jueves, 2 de junio de 2016

Adolescente: ¿caminar solo?


 Matías Salazar Terreros. Psicólogo.

Es la hora de empezar a caminar, a caminar solo. En el camino, el adolescente puede estar sucesiva­mente en tres posiciones: arriba, en medio o abajo.

Estar en una u otra posición depen­de de tres clases de características:

a.- Físicas: Lo físico se puede defi­nir como una persona alta, guapa, ágil, sana, fuerte, resistente. En la proporción en que estas cualida­des estén se dirá que esa persona está arriba, en medio o abajo en cualidades físicas.

b.- Intelectuales: Lo intelectual se puede describir como la persona capaz de aprender las asignaturas que se estudian; capaz de razonar y de expresar su pensamiento y sus conocimientos con facilidad de for­ma oral, escrita o de otras formas. En la medida en que estas cualida­des estén presentes o no estén in­terrumpidas por defectos oculares, auditivos o de otro orden, la perso­na estará arriba, en medio o abajo en cualidades intelectuales.

c.- Sociales: la sociabilidad se distin­gue por estas características: tener algún amigo, al menos uno; los de­más se fían de él; es “buena gente”, le buscan para el deporte u otras actividades o aficiones; es buen co­municador; sabe escuchar; no usa la violencia física ni la agresión verbal con nadie. Se muestra amable, agra­decido y alegre. En la cantidad en que estas características las active, se dirá que está arriba, en medio o abajo en cualidades sociales.

¿Cuántos adolescentes hay en cada posición, en cada una de las tres ca­racterísticas?

Sin recurrir a la sociología pode­mos decir que arriba hay pocos, en medio está la mayoría y abajo hay también pocos. Pero este dato no es lo importante. Lo que realmente merece la pena tener en cuenta es que, con algo de esfuerzo, la ma­yoría tiene cualidades suficientes para vivir con ilusión, con agrado, con esperanza y con capacidad para alegrar a cuantos desee o quiera.

Con todo es importante decir que el adolescente se tiene que enfrentar a unos enemigos que intentan y se esfuerzan en impedirle la presencia armónica de las tres cualidades:

El primer enemigo se llama NARCI­SO. El símbolo del narcisista es el es­pejo. “¿Espejito, espejito hay alguien más guapo…que yo”? “Yo soy el más…de todo y de todos”. No olvi­des que las comparaciones siempre son odiosas y no arreglan nada.

El segundo enemigo se llama EPI­CURO. Este enemigo te invitará al placer sensorial, al placer de po­seer, y al placer de la fama, al placer de los excesos…Frente a Epicuro está la racionalidad que te hará buscar la alegría en hacer bien las cosas, en hacer el bien, en tener amigos, en poder ayudarles, en po­der pedirles ayuda, en el deporte favorito, en el saber esperar, en la música, la danza, el canto y el “es­tar bien” y en que “los otros estén bien”: (yo OK—tú OK.)

El tercer enemigo se llama EL MIE­DO A LA LIBERTAD. Este enemigo te puede llevar a decidir embo­rracharte, a usar drogas, a faltar a clase, a engañar, a rebajar la cate­goría de persona a la de borrego gregario y “hacer de Vicente” e “ir donde va la gente”.

¿A dónde agarrarte o dónde echar mano? Si lo deseas aquí tienes es­tas asideras:

1.- Estudiar porque quieres saber.
2.- Tener al menos un amigo por­que lo necesitarás para recibir y dar apoyo.
3.- Cuidar a tu familia porque nece­sitas un lugar donde puedas enfa­darte, llorar, alegrarte, sonreír, cons­truir, conocerte, aprender a vivir.
4.- Tener esta idea fuerte: “No haré a nadie lo que no quiero que los otros me hagan a mí”. (Ética de mínimos)
5.- Tener la misma tarea de Dió­genes: “Buscar un hombre” (una persona sana, inteligente y social). 

¡Suerte¡


El resultado de la “tarea” depende de ti y si tú solo o sola no puedes lograrlo, puedes pedir ayuda ya que siempre hay personas dis­puestas a ayudarte.

¡Aupa¡