jueves, 1 de marzo de 2018

Fases de Pioneros

Javier Navarro. gerente de Fundación Pioneros

Cuatro son en mi opinión las etapas por las que ha evolucionado Pioneros, íntimamente relacionadas con las personas que, junto a los representantes legales de la entidad, la han liderado en uno u otro momento. Cada una de las etapas pone los cimientos y enriquece la siguiente, en una solución de continuidad presidida por la búsqueda del bien común y del fomento de la participación social.

El origen de Pioneros se sitúa en 1968, en Logroño, de la mano de Julián Rezola, que introduce en España la figura del educador de calle. La primera fase del movimiento, que adquirirá la estructura jurídica de asociación diez años después, establece -sin formulación escrita, como praxis- la misión de la entidad: “la creación de un espacio alternativo de organización juvenil con el objetivo de prevenir la delincuencia juvenil, enfatizando la lucha por la justicia con carácter revolucionario”. Símbolo de esta etapa es la amistad íntima y el compromiso compartido entre Julián y el párroco del barrio de Yagüe, Rafael Ojeda.

En 1986 accede a la presidencia de Pioneros Pedro Vallés quien, con un equipo de personas que combinan experiencia y formación universitaria, van insertando los programas de Pioneros en la naciente red de servicios sociales y proyectando el futuro de la entidad. La actividad se concentra en la prevención y promoción de la infancia y juventud, poniendo en el centro la pedagogía. Como hitos del esfuerzo pedagógico e innovador se crean el Club Juventus y el Taller Escuela Faustino Guerau,  en 1989 se publica el libro “Pioneros, educación en libertad” -Editorial Popular- y en 1995 el estudio “La Infancia ignorada” -Instituto de Estudios Riojanos-.

A partir de 1996 Pioneros entra en una fase de consolidación estructural bajo la presidencia de Ana Hurtado. Se pone en marcha el primer plan estratégico, se generan foros internos, se inicia el programa de Medidas judiciales y se va configurando el Centro de formación con diversos programas dirigidos a jóvenes, familia y mujer. Asimismo se introduce la gestión de calidad, la auditoría económica y el análisis de transparencia y buenas prácticas de gobierno; y en 2002 se constituye Fundación Pioneros, todo ello para garantizar y dar estabilidad a la intervención educativa.

En 2006 Ana Hurtado pasa el testigo a Aurora Pérez, con cuyo patronato hace una apuesta muy fuerte por la comunicación y la sensibilización social. Aumenta significativamente la presencia de la entidad en medios de comunicación y se lanza la campaña Empresas Pioneras. Se introducen nuevos enfoques de trabajo que enriquecen la pedagogía: intervención comunitaria, trabajo desde la diversidad y terapia breve centrada en soluciones que generan experiencias tan innovadoras como la Escuela de facilitación juvenil o la intervención en violencia filio-parental.


En resumen, medio siglo de contribución a un fin de interés general -la promoción de la infancia y juventud- sin perder la fidelidad al origen y a un estilo innovador, independiente, difícil de clasificar. Un largo compromiso que ha sido posible gracias a la colaboración de profesionales y voluntarios, socios, donantes y empresas pioneras. Sin olvidar a técnicos de la Administración, políticos, instituciones, entidades financieras y medios de comunicación. Y, por supuesto, a los niños, jóvenes y sus familias. Todos ellos pioneros y pioneras que pueden sentirse orgullosos de celebrar su 50 Aniversario.