defendiendo el derecho al voto femenino y el fin de la explotación juvenil, organizándose para promover la igualdad de trato y calidad de vida que sus compañeros varones disfrutaban como derecho propio, legítimo y excluyente.

Las cosas no parecen muy diferentes ahora, donde a pesar de los avances conseguidos en el ámbito político, social o judicial, siguen existiendo desigualdades basadas en el género en todos los ámbitos sociales.

Queremos en esta jornada reivindicar el día de la mujer liberada, la mujer que tiene tiempo libre, la mujer que tiene vida propia, la mujer que tiene autonomía, la mujer que puede cultivar sus aficiones, la mujer que piensa en sí misma, la mujer que no se siente culpable por ser para sí misma, la mujer que no carga con el sostén emocional de las relaciones, la mujer que no se siente obligada a ser el sustento de la familia, la mujer que no carga con el trabajo que otros no realizan, en definitiva, la mujer de las otras batallas que quedan por ganar.

Es tiempo de soltar todos los costes de la feminidad tradicional. Por todo esto, hacemos un llamamiento a la celebración de la igualdad. Juntos, mujeres y hombres, que piensan que es de justicia ser corresponsales en lo privado y en lo público, para poder equiparar los sexos. Los hombres no pueden ser un freno en el camino hacia la igualdad, sino agentes activos de los cambios sociales a favor de una sociedad más ética, justa y democrática. El cambio es necesario porque con el sistema patriarcal actual perdemos todos y todas. Cuando hablamos de igualdad entre hombres y mujeres, lo primero que se nos viene a la cabeza son las diferencias entre unos y otras. Y no son tanto las diferencias sino las desigualdades sobre las que se tiene que poner el acento a la hora de trabajar a favor de la igualdad. Al equiparar diferencias con desigualdades, se invisibiliza el plus de sufrimiento y subordinación que el modelo tradicional impone a las mujeres. En palabras de Bonino, Lozoya, Leal y Szil, “si queremos que las cosas cambien y desaparezcan las desigualdades dejé¬monos de autocomplacencias masculinas y asumamos nuestras responsabilidades”. Estos autores presentaron un texto para la reflexión:

“Por cada mujer cansada de tener que aparentar debilidad, 
Hay un hombre que disfruta de protegerla esperando sumisión. 
Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta, 
Hay un hombre que aparenta saberlo todo porque eso le da poder. 
Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”, 
Hay un hombre que aparenta ser fuerte y frío para mantener sus privilegios. 
Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite, 
Hay un hombre al que no le importa pisar a quien sea con tal de ser el primero. 
Por cada mujer cansada de sentirse un objeto sexual, 
Hay un hombre que disfruta utilizando a las mujeres para su placer. 
Por cada mujer que se siente atada por sus hijos e hijas, 
Hay un hombre que disfruta de tiempo libre a su costa. 
Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o salario satisfactorio, 
Hay un hombre que se aprovecha del trabajo gratuito hecho en casa y que no mueve un dedo para reivindicar la igualdad de derechos laborales de la mujer. 
Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil, 
Hay un hombre que cuando llega en coche a casa tiene mesa y mantel puesto. 
Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, 
Hay un hombre que tiene miedo de perder su lugar privilegiado ante ella. 
Por cada mujer que es víctima de violencia en el hogar, 
Hay un hombre que la ejerce y lo niega presentándose como víctima de las “provocaciones” o el “abuso psicológico” femeninos y muchos otros que miran hacia otro lado en un silencio cómplice. 
Por cada mujer que confía en que los hombres quieren la plena igualdad de derechos, 
Hay cientos de hombres confiando en que “todo cambie un poco para que todo siga igual”.

viernes, 6 de febrero de 2015

Ampliando el foco: una lectura relacional de la violencia filio parental

En los últimos años estamos ob­servando un interés creciente por lo que parece un nuevo fenó­meno de violencia en el ámbito familiar: Violencia Filio Parental (VFP). Un fenómeno complejo ante el que surgen muchas pre­guntas y cuestionamientos. Las agresiones de los hijos e hijas a sus progenitores se están convir­tiendo en motivo de alarma so­cial. Ocupan numerosos titulares en los medios de comunicación, además de ser el foco de aten­ción de un mayor número de in­vestigaciones y de programas de atención.

En España, según datos ofrecidos por la Fiscalía General del Estado, se producen cerca de 5.000 de­nuncias cada año por violencia filio parental. Una cifra que se ha mantenido constante desde que experimentó un crecimiento sig­nificativo en 2006. Boris Cyrulnik (2005) señala una incidencia va­riable: 1% en familias francesas, 4% en familias japonesas y el 6% en estadounidenses.

Iniciativas como el Programa Re-Encuentro: Intervención en Situaciones de Conflicto Familiar, que Fundación Pioneros lleva a cabo en colaboración con el Go­bierno de La Rioja, trabaja desde el 2012 el abordaje de la violen­cia filio parental desde el marco judicial en medio abierto. Desde el programa Re-Encuentro se han atendido a 36 familias en un con­texto terapéutico impuesto por el juez que no implica privación de libertad para el menor.

La causalidad lineal que esta­blece el marco judicial respecto a la responsabilidad de la con­ducta violenta dificulta la visión circular del juego relacional que observamos en terapia, ya que los progenitores tienden a desresponsabilizarse de la res­puesta que dan a las conductas violentas. El objetivo general del Programa Re-Encuentro consiste en favorecer la colaboración de cada uno de los miembros de la familia para generar cambios en su dinámica relacional para que sea innecesaria la conducta vio­lenta. 

Algunas de las premisas con las que abordamos el fenó­meno son: la consideración de la familia como protagonista del cambio y fuente de solución, la creencia de que la familia tiene los recursos necesarios para solu­cionar esta problemática a pesar del hartazgo y otras dificultades. En la práctica terapéutica nos encontramos con que el proble­ma inunda la vida familiar. Una de las estrategias que ponemos en marcha desde un primer mo­mento, es promover la eficacia de quien nos consulta a través del conocimiento de sus fortalezas. Empezamos a “buscar pepitas de oro en el lodo de los problemas” (Beyebach, 2006). Por eso, desde la primera entrevista se plantea cambiar el foco de intervención hacia aquellos elementos resca­tables de la relación. Ellos son los protagonistas del cambio y se considera a cada miembro de la familia como fuente de solución, proporcionándoles una lectura relacional de la problemática, identificando las conductas sin­tomáticas y proponiendo alter­nativas a las mismas, mejorando la capacidad de comunicación y cooperación entre los miembros del sistema, y trabajando sobre la restauración del vínculo, es­tablecimiento de normas claras y adecuadas para restaurar la je­rarquía familiar.


La VFP es un reto en el que está implicada toda la sociedad. En­tendemos que requiere una res­puesta global que pasaría por la implicación de las administracio­nes públicas promocionando los recursos necesarios para ofrecer soluciones a este fenómeno. Desde los medios de comuni­cación ofreciendo un enfoque constructivo de la problemática evitando los sensacionalismos. Favoreciendo la colaboración de la escuela con las familias en­contrando el equilibrio necesario entre protección y educación, así como empoderando a los proge­nitores, y fomentando en los y las jóvenes procesos de aprendizaje transformadores.

jueves, 8 de enero de 2015

Amor bancario

Miguel Loza Aguirre. Pedagogo y asesor de Educación de Personas Adultas en el Berritzegune de Vitoria.

El gran educador brasileño Paulo Freire acuñó el término de “Educa­ción bancaria”. Con esa expresión quería denunciar que muchas veces la educación, en vez de ser comu­nicación y diálogo, se convierte en un depositar contenidos por parte del educador en la mente del edu­cando. De esta forma, la educadora o el educador es el sujeto de la edu­cación y el educando en un mero objeto, algo que hay que llenar. Esta visión supone, además, que el educando, si hace rentable ese depósito, obtendrá los beneficios correspondientes, tal como ocurre cuando depositamos o invertimos nuestro dinero en un banco.

Partiendo de este concepto, se me ocurrió pensar que se podría tras­ladar al campo del amor en sus di­ferentes manifestaciones. Y es que, en bastantes ocasiones, podemos constatar que en el amor algunas personas son sujetos y otras son meros objetos. Esto se puede dar en las relaciones entre padres e hijos y entre las de hombres y mujeres, tengan estos la edad que tengan. En ocasiones, los padres y las madres consideran a sus hijos e hijas como meros objetos y en otras, y hoy cada vez más, son los hijos los que consi­deran a sus padres y madres como objetos de los que se pueden apro­vechar. El maltrato, el abandono infantil o la violencia ejercida sobre los padres por parte de los hijos son la expresión más extrema de esa consideración del otro como cosa, como objeto. Qué decir cuando las relaciones son entre hombre y mu­jer o entre chico y chica. Cada día es más frecuente oír aquello de que la otra persona, el chico o la chica, es para usar y tirar; o aquello de “aquí te pillo y aquí te mato”. La violencia de género es, en este caso, la expre­sión más radical de ese ver al otro o a la otra como una cosa. Ahora bien, esa consideración del otro como algo desprovisto de humanidad lle­va, no solo a ejercer la violencia física sobre ella, sino a ejercer también la violencia psicológica aprovechán­dose de ella.

Hay padres que ven en sus hijos, yo diría que fundamentalmente a sus hijas, una inversión, un seguro para su futuro, alguien que les cuidará cuando sean mayores. Otras veces son los hijos los que tratan de apro­vecharse de sus padres, los que uti­lizan el afecto o, mejor dicho, chan­tajean afectivamente a sus padres para conseguir determinadas cosas. Y esto puede ocurrir también en las relaciones entre hombres y mujeres. El hombre puede creer que por ha­ber amado tiene unos derechos so­bre su pareja y la mujer, de la misma manera, puede pensar lo mismo. Y, sin embargo, nada más alejado del amor.

El amor, si es que lo es, nunca puede ser bancario. Una madre, un padre, si aman realmente a sus hijos e hijas, viven desde su maternidad o desde su paternidad un pequeño drama, porque ven que ese amor creciente que dan a sus hijos e hijas no es para que se queden a su lado, sino para que vivan su vida, para que vayan construyéndose como personas y emprendan el camino que hayan elegido. Algo parecido debería ser el amor de los hijos hacia sus padres. Un amor que no se sustentara en la dependencia de sus progenitores, sino en una construcción libre de sus vidas. Y si hablamos de hombres y de mujeres, de chicos y de chicas, el auténtico amor sigue basándo­se en la igualdad y en la libertad. Siempre he pensado que amar a una persona es, entre otras cosas, ir tejiéndole unas alas de libertad para que vuele donde ella quiera y para, en su caso, pueda romper todas las ataduras que tuviera, incluso si en un momento determinado, una de esas cadenas fuese el tejedor de su libertad. Así pues, amar a una per­sona es darle la libertad para que te quiera desde esa misma libertad. No quisiera amar a nadie por considera­ción, por obligación, por algo que no fuese amor. Y tampoco quisiera que la persona que me amase no lo hiciera desde su libertad, porque sé que si así fuese, ya no sería amor lo que sentiría por mí. Entonces sería yo el que, desde mi amor, aunque me partiese el alma, le recordaría que ha sido mi cariño el que le ha tejido esas alas de libertad para que pueda volar lejos de mí, a donde quiera. Eso es, para mí, el amor.