Es difícil responder a qué es o qué supuso
Pioneros para quienes lo vivimos. Tenemos la respuesta en forma de emociones,
pasarlas a palabras es complejo.
Desde su inicio Pioneros se ha guiado por un
ideario resumido en una frase que, a modo de lema, figuraba en su sello de
caucho: PIONEROS, Educación en libertad. Amistad, libertad y lucha.
Este lema se plasmaba en el quehacer educativo
cotidiano y consistía en ayudar a jóvenes a crear vínculos más allá del entorno
cercano, tender puentes de entendimiento de su realidad, enfrentar las
contradicciones, comprometerse con los demás, aceptar al diferente, descubrir
que los problemas individuales son colectivos y se puede hacer cosas para
cambiarlos. En definitiva, se trataba de crear espacios educativos para
favorecer lazos que unen, reflexiones libres y acciones trasformadoras.
También se ha plasmado en el quehacer de Pioneros
como organización. Detectar necesidades promoviendo respuestas para dar
oportunidades a quienes carecen de ellas, configuran una forma de caminar, de
pensar y de actuar en todos los ámbitos: personal, social y profesional que
propició poner en marcha recursos educativos en la búsqueda de soluciones para
la mejora individual y colectiva.
En los barrios obreros de los años 70 en
Pamplona, horadados por la falta de recursos y el avance de las drogas, las
chavalas y chavales no encuentran horizontes. Unos jóvenes Pioneros empiezan a
organizarse para ofrecerles respuestas armados de palabras y canciones.
El contexto social de los jóvenes hacía que
muchos de ellos acabaran en la delincuencia. La respuesta de Pioneros fueron
los educadores de calle.
Los jóvenes en esos días no tenían espacios para
reunirse y pasar su tiempo libre. La respuesta de Pioneros fue el Club Juventus,
en Logroño, y Club El Cañu, en Oviedo.
El educador en ocasiones se encontraba sin
recursos ante el joven. La respuesta de Pioneros fue poner en marcha un equipo
técnico que apoyara al educador y al joven.
Los jóvenes con fracaso escolar generalmente acababan
excluidos del mercado laboral. La respuesta de Pioneros fue poner en marcha un
Taller escuela.
Los jóvenes en conflicto familiar se escapaban de
casa y carecían de techo. La respuesta de Pioneros fue poner en marcha un piso
de acogida.
Los jóvenes no tenían más voz que las
estridencias de sus conflictos. La respuesta de Pioneros fue ser portavoces de
sus necesidades.
Las madres, saturadas por los problemas, buscaban
respuestas. Pioneros creó el grupo de mujeres Casiopea.
La legislación ofrece a los menores que delinquen
cumplir medidas distintas al internamiento en régimen cerrado. La respuesta de
Pioneros fue ofrecer un programa de medidas alternativas.
La supervivencia económica de Pioneros como
entidad pública estaba en riesgo. La respuesta fue alumbrar la Fundación.
Todas estas respuestas, no son experiencias aisladas, sino que obedecen a un mismo hilo
conductor que se origina en el barrio de Yagüe, y siguió en Pamplona, Oviedo y
Barcelona.
No podemos dejar pasar la oportunidad de reivindicar
el Centro de Formación, que se tuvo que cerrar hace un par de años.
Nada hay más educativo para un chico o chica que
poder hacer con sus manos un producto que sea útil para alguien. Es por ello
que, aun siendo conscientes de las dificultades, echamos de menos en nuestra
Comunidad, un recurso de estas características destinado a hacer frente al
fracaso escolar temprano. Un dispositivo educativo como el Taller, que Pioneros
ha demostrado saber hacer y saber hacer bien todos estos años.
La idea de montar un Taller de reciclaje y
soldadura, fue un empeño personal de Julián Rezola, él más que nadie sabía el
valor educativo del trabajo, no en balde era de oficio, ajustador, herrero y
hasta el último día de su vida educador.
Así lo ilustra este párrafo escrito por uno de
los jóvenes que frecuentaban el Taller de herrería que Julián tenía en plena
Ciutat Vella de Barcelona:
“Para Julián a las personas se las tenía que
abrir aunque fuera con ganzúas y cinceles, airearlas y sobre todo despertarlas
de su letargo social, no importaba su extracción social, a cada cual su misión,
ya fueras pandillero o el jubilado de la esquina, cada uno deberá encargarse
del despertar propio y del ajeno ”.
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