viernes, 3 de diciembre de 2021

Voluntariado y TIC: un tándem ganador

ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos

Marta Castillo Charfolet, responsable del Área de Estudios e Innovación Social de Fundación Tomillo

En 2021 muchos de nuestros actos cotidianos dependen de las tecnologías de la información y de la comunicación o TIC, y de la interacción por medios digitales entre personas, organizaciones, colectivos o instituciones públicas.

Nos conectamos en el trabajo, en nuestro tiempo de ocio, en las relaciones de amistad o de pareja o para comunicarnos con nuestra familia, las tecnologías de la información y de las comunicaciones ocupan cada vez un lugar más central en la política, la economía y la sociedad. No es posible entender el devenir del mundo contemporáneo sin atender a los cambios tecnológicos producidos en las últimas décadas.

El voluntariado no es ajeno a estos cambios.

Como analizamos en nuestro informe VOLUNTIC: Estudio sobre el impacto del uso de las TIC en la acción voluntaria, (de Fundación Tomillo) las nuevas tecnologías están haciendo evolucionar lo que se entiende por voluntariado y la manera en que se desarrolla. Hace unos años, una persona que quería prestar su tiempo ayudando a diferentes causas se acercaba a su organización de barrio y se comprometía con un proyecto concreto de una manera más o menos duradera, a donde acudía unas horas por semana para colaborar. En la actualidad Internet permite potencialmente participar con el tiempo propio en proyectos de cualquier parte del mundo y en cualquier temática. No es necesario estar físicamente presente, se puede colaborar a distancia, y que esa colaboración se produzca a cualquier hora y en la duración preferida, sea esta de segundos, de semanas o de años: apoyar una campaña de ciberactivismo solo requiere un “retweet”, la edición o revisión de un documento puede llevar un par de horas, dar clases de refuerzo a jóvenes de secundaria es un esfuerzo de semanas o de meses.

Las TIC permiten que la actividad voluntaria sea más flexible, adaptada a las circunstancias de cada persona, al tiempo de que dispone y al grado de compromiso que desea. Esto ha permitido ensanchar la base social del voluntariado porque las TIC permiten salvar lo que antes eran limitaciones: ya no es necesario estar físicamente presente en un lugar, ni realizar la actividad en un horario concreto, ni siquiera establecer un compromiso duradero o estable con una entidad, lo que hace posible la incorporación al voluntariado de muchas personas que antes por razones de tiempo, distancia, ubicación – por ejemplo, en el caso de las zonas rurales -, u otros factores – por ejemplo, una discapacidad- , no podían desarrollar una actividad voluntaria.

El voluntariado en 2021 se desarrolla los 365 días del año, 24 horas del día, y en cualquier lugar.

Hoy en España hay 2,7 millones de personas voluntarias (Perfil de la solidaridad en España. PVE, 2020) pero las TIC hacen posible que nuevos perfiles de personas pueden donar su tiempo y esfuerzo de manera solidaria, la atracción de colectivos antes más alejados de estas prácticas (por ejemplo, jóvenes) y la inclusión de otros que antes encontraban más barreras a su participación (por ejemplo, personas con discapacidad), lo que supone un enriquecimiento en todos los sentidos del voluntariado.

¿Cómo aprovechar esta fuerza motora para responder a los retos sociales que se nos plantean? Las entidades del Tercer Sector, que canalizan en buena medida la acción voluntaria en nuestro país, tienen un reto en este sentido. Algunos estudios muestran que en general este sector está poco maduro en lo digital, lo cual contribuye a explicar el limitado alcance del voluntariado mediado por las TIC hasta el momento; no obstante, la pandemia de la Covid19 ha impulsado la transformación digital de estas organizaciones y, por ende, el voluntariado digital. Si atendemos a los datos que recogimos en la encuesta del estudio ya mencionado, el 90% de las entidades decían haber llevado a cabo, en los 12 meses precedentes, actividades de voluntariado mediadas por las TIC en su diseño, en el objetivo o en el contenido de la propia actividad.

Las organizaciones del Tercer Sector tienen, en síntesis, una oportunidad inmejorable de encauzar esta “fuente de energía” voluntaria gracias a las nuevas tecnologías, y con esta participación, aumentar su impacto social y ofrecer sus servicios con mayor calidad y eficacia para el conjunto de la sociedad.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Lo que se nombra existe. La necesidad del uso no sexista del lenguaje en las aulas

 ODS 5: Igualdad de género

Cristina Fernández. Pedagoga, psicopedagoga, agente de igualdad y experta en intervención en violencia de género.

Numerosos son los debates que giran alrededor del uso sexista que se le da a la lengua castellana y a la necesidad de reformular nuevas formas de expresión y comunicación, mediante las cuales se visibilice y se nombre a las mujeres.

El lenguaje es un manifiesto de la realidad y a su vez es una construcción de ella. Por este motivo es necesario ser conscientes de la importancia que tiene el hacer un uso adecuado de él para evitar discriminaciones sexistas y no perpetuar estereotipos. Tal y como Susana Guerrero, profesora de lengua, expuso en 2010 en el artículo llamado “El sexismo lingüístico: un tema de actualidad”, la lengua es el instrumento que permite expresar nuestros pensamientos, ideas y nuestra forma de concebir el mundo, lo que contribuye a nuestra interpretación de la realidad. La lengua, es también, por tanto, el reflejo de la cultura de una sociedad en un determinado momento y lugar.

Por ello, si el uso correcto del lenguaje es de tal importancia debido a la repercusión que supone en la sociedad, sería necesario que se revisara su uso para que desde ahí se combata el sexismo y la desigualdad existente entre hombres y mujeres, visibilizando, nombrando y no atribuyendo cualidades de superioridad o inferioridad en función del sexo.

La lengua castellana cuenta con un amplio y rico abanico de recursos, de vocabulario y de múltiples formas de expresión que permiten crear discursos no discriminatorios y no sexistas. Normalizar lo que se ha llevado a cabo durante años no significa que sea la forma correcta de llevar un discurso. Todo cambio requiere su tiempo, y el reeducar la forma de discurso que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida, no es algo sencillo. Por esta razón, desde el ámbito educativo y formativo se deberían crear e implantar guías de uso de lenguaje no sexista con el fin de sensibilizar y enseñar diferentes estrategias para lograr un buen uso del lenguaje, y para crear nuevos pilares.

Algunas de las formas de uso de lenguaje más sexistas que podemos encontrar en los discursos no inclusivos pueden ser el uso del masculino genérico, plurales mal formulados (omitiendo el femenino), expresiones descalificando a mujeres y elogiando los hombres, y la feminización y masculinización de las profesiones.

Puesto que la escuela es transmisora de valores, conocimiento, actitudes y favorece el desarrollo integral del alumnado, se debe abogar por una educación en la que se potencien los mismos derechos y oportunidades para ambos sexos.

Consecuencia de ello, profesionales de la educación, juegan un papel fundamental a la hora de la transmisión de valores no sexistas mediante las prácticas educativas y la selección de contenidos, por lo que deben transmitir siendo conscientes de la influencia directa que tienen sobre el alumnado. Como se ha dicho anteriormente el lenguaje es una muestra de la sociedad y si no hacemos un buen uso de ella, la sociedad seguirá impregnada en el sexismo.

También hay que tener en cuenta el currículo oculto y todo lo que conlleva, puesto que, de manera sutil e imperceptible se instaura en comportamientos, creencias, forma de hablar, etc.

Así mismo, existe la tarea fundamental de implementar en libros de textos y discursos el uso de un lenguaje no sexista. Libros de historia, literatura, filosofía, están repletos de términos usados como masculino de genérico para referenciar a hombres y a mujeres, por ejemplo, el término “hombre”, utilizado para hacer referencia a la “humanidad”. Este poder patriarcal en el uso del lenguaje repercute a la invisibilización de la mujer, puesto que se continúa poniendo el foco de atención en el hombre y en el uso del masculino para englobar todas las realidades, en las cuales también han existido mujeres. Además, se debería realizar una revisión de los contenidos escolares, ya que se presentan más figuras de hombres que han sido importantes a lo largo de la historia, que, de mujeres, y no por falta de existencia, sino porque históricamente siempre se ha invisibilizado su trabajo y se le ha dado menor importancia, por el hecho de ser mujer.

Por consiguiente, la educación es un pilar fundamental para erradicar las desigualdades y la violencia que hoy en día siguen perpetuándose en la sociedad. Comenzar a visibilizar, a nombrar a las mujeres y a darles el lugar merecido, es uno de esos pequeños cambios que ayudaran a fomentar una sociedad menos sexista, con mayor igualdad de oportunidades y más justa.

viernes, 8 de octubre de 2021

Restableciendo la autoridad parental

ODS 4: Educación de calidad

Víctor Manuel Pérez Vega, trabajador social, terapeuta familiar y de pareja y Jesús Alberto Vélez Valle, psicólogo. Fundación Pioneros.

En muchas ocasiones nos encontramos con sentimientos de culpa y vergüenza expresados por madres y padres que viven una situación conflictiva con sus hijos e hijas adolescentes. 

En las entrevistas que realizamos a las familias en el programa Re-Encuentro de Fundación Pioneros, nos exponen que ya no saben qué hacer, que se sienten malos padres y malas madres, que están a punto de “tirar la toalla” en la educación de sus hijos e hijas y nos preguntan qué pueden hacer para mejorar las cosas. 

Surge en este momento una oportunidad de plantear un nuevo marco de relación en la familia que permita identificar, integrar y exteriorizar estos    sentimientos “prohibidos” para entender mejor sus relaciones. 

Transformar la queja sobre el problema en una demanda familiar conjunta en la que cada miembro del sistema familiar asuma su propia responsabilidad, interesándose por el estilo educonormativo de los progenitores (AUTORIDAD PARENTAL) que junto a la nutrición emocional constituyen los dos pilares básicos desde donde se puede ofrecer una base segura en la crianza y educación de hijos e hijas. Estos progenitores no se perciben como tales y los hijos tampoco los perciben como padres. Los padres y las madres sienten que han perdido la autoridad y los jóvenes e infantes no la respetan. 

¿Entonces cómo pueden padres y madres ir recuperando la autoridad parental? 
Cuando hablamos de recuperar la autoridad no nos referimos al concepto antiguo de autoridad que denota lejanía, distancia entre progenitores e hijos, control absoluto y obediencia ciega sobre los infantes que tienen que obedecer. Una autoridad donde los padres y madres están por encima de los hijos e hijas sin aceptar críticas de forma rígida, donde se identifica al niño bien criado con el obediente y donde la punición tiene que ser inmediata para que responda desde la obediencia total. 

Hablamos de una autoridad que se base en la cercanía y en la presencia, donde padres y madres tienen la experiencia de que existen y tienen más peso en la familia como progenitores y los infantes tienen la experiencia de que tienen padres. 

Es la autoridad mantenida por la actitud decidida de los progenitores que expresan que todo lo que le pasa a mi hijo o hija me interesa cuando todo va bien y especialmente cuando las cosas se complican. 

Es una autoridad que no es invasiva y que sí respeta la individualidad del niño. Pero cuando las cosas van mal hay una vigilancia más decidida y cercana focalizada en las señales de problemas o más protectora cuando se necesita protección. 

Es una autoridad que se basa en el auto-control y no en el control sobre otra persona. Donde los padres envían el mensaje de que tenemos el control sobre lo que hacemos y si tengo que protegerte iré a buscarte cuando no llegues a casa. De esta forma se ganan el respeto del otro. 

Es una autoridad no principalmente piramidal y jerárquica, sino más bien es una autoridad reforzada y sostenida por la red de apoyo (familia extensa, amistades, escuela, etc.). 

Es una autoridad donde se cambian los mensajes que se envían a los hijos e hijas: de “tú harás lo que yo digo” a “nosotros haremos lo que decimos”; no a la punición inmediata y sí a la persistencia, paciencia y tiempo, se toman las decisiones cuando las cosas se hayan calmado y no hay que vencer al niño o niña y sí que hay que persistir.

Es una autoridad basada en la creación de un marco de relación positivo entre toda la familia, donde todos y todas se aceptan de forma incondicional generando en los hijos e hijas la percepción de que sus progenitores son una base segura desde donde pueden salir a explorar el exterior porque pueden volver. Los padres y madres se anclan en su función parental estabilizando al hijo o hija ante sus conflictos o conductas de riesgo.

El efecto de esta nueva autoridad recuperada por los progenitores  es doble: experimentan que son competentes y que están presentes en las vidas de sus hijos e hijas (se refuerza su rol de autoridad) y los infantes perciben a los padres y madres presentes en sus vidas de forma positiva ya que pueden recurrir a ellos en todo momento pero especialmente cuando las cosas van mal. 

No es una tarea fácil ni sencilla, tampoco una respuesta estándar ya que cada familia constituye un marco de relación propio y particular. Es una propuesta para asumir la presencia parental en la apasionante y, a veces, compleja labor de educar, proteger y guiar a sus hijos e hijas.

viernes, 3 de septiembre de 2021

El impacto del sexismo en los chicos y su derecho a ser felices

ODS 5: Igualdad de género

Ritxar Bacete González, coordinador de Promundo Global en España, investigador social y escritor.

Ya no se puede poner en duda que el feminismo ha cambiado el mundo en el que vivimos, revolucionando radicalmente la posición de las mujeres en la sociedad y, por consiguiente, cuestionando el lugar de los hombres, y muy en especial, las expectativas y el lugar que van a tener que ocupar, no ya en el futuro, sino en el presente los varones, que hoy son nuestros niños. 

Como hombre, padre, educador y referente que acompaña en la vida a dos niñas y a un niño, son muchas las preguntas que me ocupan, preocupan y que trato de resolver: ¿Cómo queremos que sean las vidas de los chicos? ¿Cómo encajan los roles masculinos en una sociedad igualitaria? ¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos varones sean más libres, felices y creativos? ¿Cómo educar a los chicos en modelos de masculinidad amables, pacíficos y alejarles de los roles tóxicos? ¿Cómo se logra redefinir la masculinidad alejada de modelos hegemónicos dañinos históricamente dominantes y basados la competitividad, la negación de la expresividad o la legitimación de la violencia? Ha llegado el momento en que tiene que empezar a ser prioritario pensar en los niños como sujetos impactados, condicionados y limitados estructuralmente por el sexismo. Toca  pasar a la acción desde una mirada integral de género, acompañando a los niños y jóvenes,  para facilitar que puedan encontrar su lugar, facilitando un encaje amable y activo, en el mundo más igualitario, justo bello y feliz, que estamos contribuyendo a construir. 

Una de las mayores alegrías que nos ha proporcionado la teoría feminista a los hombres, es la tan emancipadora como esperanzadora idea acuñada por Simone de Beauvoir, que hace referencia a la percepción de que “no se nace mujer, se llega a serlo”. O lo que es lo mismo, no hay un destino inamovible basado en la biología, el sexo o la mística de la maternidad, que determine las posibilidades de ser, estar, hacer, pensar y sentir , que tienen las mujeres en el mundo. 

Del mismo modo en que no existe un destino universal en lo que ser refiere a la construcción de las identidades de las niñas y las mujeres,  exactamente lo mismo ocurre con niños, los chicos jóvenes y los hombres; por lo que tampoco se nace hombre, niño, chico o varón, sino que se llega a serlo. 

La mayor prevalencia de la violencia en los hombres, la menor participación en los cuidados, el predominio masculino en las esferas de poder, o la mayor predisposición a generar situaciones de riesgo, no tienen nada que ver con una esencia innata o con un destino masculino universal. Como creación humana, también son fruto de una construcción social hegemónica (y tóxica), y como tal, puede (y debe) ser revertida y modificada, a favor de modelos de masculinidad democráticos, o lo que es lo mismo, pacíficos, expresivos, colaborativos y cuidadores. 

Otro factor clave para apostar por la transformación de las masculinidades tóxicas heredadas, tiene que ver con la evidencia de que el empoderamiento, la libertad y las vidas libres de violencia en las niñas, no serán posibles sin el empoderamiento positivo de los niños. Empoderar a los varones no significa profundizar en las relaciones de poder e inequidad, sino que el empoderamiento masculino pasa por la toma de conciencia, desde la emoción percibida en los cuerpos, los sentimientos y las acciones, de los cambios que se han producido en las vidas de las niñas y de la sociedad que les rodea, motivándoles y acompañándoles cada día, para que se desenvuelvan en sus relaciones de forma igualitaria, equitativa, comprometida y libre.

Para lograrlo, tenemos que liberar también a los chicos de los estereotipos sexistas que les privilegian, pero  que también les impactan y oprimen, pagando el alto precio de tener que limitar sus posibilidades de ser y estar en el mundo de forma humana: expresiva, tierna y compasiva.

Pero para bajar a tierra y que este artículo pueda resultar útil, quiero compartir  con vosotras y vosotros, diez  recomendaciones prácticas sobre cómo  acompañar a los niños a crecer fuera de estereotipos y mandatos patriarcales. 

1.- Honrar y cuidar el cuerpo de los niños: como un espacio de creatividad, vulnerable y maravilloso. Son cuerpos para sentir, disfrutar, cuidar y actuar con respeto y compasión. 

2.- Cultivar, propiciar y facilitar el reconocimiento de las niñas como iguales: en derechos y capacidades: Hablar bien a los niños de las niñas.

3.- Fomentar el reconocimiento de las mujeres poderosas. 

4.- Poner en valor los ejemplos de hombres, buenos, pacíficos y cuidadores. 

5.- Invitarles e incentivar que se responsabilicen de las tareas de cuidado y los trabajos domésticos. 

6.- Ser conscientes de las desigualdades que siguen prevaleciendo entre mujeres y hombres: ponerles ejemplos concretos y hacerles partícipes del cambio. 

7.- Conectar con el medio ambiente como parte del todo: Cuidar una planta, adoptar un árbol: conocer las funciones que cumple para nuestra supervivencia y abrazarlo. 

8.- Acompañarles en el reconocimiento y gestión de las emociones: la tristeza, el miedo, la rabia, la calma. 

9.- Entrenar la empatía y la compasión: reforzar y valorar ponerse en el lugar de las demás personas. 

10.- Transitar por la parte expresiva de la vida: apoderarse de todos los colores del arcoíris. 

Acompañar en la vida y educar a los chicos en la era del feminismo no es tarea fácil y requiere de personas adultas de referencia, especialmente padres, madres, educadoras y educadores, sensibilizadas y formadas en clave de género y feminismo, que incorporen la mirada y el análisis específico del impacto que el sexismo tiene también en los niños y los chicos jóvenes. ¿Cómo puedes ayudar a criar a un niño libre y feliz? Comprometiéndote tú también, como adulta, con el cambio que quieres ver en él.

viernes, 6 de agosto de 2021

Impacto de la COVID-19 en la juventud de La Rioja

ODS 3: Salud y bienestar

José Manuel Valenzuela Pareja, coordinador técnico de Fundación Pioneros.

El Informe diagnóstico: Impacto de la COVID-19 en la juventud de La Rioja arroja algunas evidencias preocupantes: el 55% de las y los jóvenes han vivido su situación educativa como mal organizada, poco adaptada metodológicamente y con falta de apoyo suficiente por parte del profesorado. Además, el 14% de jóvenes expresan haberse descolgado del curso y 1 cada 4 jóvenes no se siente seguro en su entorno educativo. 

En cuanto al empleo, el 22,8% hace referencia a la pérdida total de su puesto de trabajo, seguido de un 17,8% que alude haber entrado en situación de ERTE. 

La salud emocional de las personas jóvenes se ha visto afectada de manera contundente: el 45,9% (el 33,9% en mujeres) se ha sentido triste o con depresión en algún momento de esta pandemia.

El 15% de las persona encuestadas, reconoce situaciones de tensión y otro 6% alude a la existencia de violencia verbal o física en sus núcleos familiares. 

En cuanto a las relaciones sociales, casi la mitad de jóvenes, un 48,9%, plantea que ha perdido relaciones anteriores. Uno de cada 10 jóvenes conoce casos en los que alguna persona ha sufrido algún tipo de acoso o presión no deseada a través de redes sociales. 

Analizando los hábitos de consumo de tóxicos entre los y las jóvenes en el post confinamiento, se evidencia que el 10% ha continuado con malos hábitos. 

En conclusión, podemos señalar que tras el análisis de datos el comportamiento general de los y las jóvenes desde el comienzo de la situación generada por la COVID-19 ha sido excelente. Es por ello que la percepción que tienen sobre cómo son vistos les genera frustración. En efecto, detectan que existe una tendencia a globalizar en la juventud los comportamientos de transgresión de normas, mientras que con otros colectivos no sucede lo mismo. 

En cuanto a la alteración de los hábitos de vida por los contextos restrictivos, se evidencia una repercusión importante en la salud mental de toda la población, particularmente en el colectivo joven, donde la socialización cobra especial relevancia para su desarrollo psicoemocional y evolutivo. En consecuencia, encontramos un aumento del número de horas de conexión a la vida digital y redes sociales. Además, cabe destacar la percepción de una mayor exigencia en el contexto académico, sumada al desarrollo de un tipo de aprendizaje casi autónomo por la supresión de las clases presenciales. Por último se reflejan cambios en las rutinas de sueño y alimentación y descenso o ausencia de actividades deportivas. 

Dentro del contexto global, hay que señalar la preocupante situación de quienes están viviendo todo lo sucedido desde situaciones de precariedad económica. En estos casos, la pandemia ha venido a acentuar la difícil situación que ya venían pasando, muy en contraste con las situaciones idílicas de confinamiento que hemos visto en diferentes medios de comunicación.

La incertidumbre y la saturación de información en los medios de comunicación y en la calle sobre el tema de la COVID-19, también les está afectando, generando estados de mayor irritación y de aislamiento social. Existe actualmente una enorme preocupación por el futuro y una gran impotencia por el presente en todo lo concerniente al mundo laboral. Muy posiblemente, estamos hablando de una de las generaciones con mayor incertidumbre y menos aspiraciones de los últimos años. 

En el  ámbito de la salud, el miedo es protagonista. Más concretamente, se refiere miedo al contagio de familiares cercanos y miedo a que esta situación se prolongue indeterminadamente en el tiempo. Por ende, entre la juventud existe un enorme desgaste debido a la privación y limitación relacional, ahora marcada por la distancia social. Continúa la frustración respecto a las normativas contradictorias, los resultados negativos a pesar de los esfuerzos realizados y la tendencia a la culpabilización de la juventud. 

Todo ello nos hace plantear las siguientes líneas de actuación a modo de propuestas: 

  • La necesidad de abordar la salud emocional y los estados de tristeza, depresión, nerviosismo o frustración.
  • El reorientar la formación académica tras la pandemia, adaptando planes y atendiendo también otros aspectos que no son exclusivamente académicos.
  • La necesidad de identificar, detectar y gestionar situaciones informativas de cualquier tipo de violencia.
  • La importancia de trabajar la realidad de los y las jóvenes en el mundo laboral de manera prioritaria.
  • La necesidad de abordar las expectativas, la confianza, el emprendimiento, el esfuerzo y la ilusión como signos de una adecuada salud emocional. 

Quizá sea la población joven la que tendrá que lidiar con las consecuencias de la pandemia más a largo plazo. Pongamos los medios necesarios para salvar vidas y no desatendamos otras necesidades humanas que no son menores, como lo son la salud mental y el derecho a desarrollarnos integralmente como personas.

viernes, 2 de julio de 2021

De qué va la feminización de las migraciones. Mujeres que protagonizan su historia migratoria

 ODS 5: Igualdad de género

Yanitza Torres G. Rioja Acoge, Proyecto Inmigracionalismo.

El camino de migración puede ser muy dispar para cada perso­na. A través de la mirada de dos mujeres nos acercamos a sus ex­periencias migratorias, su vida en España y su participación en la denominada “feminización de las migraciones”.

Decidir migrar con la responsa­bilidad en tus hombros

Con el casco de la moto en mano, cruza la puerta Zahida Parveen. Una mujer pakistaní que hace casi quince años llegó a España para quedarse. Recuerda la ale­gría y la ilusión con la que viajó definitivamente a este país a sus 33 años. Estaba convencida: “voy a España como van los hombres: a buscar trabajo y luego a reagru­par a la familia”.

Cuenta con satisfacción que fue de las primeras de su familia en llegar a la península y a pesar de que contaba con el respaldo de una de sus hermanas, vino sola, dejando en su país de origen a su marido y 9 hijos. En su pueblo, cerca de la ciudad de Gujrat, re­gentaban una tienda de alimen­tación, pero “por más que traba­jaba, no lográbamos tener una vida buena”.

Zahida llegó con un contrato de trabajo que le ofreció una em­presa de servicio de limpieza en La Rioja. Su finalidad: hacer lo necesario para lograr el reagru­pamiento de sus seres queridos. El siguiente paso fue acercarse a Rioja Acoge para solicitar ayuda al respecto. Con el tiempo logró su objetivo.

Dicotomía del camino migratorio

Las diferencias en el recorrido migratorio son marcadas desde el principio por la situación par­ticular de cada mujer. También influye la forma de viajar: quien migra en avión tiene una pers­pectiva y oportunidades distintas para llegar al destino, diferente a quien lo hace en coche o en una embarcación. Incluso, la ruta puede estar determinada por la profesionalidad de la persona.

Nini Dione cursó en Senegal el Título Superior de Electricidad durante tres años y, al igual que ocurre en casi todo el mundo, era de las pocas chicas que había en clase. Se presentó para una oferta de empleo en el Ministerio para la Juventud y el Empleo de Senegal y fue una de las seleccionadas para trabajar en una fábrica.

Para sorpresa de Nini, la empresa que la contrataba quedaba en Es­paña. No creyó que saldría de su país, hasta que tuvo el pasaporte en la mano. “Yo trabajaba cuan­do algunos españoles no que­rían hacerlo en el campo. A mí me encanta mi país, yo no quería salir, allí tenía recursos, pero lo vi como una oportunidad para in­dependizarme y como una expe­riencia de vida”.

La feminización de las migra­ciones

Las historias de Zahida y Nini son cada vez más comunes, forman parte de lo que se denomina “fe­minización de las migraciones”. Como expresión puede confun­dir al hacer pensar que hay una mayor proporción de mujeres migrantes, cuando de hecho ha­cia 1960 las mujeres ya represen­taban cerca del 47% del total de personas migrantes internacio­nales, porcentaje que crecería apenas un par de puntos más durante las siguientes décadas, llegando al 49% actual. En este aspecto España es un fiel reflejo:


5.423.198 era la población ex­tranjera en España en 2020. De ellas, 2.715.333 son hombres y 2.707.865 son mujeres, casi al 50%, según el Instituto Nacional de Estadística.

Aunque en algunas regiones del mundo efectivamente ha habido una feminización neta de los flu­jos migratorios, lo que realmen­te ha cambiado en los últimos años es el hecho de que cada vez más mujeres migran de forma independiente, en vez de ha­cerlo como “dependientes” al viajar con sus esposos, parejas o familiares o reuniéndose con ellos en el exterior. Las mujeres realizan un papel cada vez más protagónico y personal en los procesos migratorios.


viernes, 4 de junio de 2021

“La inmensa mayoría de jóvenes sale del programa con las cosas más claras para su vida”

ODS  17: Alianzas para lograr los objetivos

Rubén Marco Colmenarejo (Waldo), encargado de proyectos deportivos y nuevas tecnologías de Logroño Deporte. 

En el año 2020 programa Justicia Juvenil en Medio Abierto, gestio­nado por Fundación Pioneros, ha sufrido una situación muy com­pleja debido a crisis sanitaria y al confinamiento. En primer lugar por la dificultad para encontrar espacios de trabajo seguros para los menores y por otro lado por­que muchas de las entidades cola­boradoras trabajan con colectivos vulnerables que ha impedido el acceso a los centros de trabajo.

Afortunadamente en junio de 2020 firmamos un nuevo conve­nio de colaboración con Logroño Deporte que ofrece las condicio­nes ideales para el desarrollo de las prestaciones, amplios espacios al aire libre.

La persona encargada de la coor­dinación del programa es Rubén Marco, conocido como Waldo, motivado y con vocación para re­cibir en las mejores condiciones a nuestros jóvenes. El equipo de Medio Abierto de Fundación Pio­neros ha encontrado en él a un aliado en tiempos de pandemia, con una gran disposición para atender a profesionales y jóvenes, para ajustarse a nuestras necesi­dades y demuestra una gran cer­canía con los menores. El resul­tado es que desde entonces han pasado más de 30 menores por sus instalaciones, realizando más de 1400 horas de trabajo en bene­ficio de la ciudadanía de Logroño, casi nada.

Hoy entrevistamos a la persona a Waldo, un miembro más de la fa­milia Pioneros.

¿Cuál ha sido tu motivación para trabajar con menores?
La motivación surgió del conve­nio de colaboración que firmó Logroño Deporte con Fundación Pioneros. Al conocer el programa con jóvenes de Justicia Juvenil en Medio Abierto para realizar pres­taciones en beneficio de la comu­nidad, me interesé y comenté a la dirección de mi empresa, Logroño Deporte, y al concejal del Ayunta­miento de Logroño que me gus­taría hacerme cargo del proyecto. Me llama la atención el hecho de dar una oportunidad de reinser­ción mediante el deporte y que estos jóvenes puedan aportar su trabajo a la sociedad.

¿Qué es lo que más te ha gusta­do del trabajo con menores?
Lo que más me ha gustado ha sido su predisposición a trabajar con nosotros en los diferentes aspec­tos de nuestro día a día, como son el mantenimiento y pequeñas re­paraciones en nuestras instalacio­nes deportivas, cuidados de espa­cios naturales al aire libre, siempre con una gran actitud y ganas de colaborar con el trabajo.

¿Qué crees que les aporta traba­jar en un ámbito deportivo?
Creo que les aporta un trabajo ameno y entretenido y nada mo­nótono, están en contacto con un sector que es beneficioso para los ciudadanos en el aspecto del ocio y la salud y han podido ver cómo se trabaja en las instalaciones de­portivas de su ciudad.

¿Qué es lo que más te han apor­tado los menores?
Nos aportan la visión de sus pro­blemas y de sus inquietudes y qué le piden al futuro. Cada menor ha venido a este proyecto por dife­rentes problemas en su vida y este programa les hace pensar que deben ser buenas personas y no meterse en líos, que la vida de los adultos es más complicada que la suya y que deben estudiar porque el trabajo está difícil de conseguir. Aquí han tenido la oportunidad de conocer lo que significa el tra­bajo, con unos horarios, unas res­ponsabilidades, una implicación y eso es lo que les espera en el futu­ro. La inmensa mayoría salen del programa con las cosas más claras para su vida diaria.

¿Cómo ha sido tu relación con el equipo de Pioneros?
Mi relación con los trabajadores de Pioneros ha sido sobresaliente desde el primer día, hubo compli­cidad y química, mucha comuni­cación, por correo, WhatsApp o teléfono, he aprendido mucho de su experiencia con los jóvenes y para mí ha sido una experiencia inolvidable.

¿Cuál es tu reflexión de estos meses de colaboración con Fun­dación Pioneros?
Lo primero ha sido conocer a Pioneros como organización. Conocía la labor que desarrollan pero no tenían claro cuál era su cometido, ahora que conozco la organización me parece que es primordial para nuestra sociedad, nuestra ciudad y nuestra comuni­dad.

Por otra parte conocer los casos personales de los menores, me ha llegado al corazón. Este programa enseña que todo el mundo tiene que tener una segunda oportuni­dad en la vida.

En definitiva, me gusta colaborar en proyectos como este con claro interés integrador. 

viernes, 7 de mayo de 2021

Mil millones de voces por una educación de calidad en el mundo

ODS 4: Educación de calidad

Alberto Casado Valera, director de Incidencia de Ayuda en Acción, organización miembro de la Coalición española de la Campaña Mundial de Educación.

Hace ahora un año llegó a haber más de 1.500 millones de alumnos y alumnas en el mundo que no podían acudir a los centros educativos debido a las medidas de confinamiento puestas en marcha para proteger a la población y frenar el contagio frente a la COVID-19. En países como el nuestro, con enorme trabajo y esfuerzo por parte de toda la comunidad educativa y las autoridades, la situación se pudo mitigar cambiando de la noche a la mañana de un sistema educativo presencial a otro a distancia. Un paso en donde los que más sufrieron fueron el alumnado de familias más vulnerables con poco o ningún acceso, ni muchas veces capacidades, para continuar las clases a través de internet. La situación en España ha mejorado mucho y las clases se dan con toda la normalidad que esta “nueva normalidad” permite y, esperamos que, gracias al ritmo de vacunación, el curso que viene vuelva a ser más parecido al del 18/19.

Sin embargo, la realidad es totalmente distinta en la mayoría de los países. España, con todas nuestras debilidades, está entre los 30 países con mayor índice de desarrollo y bienestar. Hay muchos estados que durante la mayor parte del año pasado cerraron las aulas y no pudieron apoyar al alumnado en sus casas – según UNESCO, el 40% de los países de ingresos bajos y medianos-bajos no pudieron tomar ninguna medida a este respecto. En algunas zonas como el Sahel, la COVID-19 cayó sobre otras crisis precedentes, en donde las escuelas llevaban ya cerradas desde hacía meses debido a conflictos o a los efectos del cambio climático. Para las comunidades más vulnerables de los países en desarrollo, la pandemia ha supuesto un enorme retroceso en sus ya mermadas esperanzas de mejora. Antes de la pandemia había 258 millones de niños, niñas y jóvenes que ya estaban fuera de la educación. Todavía hoy, muchos gobiernos no han autorizado la apertura de todas sus escuelas y, los que han podido hacerlo después de meses sin clases, se enfrentan a un retraso que la brecha digital ha agrandado y que se ha cebado y se ceba con los grupos en situación de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión.

La pandemia ha puesto todavía más de manifiesto la necesidad de actuar con mirada global frente a los problemas globales, y que las acciones locales acaban afectando a la globalidad; la salud, la economía, el clima y también la educación. La educación debe considerarse un bien público global. Un planeta en el que un mayor número de personas puedan acceder a una educación de calidad es una garantía de mejora en todos los aspectos para todos y todas y para la propia sostenibilidad del planeta. Si no se apoya en estos momentos a los países con mayores dificultades estaremos no solo condenando a generaciones de niños y niñas en el mundo, sino contribuyendo a que en un futuro muy próximo vivamos en contextos todavía con más conflictos e inestabilidad, con una fuerza de trabajo menos preparada y unas sociedades más insolidarias e injustas. 

La Campaña Mundial por la Educación es una coalición internacional que en España está integrada por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas y Plan International. Junto a sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales de muy diverso signo, llevamos desde hace más de 20 años movilizándonos para reclamar el cumplimiento íntegro de los compromisos internacionales firmados por los estados para garantizar el acceso a una educación de calidad para todas las personas del mundo. Este año hemos lanzado la campaña “1.000 millones de voces” que tiene como objeto levantar la voz y recabar apoyos para exigir a los gobiernos del mundo que incrementen, de manera urgente, la financiación pública para la educación. Sin recursos los discursos en favor de la educación se convierten en papel mojado. 

A nuestro gobierno le pedimos que actúe en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo e incremente su contribución a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) para alcanzar el objetivo del 0,7% de AOD del PIB y dedicar un 20% de la misma a educación. Actualmente, este gobierno tiene el compromiso de alcanzar la media europea, el 0,5% del PIB en AOD, para el final de la legislatura, pero según los recientes datos del Comité de Ayuda el Desarrollo de la OCDE que analiza el gasto de AOD de 2020, España (con un 0,24%) sigue muy lejos de la media de la Unión Europea, por detrás de países como Hungría (0,27%). Como recordaba recientemente el Director general de la OCDE: “La AOD no depende del PIB, depende de la solidaridad y la voluntad política” y nuestro país no debe de faltar a esta cita. Desde la campaña “1.000 millones de voces” estaremos recordándoselo.

martes, 6 de abril de 2021

Relación de ayuda y colaboración en contextos de involuntariedad

 ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas

Jesús Alberto Vélez Valle. Vocal del Colegio Oficial de la Psicología de la Rioja y educador del Programa de Justicia Juvenil de Fundación Pioneros.

Pensando sobre el concepto “relación de ayuda” podemos presuponer que se establece como una dinámica en la que alguien busca apoyo de manera libre y voluntaria y la otra parte se presta a ayudarle. Bajo esta lógica está también asumido que quien busca ayuda es relativamente consciente de sus problemas y necesidades pero en ocasiones estos componentes motivacionales, cognitivos y conductuales  no se dan de una manera tan explícita.

En el marco de la intervención educativa con menores sujetos a la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores se contemplan una serie de obligaciones tales como someterse a programas de tipo formativo, educativo, terapéutico, profesional- laboral, de educación sexual, de educación vial u otros similares sin que les sea permitida una decisión alternativa.

En el programa Justicia Juvenil en Medio Abierto de Fundación Pioneros vemos que es frecuente que en este contexto surjan expresiones o manifestaciones interpretables como resistencias, incumplimientos o falta de compromiso, por parte de estos menores, más  teniendo en cuenta que existe un protocolo que estipula que entidades externas (Juzgados de menores, equipos de ejecución de medidas) sean las que establezcan ciertas expectativas, objetivos o exigencias de cambio.

Entender que estos “clientes involuntarios” no quieran participar en las propuestas que les ofrecemos, no identifiquen sus problemas, no quieran soluciones y estén en muchos casos cansados de múltiples contactos con técnicos, profesionales de la  educación, de la  psicología… es, sin duda, el punto de partida para generar una buena alianza terapéutica.

De acuerdo con lo expuesto Peter De Jong e Insoo Kim Berg (2001), pioneros de la terapia breve  centrada en soluciones, la co-construcción basada en la cooperación es la forma más productiva de implicar a clientes involuntarios, por lo que teniendo en cuenta esta premisa se propone una perspectiva de intervención que atienda a las siguientes orientaciones:

Identificar la colaboración como clave para el éxito, aceptar la posibilidad de que el cambio positivo es posible, resaltando y amplificando las fuerzas y recursos del menor, promoviendo la co-construcción de versiones y narrativas futuras alternativas, sin recurrir a consejos o a la confrontación.

No trasformar a los clientes resistentes en clientes colaboradores a través de la influencia de técnicas sino proponer una manera de cooperar con ellos cuestionándolos y oyéndolos en relación a su propio conocimiento sobre el contexto involuntario/coercitivo y a sus esperanzas para el futuro para el cambio.

Invitar a los sujetos a desempañar el papel de expertos, es decir reconocerlos como los mayores conocedores de sus propias vidas experiencias y percepciones.

Situar a los menores en posición de informar a los profesionales sobre sí mismos, este posicionamiento es especialmente importante para involucrar a los clientes involuntarios, invitándolos a asumir el control de describir su situación acerca de lo que quieren que sea diferente y de que pueden y como pueden hacer para que esto suceda.

Evitar que los técnicos descalifiquen a los menores y sus familias comportándose como si supiesen mejor que ellos lo que necesitan y provocando, en muchos casos, que estos no se involucren en la relación de ayuda de modo productivo sino más bien como adversarios en un proceso jerárquico.

Distinguir conceptual y funcionalmente involuntariedad y resistencia, entendiéndose la involuntariedad como un estatus o posición en un sistema y la resistencia como los comportamientos mantenidos en la interacción técnico-menor que impiden o dificultan el proceso de cambio.

Ofrecer un planteamiento relacional recursivo y circular evitando así,  discursos que culpabilicen a los usuarios,  permitiendo que la resistencia sea comprendida como algo que puede ser mutuamente  reformulada en clave de cambio positivo por los dos protagonistas de la relación desde una postura  de co-construcción colaborativa.

Se puede concluir por último que el posicionamiento epistemológico de los profesionales que trabajamos en la promoción del cambio en contextos de involuntariedad/coerción puede ser una variable determinante para favorecer la implicación, motivación y colaboración de los sujetos atendidos.

miércoles, 10 de marzo de 2021

EMPODERAMIENTO: Mujer, centro de su propia vida

 ODS 5: Igualdad de género

Marta Bel Palacín. Trabajadora social, antropóloga, agente de igualdad y experta en violencia de género.

Hablar del empoderamiento de la mujer me hace hablar de mí misma y mi proceso personal. Una misma es el campo de observación más potente para visibilizar su propia realidad y experiencia vital y, de este modo, encontrar aspectos comunes en las vivencias e historias de otras y tantas mujeres.

Como mujer de hoy y a lo largo de toda mi vida, he sufrido crisis inter­nas muy profundas entre mis nece­sidades como ser humano y lo que socialmente, a través de la escuela y familia principalmente, me veía “obli­gada a ser y hacer”. Hoy percibo que los modelos y mandatos de género y sociales han ido exterminando mi dignidad e integridad como persona.

El gran problema para salir de esa crisis profunda es la culpa y la ver­güenza, herramientas personales construidas con referentes y conte­nidos sociales que sirven para man­tener a la persona sometida a los mandatos sociales.

En el caso de las mujeres inmersas en un sistema patriarcal, las deriva al sometimiento al hombre y al propio sistema androcéntrico de creencias instaurado y potenciado por el pa­triarcado.

A través de la culpa y la vergüenza se instaura una idea interna de que “el error está en mí” retroalimentando la idea de “no valgo” que conlleva falta de autoestima, inseguridad, desvalorización personal y conse­cuentemente posicionamiento de inferioridad. Esta creencia y actitud es “ideal” para la perpetuación del machismo en sus preceptos de je­rarquización y desigualdad entre mujeres y hombres.

Por lo tanto, es importantísimo el trabajo personal de la mujer em­pezando por revertir esta idea del “error está en mí” e indagar qué procesos cognitivos y asociaciones de ideas se han ido interiorizando en ese proceso de autodestrucción personal de cara a deconstruirlas y reconstruir una nueva identidad em­poderada. Reconstrucción desde la idea del ser persona y de los valores humanos y morales intrínsecos que esta idea conlleva: respeto, digni­dad, integridad...

Ahora bien, y vuelvo a hablar desde mi experiencia personal, hasta que no me he puesto “las gafas moradas” del feminismo no he sido consciente de todas y cada una de las micro-violencias que he sufrido. Desde “mi nueva mirada” pongo nombre a to­das y cada una de ellas, entendien­do por fin, que las sufrí por el mero de hecho de ser MUJER. El grado de normalización y naturalización es tan potente que invisibiliza el sufrimiento de las mujeres siendo esta invisibiliza­ción fundamental para la perpetua­ción del patriarcado. El penoso caso de Ana Orantes lo desveló. Una mujer que públicamente visibiliza sus con­tinuos maltratos es inmediatamente asesinada. Gracias, Ana, gracias a tan­tas y tantas mujeres que mostraron al mundo la cruel violencia machista; gracias por sacar a la luz algo que en mayor o menor grado sufrimos todas. Es nuestra responsabilidad que estos asesinatos no queden en saco roto. Démosle el nombre que se merecen: asesinatos por violencia machista. Y que las historias de estas y tantas mujeres violentadas desvelen la au­téntica realidad de discriminación, desigualdad, abusos y violencias sufridas por todas las mujeres por el mero hecho de serlo.

Paso siguiente al de visibilización y comienzo de empoderamiento de la mujer, empoderamiento que la convierte en sujeto activo, es la consecuente resistencia del propio sistema que teme perder su status y perpetuidad. Resistencia que vendrá del rechazo, crítica social y sanción por parte de los propios grupos de apoyo familiares y/o amistades... todo ello focalizado inconsciente­mente en la idea de que la disonante es la culpable del malestar generado al romper los moldes y preceptos establecidos. Aquí es vital, y si no se puede volver a caer en el estado de desvalorización y falta de autoesti­ma, el apoyo tanto social (redes de mujeres y sororidad) como el institu­cional. Un empoderamiento “a solas” requiere de esfuerzos infrahumanos que desgastan hasta el exterminio. La unión hace la fuerza.

Así mismo, y entendiendo que la violencia de género viene a raíz de esa desigualdad entre hombres y mujeres sustentada en un ideario, creencias, roles, estereotipos, falsos mitos..., se constata que el hombre también debe cumplir un papel que muchos de ellos ya han demostrado como perjudicial. ¿Cuántos hombres se han sentido rechazados en su en­torno por demostrar sus emociones (llorar, por ejemplo)? Por lo tanto, al igual que las mujeres no son libres por tener que seguir un patrón, los hombres tampoco lo son. Evidente­mente, que la propia estructura an­drocéntrica y patriarcal los sitúa por encima de las mujeres, por lo que su situación es de continuos privilegios. Ni mujeres ni hombres son tratados y valorados como PERSONAS y sí como objetos o instrumentos sujetos a dis­posición de un modelo estructural a seguir, sustentado en la desigualdad, en base a unos intereses económico-político-socioculturales.

Por todo ello, creo que es funda­mental una transformación pro­funda del cambio de ideario, men­talidad, creencias, patrones, roles... porque, como bien dice Octavio Salazar, tenemos que conquistar la idea de definirnos a nosotros y no­sotras mismas, tanto hombres como mujeres; siendo que todo pasa por la educación en valores humanos, ya que esta es la llave y base funda­mental que abre puertas para ser verdaderamente dueñas de noso­tros y nosotras mismas.

viernes, 5 de febrero de 2021

“Pioneros ofrece un respaldo a la empresa”

Mari Carmen Sáenz Lasanta es una de las fundadoras de Productos DOR, una empresa riojana que puso en marcha David Orrico Rodríguez y que lleva más de 40 años dedicada a la venta de productos de limpieza y desinfección. Productos DOR es también una de las empresas que más tiempo lleva colaborando con Fundación Pioneros en la inserción laboral de jóvenes.

¿Cuándo comienza la colabora­ción de Productos DOR con Fun­dación Pioneros?

Éramos vecinos, Pioneros tuvo un taller de formación aquí al lado en la calle Éibar. Poco a poco fuimos ha­ciendo amistad y por medio de una de las personas que trabajaba ahí me enteré de que habían puesto en mar­cha un servicio de empleo para jó­venes. Esto tiene que haber sido por el año 2005 más o menos y desde entonces, todos los veranos contrato a un joven recomendado por Fun­dación Pioneros para cubrir nuestra temporada de trabajo más fuerte, que va desde mayo a septiembre.

¿Cómo ha sido la experiencia de esta colaboración?
Desde el primer momento ha sido muy positiva. Hemos estado muy a gusto trabajando con las personas que cada año nos recomiendan des­de Pioneros y más de alguno ha re­petido otro verano. Cuando se acaba el contrato, les pido el currículum y se los doy a otras empresas que co­nozco que comienzan su temporada en septiembre y en muchos casos ha funcionado muy bien, estoy muy satisfecha.

¿Qué trabajo desempeñan en Pro­ductos DOR?
Los jóvenes que viene de Pioneros están aquí todo el verano para llevar el almacén, preparar pedidos, des­cargar los camiones que llegan con mercancías, cargar los productos que viene a retirar, son varias cosas. El joven que ha estado este verano me ha sorprendido gratamente porque desde el primer momento se hizo con el almacén.

¿Qué cualidades debe tener una persona que quiera trabajar en Productos DOR?
Para mí es muy importante la edu­cación de las personas. Me encanta la educación que tienen los jóvenes que vienen de Pioneros. No he teni­do nunca ningún problema con un chaval en su trato con las personas del almacén y con la gente que viene a la empresa.

¿Qué actitud debe tener la gente joven que empieza a trabajar?
A los jóvenes que vienen en verano a cubrir la temporada les pido sobre todo que vengan con ganas de tra­bajar, que sean educados, me gusta que el trato con el cliente sea muy educado, que sean honestos. Más que la formación que puedan tener valoro la actitud y la responsabilidad, porque trabajamos en una empresa de productos de limpieza en la que prima la seguridad.

¿Qué valora de la colaboración con Fundación Pioneros?
Para mí es muy importante tener a Pioneros detrás porque me da mu­cha tranquilidad. Sé que me pueden ayudar a resolver cualquier proble­ma que pueda surgir, que me van a responder. La relación con Pioneros me aporta mucha seguridad porque si hay algún problema lo pueden atender y pueden dar la cara.

¿Recomendaría este servicio a otras empresas?
Cada vez que hablo con otros em­presarios sobre temas de empleo, cuando me dicen que hay proble­mas porque viene gente que dura cuatro días, que no hacen las cosas como deben, que no cumplen con los horarios, son irrespetuosos, siem­pre digo que llamen al servicio de empleo de Pioneros, que además de enviar una persona a trabajar ofre­cen un respaldo a la empresa para solucionar cualquier problema que pueda surgir. Pioneros apoya duran­te todo el tiempo que dura la inser­ción, no desaparece.

¿Cree que a otras empresas les cuesta contratar gente joven?
Algunos empresarios me han co­mentado que tienen reticencias a la hora de contratar a gente joven por­que los ven poco responsables, con falta de iniciativa y de ilusión. Hay de todo, claro, pero suelen pensar eso. A mí por suerte no me ha pasado. Aquí el que menos tiempo lleva tra­bajando ha cumplido ya 20 años en la empresa. Si en alguna ocasión ten­go que contratar a alguien para todo el año, sin duda me quedo con quien venga de Pioneros.

¿Quiere destacar alguna expe­riencia destacar?
En una ocasión contratamos a un joven de Pioneros durante 5 veranos seguidos, recuerdo que cuando le volví a llamar y me contó que le ha­bían hecho un contrato fijo en una empresa me llevé una gran alegría. Esa empresa me pidió informes so­bre este joven, por supuesto que les di una opinión inmejorable.

¿Continuará la colaboración con Pioneros?

Mi hijo, José Antonio Peña Sáenz, sin duda continuará la colaboración con Pioneros, él lleva mucho tiempo trabajando conmigo y mantendrá la misma línea.

jueves, 14 de enero de 2021

Cómo se informan los adolescentes en la era digital

Roxana Morduchowicz. Doctora en Comunicación de la Universidad de Paris. Asesora senior en Unesco en Ciudadanía Digital. Autora del libro “Ruidos en la web. Cómo se informan los adolescentes en la era digital”

“El Holocausto nunca sucedió. Al menos eso es lo que parece en el universo de Google.”

Así comenzaba su artículo, la periodista Carole Cadwalladr del diario británico The Guardian. Ella escribió en el buscador “¿Sucedió el Holocausto?”. Google la remitió rápidamente a una lista de páginas on line. El primer link que apareció–explicaba ella- fue el sitio de “Stormfront” – un movimiento neonazi integrado por “blancos nacionalistas”- que exhibía un artículo titulado “Las 10 razones por las que el Holocausto nunca sucedió”.

Esta historia preocupa a la educación. Las investigaciones en todo el mundo dicen que, cuando buscan información en Internet, los estudiantes secundarios utilizan el primer link que encuentran. Imaginemos que alumnos –no importa en qué país- hubieran recibido como consigna, escribir sobre el Holocausto. Seguramente hubieran recurrido al buscador. Pero, en lugar de analizar diferentes sitios y compararlos, los estudiantes se hubieran quedado con el primer link –de la organización neonazi- “copiado y pegado” sus resultados y respondido la pregunta con este contenido.  

Utilizar la primera página que ofrece el buscador –creyendo que es la más autorizada, cuando posiblemente haya pagado para figurar primera- limita la comprensión de los hechos sociales.  

Cuando buscan información en Internet, los estudiantes –coinciden las investigaciones- recurren a una sola página web, no analizan al autor de la información y la comparten en las redes sociales solo porque la recibieron de alguien conocido.  La confiabilidad se basa en el amigo que envió la noticia y no en el autor que la generó. Si la recibieron alguien en quien confían–afirman los adolescentes- la información es creíble. 

Este es precisamente, uno de los mayores riesgos para la difusión de noticias falsas en las redes sociales. Al confiar en sus contactos, los adolescentes no se preocupan por identificar la fuente y viralizan la información sin chequear su procedencia.   

La limitación de los estudiantes para pensar críticamente la información no es nueva. Pero en el siglo XXI, la situación se agrava. El caudal informativo aumentó, y la información aparece fragmentada, desordenada y descontextualizada. La sobreabundancia de información hace más difícil distinguir la veracidad de los contenidos.    

El desafío hoy es aprender a identificar la relevancia y la confiabilidad de la información que circula en la web. Solo ello permitirá que los estudiantes puedan utilizarla  reflexivamente. Es fundamental que se interroguen por qué un determinado sitio web encabeza la lista de links en el buscador, y que aprendan a no limitar su búsqueda a una sola página. Así, podrán comprender que los buscadores seleccionan y jerarquizan la información en función de intereses e intencionalidades.

El siglo XXI necesita de una “alfabetización informacional  que enseñe a los alumnos a identificar al autor del contenido, analizar su trayectoria, juzgar la credibilidad de las fuentes, evaluar argumentos y contradicciones… En síntesis los estudiantes deben comprender que la información por la información misma no alcanza. El desafío es saber buscarla, seleccionarla, procesarla, analizarla, evaluarla, tomar decisiones, crear nuevos contenidos y comunicarlos. 

Estas competencias no son menores. Se vinculan a la vida democrática de una sociedad. Un ciudadano democrático no es solo quien cuenta con un caudal de información, sino quien sabe leerla –en el sentido más amplio de lectura- evaluarla, construir su propia opinión y participar. 

El acceso a una información libre es el punto de partida. Pero, si este acceso no va unido a reflexión,  actitud crítica y participación, las decisiones que se tomen no serán fundamentadas. Y la democracia nunca será plena.