Ángeles Roa. Coach, formadora, consultora.
Por más que nos lo repitamos no es posible volver a la rutina anterior.
Este período 2020 cierra un ciclo, algo se ha movido afuera que nos conduce a una transformación interna para crearnos un bienestar distinto, y es nuestra responsabilidad el construir un futuro diferente al que nos están augurando, si así lo decidimos.
La actitud que cada uno elijamos adoptar contribuirá a crear nuestra vida personal y la del resto, porque nunca somos ajenos a lo que tenemos.
La pandemia nos obliga a parar nuestra rutina y hacer un retiro en nuestros hogares, a “habitarnos” y revaluar cuestiones que con el ritmo que llevábamos no podíamos afrontar, a valorar que estamos vivos, revisar qué nos importa y descubrir qué es lo que necesitamos de verdad para ser felices.
Y aunque muchos todavía no puedan percibir con claridad el cambio, ni se lo crean, lo vivido dentro y fuera de nosotros nos impulsa a desplegar un nuevo yo capaz de estar a la altura de un nuevo orden personal y social.
Hemos pasado y nos quedan situaciones que nos llevan al límite para darnos cuenta de que lo que nos hace libres no es el poder salir o no a la calle, si no las limitaciones y los condicionamientos que cada uno de nosotros tenemos por nuestra forma de pensar y de vivir.
El propio gesto de lavarnos las manos para evitar los contagios nos indica que estamos en un proceso de limpieza, de ver lo que nos sirve y lo que no y de soltar cargas en esta etapa que hemos iniciado ya.
No parece viable afrontar lo nuevo con viejas formas y estructuras de pensar, toca construir nuestra individualidad dentro del colectivo, integrar en nuestras almas los momentos de unión y aplauso y evitar que se conviertan en imágenes para el recuerdo.
Y en este nuevo orden que estamos aprendiendo a respirar, la gestión emocional va a ser clave para superar el miedo, la tristeza, la rabia y la angustia vividas y que vendrán, y para entregarnos más fácilmente a hacer los cambios y ajustes que cada uno de nosotros necesite para hallar su propio equilibrio y el de todos.
El reto está en abrirse a encontrar soluciones distintas a problemas viejos que los humanos solemos arrastrar en lo nuevo, y en tomar la fuerza de saber que nuestra historia nos demuestra que nos las sabemos arreglar muy bien para construir tiempos mejores aún teniendo temas importantes como la economía, la salud, el trabajo y el trauma encima de la mesa.
Este camino que emprendemos requiere cuidarse, poner el foco en lo bueno que tenemos y somos y en lo que queremos ver crecer, adoptar un discurso interno y externo positivo y de posibilidad, de sabernos capaces de resurgir de las circunstancias, de entrar en contacto con eso que cada uno tiene de excepcional y redescubrirlo, conectar con esas situaciones de crisis que superamos y rescatar nuestra fuerza, escuchar nuestra sabiduría interna, alimentar la esperanza y no la decepción, mostrarnos vulnerables, pedir ayuda profesional y a nuestro entorno, cultivar solidaridad, no “anclarnos” en el dolor y el malestar que podamos estar viviendo y encontrar permanentemente formas en las que sentirnos útiles para nosotros y para los demás.
Puede que nuestras calles sigan siendo las mismas, pero nuestros caminos no, y aunque algunos todavía no puedan verlo, como decía Gandhi, somos nosotros los que marcamos la dirección de los cambios que queremos ver en el mundo.
¿Qué es lo que quierever tú?
viernes, 8 de mayo de 2020
viernes, 3 de abril de 2020
Psicología durante el confinamiento
Víctor García Lorente. Psicólogo clínico. Educador en
Medidas Judiciales de Fundación Pioneros.
Prácticamente nadie desconoce las recomendaciones oficiales
del Gobierno y profesionales para el confinamiento reflejadas en páginas web,
noticias en televisión, mensajes virales, etc. Son muy similares y acertadas en
los puntos que describen: seguir las recomendaciones oficiales de medidas de
prevención, mantener rutinas diarias (de sueño, comidas, deporte, ocio,
higiene…), contactar con familiares y amistades, evitar la sobre información
(centrarse solo en noticias oficiales y contrastadas científicamente), etc.
En este artículo voy a centrar el foco en la parte más
relacional y convivencial de la cuarentena con hijos e hijas y con la pareja.
La máxima intensidad interaccionalmente hablando es la que
introduce a hijos e hijas en la ecuación. Nos encontramos que la atención que
padres y madres les dedican es inversamente proporcional a su edad, es decir,
cuanta menos edad tienen más atención y cuanto más mayores, menos. Todo esto es
normal por la disminución de necesidades básicas parentales al aumentar la
edad. No obstante voy a apuntar,
partiendo de las diferentes etapas, aspectos que son más fácilmente
descuidables:
En la etapa infantil, hay que intentar facilitar algunos
momentos de auto-juego, es decir, fomentar que comiencen a entretenerse solos
para comenzar así a trabajar su autonomía y para facilitar el descanso de
madres y padres. Esto no quita el que haya que acompañarles la gran parte del
día tanto en tareas formativas como lúdicas.
En la etapa de primaria, además del auto-juego también hay que
introducir algo de autonomía en sus tareas formativas y fomento de algunas
tareas domésticas. Esto no quita que haya que invertir un tiempo importante en
supervisar sus tareas formativas y compartir tiempo de ocio.
En jóvenes de secundaria todo lo contrario, es decir,
tienden a aislarse más, por lo tanto, es importante fomentar momentos de
conversación sobre sus intereses y preocupaciones, además de compartir algunos
momentos de ocio. También, destacar la importancia de la adecuada resolución de
conflictos ya que el factor de marcharse de la situación de conflicto y
airearse para relajar la situación se elimina. Por ello, se sugiere en la
medida de lo posible, cortar la discusión y separarse físicamente en el momento
en el que se comience a aumentar el tono de voz (en la medida de lo posible ya
que no se puede salir del domicilio) siempre emplazándola a otro momento más
tranquilo, es decir, no eliminándola si no aplazándola.
En cuanto a la interacción entre parejas, destacar que, a
causa de la cuarentena, se va a producir un contacto convivencial muy superior
al habitual. Esto tiene, evidentemente, ventajas e inconvenientes. Las ventajas
son relativas al aumento de la comunicación (más conversaciones y de más
temas), aumento del contacto (afectivo y sexual), aumento de actividades en
común y reparto de tareas domésticas (esto también es fuente de conflictos en
algunos casos). Los inconvenientes suelen venir derivados por el exceso o el
fracaso en la negociación de algunos de los aspectos anteriores, por el exceso
de expectativas sobre la pareja o por trastornos derivados del aislamiento.
Para evitar o disminuir dichos inconvenientes, se sugiere: mantener espacios
individuales a diario (lectura, meditación, juego…), hacer planes por consenso,
conseguir ceder en algunas ideas o intenciones , nombrar también las cosas que
no nos están gustando de nuestra pareja, repartir los tiempos de intervención
durante las discusiones y, como dijo el psicólogo Javier Urra hace unos días:
“no olvidar decir las palabras clave: te quiero y perdona” a las que yo añado:
“creo que lo has hecho muy bien” y “qué suerte tengo de vivir esta cuarentena a
tu lado”.
Si bien los sentimientos de agobio, frustración, tristeza y
miedo son habituales, por mi experiencia, psicólogos y psicólogas por medio de
la terapia online estamos siendo una herramienta útil a la que recurrir.
viernes, 6 de marzo de 2020
¿Otra escuela es posible?
Luis Miguel Uruñuela, pedagogo, director asociación Berriztu
En primer lugar, quisiera hablar de una cuestión que puede resultar complicada y tendenciosa. Tiene que ver con la comunicación humana, como es el uso de algunos términos/ conceptos cuando nos referimos a una realidad concreta. ¿Cómo referirnos a un tipo específico de alumnado que es “usuario” de los llamados programas complementarios de escolarización (la denominación varía según las comunidades autónomas). En primer lugar se les engloba dentro de “Atención a la diversidad”. Unas personas son diversas –para las que se crean programas- y otras no parecen diversas pues no se crean programas para ellas. Según el Diccionario de la lengua española (RAE) diversidad significa variedad, desemejanza, diferencia. Es decir, programas para atender a personas que no son semejantes, que son diferentes. Por cierto, el antónimo de diversidad es homogeneidad. Pero para una escuela que pretenda ser inclusiva o todo el alumnado presenta variedad, diferencia o nadie. ¿Es una cuestión de términos sin más, una mera e inocente manera de hablar o con esos términos se están metiendo “cargas de profundidad”?
Dentro del alumnado que se suele calificar como diverso está un sector categorizado con “graves problemas de conducta”. En general este es un gran baúl en el que se mete a una serie de alumnos y alumnas, las cuales, por decirlo de una manera suave “no caben” en la homogeneidad. Después de varias oportunidades (se suelen llamar adaptaciones curriculares), por ser diversos, es decir, no homogéneos, se les incluye en el tipo de programas conocidos como “complementarios” y salen de la escuela, eso si, con la intención de que vuelvan a ella una vez sean capaces de entrar en el grupo homogéneo. Según nuestra experiencia, en más de 5 años implementando estos programas con este tipo de alumnado, ninguno/a ha vuelto a la escuela ni ha deseado hacerlo. Es más, para la mayoría, el peor castigo que podemos utilizar cuando realizan alguna conducta grave, es que vuelvan unos días a la escuela/ instituto.
Pero ¿es posible mirar la cuestión desde otra perspectiva? Normalmente se utiliza la perspectiva unidireccional de la escuela hacia estas personas. Pero ¿sabemos con qué gafas miran ellos y ellas a la escuela? Es decir, el otro punto de vista.
Además, ¿qué pasa cuando se les da la voz a las personas que son metidas en ese colectivo? Decidimos dar al grupo de complementaria con una serie de preguntas sencillas y respuestas abiertas, es decir, las contestaciones las daban ellos, no estaban dadas a modo de test. Y esto es lo que nos contestaron:
¿Cómo te comportabas en el instituto?
Mal= 8
Bien=1
Bien y mal=1
Depende de cómo me trataran=1
¿Cómo te trataban los profesores?
Mal= 6
Algunos mal=4
Bien= 2
¿Diferencia entre este año y el anterior?
Estoy mejor=5
Sirvo para algo=1
Me tratan mejor= 1
Me siento ayudado=1
Los profesores y el ambiente en clase= 1
El comportamiento y las notas=1
¿Cómo es tu relación con los profesores este año?
Perfecta= 1
Muy buena= 7
Buena= 4
No se trata de una encuesta formal-académica-científica. El objetivo era dar voz. Esa voz se repite a lo largo de los años, nadie vuelve, tal y como en teoría se espera de estos programas. Nos podemos preguntar, ¿qué pasa cuando hay personas que rechazan a la escuela y la escuela les rechaza a ellas? Es decir, en mutuo rechazo.
No tenemos soluciones a estas preguntas que formulamos en este artículo, tan solo intentos balbucientes. Se suele decir que la escuela es reflejo de la sociedad en la que está insertada, entonces nos podemos preguntar si ¿otra sociedad es posible?
En primer lugar, quisiera hablar de una cuestión que puede resultar complicada y tendenciosa. Tiene que ver con la comunicación humana, como es el uso de algunos términos/ conceptos cuando nos referimos a una realidad concreta. ¿Cómo referirnos a un tipo específico de alumnado que es “usuario” de los llamados programas complementarios de escolarización (la denominación varía según las comunidades autónomas). En primer lugar se les engloba dentro de “Atención a la diversidad”. Unas personas son diversas –para las que se crean programas- y otras no parecen diversas pues no se crean programas para ellas. Según el Diccionario de la lengua española (RAE) diversidad significa variedad, desemejanza, diferencia. Es decir, programas para atender a personas que no son semejantes, que son diferentes. Por cierto, el antónimo de diversidad es homogeneidad. Pero para una escuela que pretenda ser inclusiva o todo el alumnado presenta variedad, diferencia o nadie. ¿Es una cuestión de términos sin más, una mera e inocente manera de hablar o con esos términos se están metiendo “cargas de profundidad”?
Dentro del alumnado que se suele calificar como diverso está un sector categorizado con “graves problemas de conducta”. En general este es un gran baúl en el que se mete a una serie de alumnos y alumnas, las cuales, por decirlo de una manera suave “no caben” en la homogeneidad. Después de varias oportunidades (se suelen llamar adaptaciones curriculares), por ser diversos, es decir, no homogéneos, se les incluye en el tipo de programas conocidos como “complementarios” y salen de la escuela, eso si, con la intención de que vuelvan a ella una vez sean capaces de entrar en el grupo homogéneo. Según nuestra experiencia, en más de 5 años implementando estos programas con este tipo de alumnado, ninguno/a ha vuelto a la escuela ni ha deseado hacerlo. Es más, para la mayoría, el peor castigo que podemos utilizar cuando realizan alguna conducta grave, es que vuelvan unos días a la escuela/ instituto.
Pero ¿es posible mirar la cuestión desde otra perspectiva? Normalmente se utiliza la perspectiva unidireccional de la escuela hacia estas personas. Pero ¿sabemos con qué gafas miran ellos y ellas a la escuela? Es decir, el otro punto de vista.
Además, ¿qué pasa cuando se les da la voz a las personas que son metidas en ese colectivo? Decidimos dar al grupo de complementaria con una serie de preguntas sencillas y respuestas abiertas, es decir, las contestaciones las daban ellos, no estaban dadas a modo de test. Y esto es lo que nos contestaron:
¿Cómo te comportabas en el instituto?
Mal= 8
Bien=1
Bien y mal=1
Depende de cómo me trataran=1
¿Cómo te trataban los profesores?
Mal= 6
Algunos mal=4
Bien= 2
¿Diferencia entre este año y el anterior?
Estoy mejor=5
Sirvo para algo=1
Me tratan mejor= 1
Me siento ayudado=1
Los profesores y el ambiente en clase= 1
El comportamiento y las notas=1
¿Cómo es tu relación con los profesores este año?
Perfecta= 1
Muy buena= 7
Buena= 4
No se trata de una encuesta formal-académica-científica. El objetivo era dar voz. Esa voz se repite a lo largo de los años, nadie vuelve, tal y como en teoría se espera de estos programas. Nos podemos preguntar, ¿qué pasa cuando hay personas que rechazan a la escuela y la escuela les rechaza a ellas? Es decir, en mutuo rechazo.
No tenemos soluciones a estas preguntas que formulamos en este artículo, tan solo intentos balbucientes. Se suele decir que la escuela es reflejo de la sociedad en la que está insertada, entonces nos podemos preguntar si ¿otra sociedad es posible?
viernes, 7 de febrero de 2020
Lo que los índices educativos esconden (y muestran)
Roberto García
Montero. Maestro y Doctor en Educación. Coordinador del área de Formación de Peñascal
Kooperatiba.
Nuestro sistema educativo tiene un mal
estructural. Queda demostrado en las cifras de jóvenes que curso tras curso son
“centrifugados” por el sistema ordinario sin alcanzar los objetivos de la
enseñanza obligatoria. El sistema está concebido para atender al conjunto de la población joven. Sin embargo, sus resultados no son
eficientes, ya que su finalidad es proveer al conjunto de la ciudadanía de una
formación de carácter básico que garantice un funcionamiento social integrado y
normalizado. Un sistema que atiende a TODA la población y tiene unas cifras de
fracaso académico como las que existen en nuestro país, no está respondiendo de
modo eficiente a las situaciones que presentan todos y cada uno de los jóvenes
a que debe atender. Desde que el sistema es general y obligatorio, y tras pasar
por sucesivas reformas establecidas (LOGSE, LOCE, LOE, LOMCE y las que apuntan
por venir) no se ha alcanzado la adaptación necesaria como para transformarse
en un sistema inclusivo que responda a las diversas situaciones, ritmos y
circunstancias de todos y cada uno de los jóvenes que entran en él.
Lo llamativo del caso es que nunca hemos sabido con precisión de
cuántos jóvenes estamos hablando cuando nos referimos a este fenómeno. En las
últimas décadas se han utilizado distintos índices para cuantificar el
fenómeno, pero ninguno responde directamente a la pregunta que casi todos nos
hacemos ¿cuántos jóvenes salen cada curso del sistema educativo ordinario
obligatorio sin haber alcanzado los objetivos propuestos en él?
La tasa de fracaso escolar es el indicador más antiguo. Mostraba
a la población que no alcanza el título de enseñanza básica. Su problema es que
ofrecía un porcentaje sobre el total de alumnado matriculado en el último curso
y se “olvidaba” de todo el alumnado que no conseguía alcanzar ese último curso
y se quedaba por el camino. Este índice ha dejado de publicarse en los últimos
años, siendo sustituido por otros.
La tasa bruta de graduación en ESO se utiliza desde hace
algunos años por parte de la Administración Pública. Muestra “la relación entre
el alumnado que termina con éxito esta etapa educativa, independientemente de
su edad, y el total de la población de 15 años (último curso de escolarización
obligatoria)”. Es un índice que ofrece un cálculo aproximado del éxito
académico sobre lo que debiera ser, si el itinerario escolar obligatorio
finalizase en plazo. Sus déficits son que no refleja datos reales de
referencia, ya que todo aquel alumnado que supera esa edad no está incluido en
la tasa y, además, entre los que obtienen la titulación hay alumnado que supera
dicha edad. La última cifra oficial es 75,6% en España, siendo en La Rioja 69,2%.
Con estas cifras de referencia puede afirmarse que el último año 99.401 jóvenes
no obtuvieron la titulación de ESO, sabiendo que esta cifra es una estimación
del fenómeno.
La tasa de Abandono educativo temprano muestra el porcentaje de
personas de 18 a 24 años que tienen un nivel máximo de estudios de secundaria
primera etapa y no siguen ningún tipo de educación o formación. Este es un
índice de referencia en la Unión Europea por lo que se utiliza una nivelación
internacional (CINE) para poder comparar datos entre los países de la UE. Las
Administraciones públicas en España (Ministerio y Consejería Autonómicas) contribuyen
al equívoco sobre cuál es ese nivel al generar cierta confusión sobre el umbral
frontera utilizado para determinar la tasa, dándose referentes distintos según
el texto donde se recoja el índice. Según los estándares internacionales en que
se sitúan los distintos niveles del sistema español actualmente, el alumno o alumna que obtiene una titulación académica
superior al Graduado en ESO (FP Básica, FP Grado Medio, FP Grado Superior o
Bachillerato) no se contabilizaría en esta tasa. Este
índice es un dato que toma a una población que abarca un rango que abarca 7
años de edad y que no permite mostrar cada año cuánto alumnado abandona el
sistema ordinario cada curso sin éxito. El último dato público la sitúa en 17,9%
en el promedio estatal. Está aún muy lejos del reto planteado por la Comisión
Europea para el 2020 (10%). En La Rioja la tasa es del 17,1%.
Hoy en día se
entiende que contamos con las herramientas necesarias para tener un dato exacto
sobre este fenómeno y, a pesar de ello, los datos públicos no permiten conocer
el alcance de esta realidad. Quizá nunca ha interesado realmente cuantificarlo,
por las connotaciones que tendría su magnitud y lo que supondría un abordaje
serio de esta problemática, pero convendría que las cifras que se manejan
fueran más fiables y precisas.
jueves, 9 de enero de 2020
“Es tu turno”, el rap sobre la Agenda 2030 creado por Tardes de Garaje
Luz Herrero Casado. Pedagoga,
educadora social. Responsable pedagógica de Asociación Garaje.
Tardes de Garaje es un proyecto educativo-musical de
Asociación Garaje, que conecta a adolescentes y jóvenes entre 14 y 21 años con
profesionales de la pedagogía y de la música urbana, fomentando que las
sinergias que de estos encuentros surgen generen innovación educativa y
artística, reforzando a su vez el mensaje de justicia social que persigue la
entidad.
Este proyecto, que se inscribe dentro de los proyectos
denominados de “artivismo”, permite generar, comunicar y divulgar mensajes valiosos
tanto para la formación profesional como para la formación cultural y personal
de sus participantes, aprendiendo cómo aprovechar el background cultural como
herramienta de participación social. Además, Tardes de Garaje se constituye
como un espacio para que las y los jóvenes mejoren sus capacidades de
expresión, aprendizaje y socialización a través de la música urbana,
conviviendo en un lugar de apoyo y acompañamiento para la mejora de su realidad
personal y social. Tardes de Garaje ha sido seleccionado como ejemplo de buena
práctica por la Cátedra de Refugiados y el Instituto Universitario de Estudios
sobre Migraciones de la Universidad de Comillas, y ha sido difundido a través
de varios medios de comunicación.
Dentro del marco de dicho proyecto, Red de ONGD de Madrid y
Asociación Garaje organizan, de marzo a junio de 2019, la iniciativa “Es tu
turno: Rap por el desarrollo sostenible”, enmarcada dentro del programa
“Construyendo Barrios 2030”, que trabaja los Objetivos de Desarrollo
Sostenible desde lo local. La experiencia consiste en un taller de rap y
sensibilización sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Como resultado
final se publica el videoclip “Es tu turno”, elaborado y protagonizado por las
y los participantes del proyecto. Sus objetivos son comunicar de manera accesible
entre adolescentes y jóvenes la Agenda 2030 y multiplicar la efectividad de la
sensibilización social juvenil en materia de ODS.
Las sesiones del taller, impartidas todos los viernes
lectivos de marzo a junio de 2019, constaron de una primera parte de detección
de ideas previas, con el fin de que los y las participantes disfrutaran de un
proceso educativo significativo. De manera específica, se acercaron
teóricamente aquellos contenidos más relevantes dentro del ámbito propuesto de
estudio (Agenda 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible), siempre adaptados a
la etapa evolutiva de las y los participantes. Se ejemplifica lo expuesto y
reserva un espacio para el ejercicio práctico grupal y/o individual. Además de
mostrar experiencias ejemplo de buenas prácticas, se realizan sesiones en
espacios públicos de interés (exposiciones fotográficas, ponencias, muestras,
etc.).
A continuación, cada participante estudia y analiza de
manera autónoma dos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que explica, con sus
propias palabras, al resto del grupo. Una vez analizados los 17 ODS, el grupo
construye de manera horizontal un tema musical de rap en el que se trasmitan a
otras y otros jóvenes y adolescentes tanto los ODS de manera concreta, como el
espíritu de la Agenda 2030 en su conjunto. Esta canción se graba y produce con
calidad profesional en el estudio musical de Asociación Garaje (Madrid).
Su resultado final, el videoclip “Es tu turno”, difunde la
Agenda 2030 entre públicos que no están en contacto con instrumentos de la
política internacional para el desarrollo sostenible. “Es tu turno” se
comparte a través de YouTube y otras redes sociales, además de interpretarse en
directo en eventos públicos de interés para la adolescencia y la juventud:
Acto final #MadridDaLaNota, Fiestas de Distrito Retiro, Escuela Pública de
Animación de la Comunidad de Madrid, Festival Villarock 3.0 en Madrid.
Por todo ello, podemos afirmar que las músicas urbanas en
general, y el rap en particular, constituyen una herramienta educativa efectiva
para dar voz a las nuevas generaciones y difundir su mensaje, así como para
difundir la Agenda 2030, porque resulta divertido y motivador para las y los
adolescentes; familiarizarse con sus normas básicas es sencillo, lográndose
gran progresión a corto plazo; desarrolla la creatividad, amplía la riqueza
semántica y mejora la fluidez verbal; permite expresar sentimientos y
opiniones; eleva la autoestima y potencia las relaciones con otras personas;
sus resultados se difunden con facilidad; y transforma el entorno cercano de
sus protagonistas.
jueves, 5 de diciembre de 2019
El cambio humano
Isabel Ripa Juliá, bióloga y consultora ambiental.
La primera vez que escuché a Greta Thunberg me trajo a la memoria al niño del cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador”. Greta, como el niño del cuento, ponía en voz alta palabras que muchos teníamos en la mente. “Nuestra casa está ardiendo” alerta, y declara su enfado ante las cámaras de las Naciones Unidas por la inacción de los adultos. Millones de jóvenes están de acuerdo con ella, sus estudios les han aportado los conocimientos necesarios para ser conscientes de que su futuro está en juego.
La base científica es abrumadora. Como denuncia Greta, hace ya más de 30 años que se está avisando sobre el calentamiento global y en general sobre el deterioro ambiental y sus consecuencias para las sociedades y las personas que las forman. En 1992 se firmaron el Convenio sobre Cambio Climático “reconociendo que los cambios del clima de la Tierra y sus efectos adversos son una preocupación de toda la humanidad” y el Convenio sobre la Diversidad Biológica por la importancia de esta “para la evolución y para el mantenimiento de los sistemas necesarios para la vida de la biosfera”. Pasados más de 25 años, tanto la situación del clima como de la biodiversidad han empeorado dramáticamente y nuestra especie sigue avanzando hacia el precipicio.
El que los seres humanos hayamos sido capaces de desequilibrar el complejo e interconectado sistema climático del que formamos parte indica nuestra gran capacidad de acción que, desde la Revolución Industrial, ha ido modificando el planeta a gran escala. En nuestra “era antropozoica” o “Antropoceno”, la acción humana ha alterado las condiciones geofísicas de nuestra casa común y nos aproximamos a una sexta extinción masiva de especies. Desde la “Gran Aceleración“ iniciada hacia 1950, la concentración del CO2 de la atmósfera se ha disparado por encima de las 300 ppm, su límite durante miles de años, hasta llegar a niveles por encima de las 400 ppm que siguen aumentando peligrosamente alejándonos de la estabilidad climática del pasado.
Nos enfrentamos a complejos retos socio-ecológicos globales en unas sociedades en las que crece el descontento y la pobreza como lo hace la obesidad y a la vez el hambre. Hay suficiente conocimiento, suficiente tecnología pero seguimos por la misma senda que nos ha traído hasta el punto en que nos encontramos. Nos hallamos ante un momento en que tenemos que preguntarnos, individualmente y como especie, si es este el camino por dónde queremos seguir, si es esta la herencia que queremos dejar a nuestros hijos.
En el planeta Tierra, nuestro hogar común y compartido, todo y todos estamos interconectados y existen límites que es necesario respetar para mantener la supervivencia de nuestra especie. Necesitamos reconectar con la naturaleza a la que pertenecemos, reconectar con nosotros mismos y con las demás personas. Los retos son tan enormes que se necesita contar con todo el potencial humano, dar voz a pensamientos que no se han tenido en cuenta, potenciar la justicia social en el presente y para las generaciones futuras.
A nivel global, se han establecido objetivos para alcanzar el desarrollo sostenible, para hacer frente y adaptarnos al cambio climático, que requieren que todas las personas, desde nuestras diferentes responsabilidades, actuemos poniendo el bien común por delante de intereses particulares. Es el momento de que el pensamiento, el sentimiento y la acción humana se alíen con la naturaleza. Las soluciones van apareciendo como pequeños oasis a lo largo de todo el planeta, estableciendo puentes, fomentando el diálogo y el intercambio de ideas a nivel local, en comunidades que van co-creando la transformación socio-ecológica necesaria. Transformación de las ciudades, de la forma de alimentarnos, de vestir, de movernos, de obtener energía para con ello regenerar el clima, restaurar los ecosistemas, proteger y potenciar la biodiversidad y poder seguir beneficiándonos de los servicios que nos aportan a la vez que avanzamos hacia una sociedad más justa.
El futuro es un espacio temporal que no nos pertenece pero que estamos condicionando los adultos de hoy. Creo que es tiempo de escuchar a las personas jóvenes, de aprender de ellas y darles la oportunidad de participar de forma activa en la toma de decisiones para crear un futuro que les permita ser felices en nuestro hermoso planeta azul.
La primera vez que escuché a Greta Thunberg me trajo a la memoria al niño del cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador”. Greta, como el niño del cuento, ponía en voz alta palabras que muchos teníamos en la mente. “Nuestra casa está ardiendo” alerta, y declara su enfado ante las cámaras de las Naciones Unidas por la inacción de los adultos. Millones de jóvenes están de acuerdo con ella, sus estudios les han aportado los conocimientos necesarios para ser conscientes de que su futuro está en juego.
La base científica es abrumadora. Como denuncia Greta, hace ya más de 30 años que se está avisando sobre el calentamiento global y en general sobre el deterioro ambiental y sus consecuencias para las sociedades y las personas que las forman. En 1992 se firmaron el Convenio sobre Cambio Climático “reconociendo que los cambios del clima de la Tierra y sus efectos adversos son una preocupación de toda la humanidad” y el Convenio sobre la Diversidad Biológica por la importancia de esta “para la evolución y para el mantenimiento de los sistemas necesarios para la vida de la biosfera”. Pasados más de 25 años, tanto la situación del clima como de la biodiversidad han empeorado dramáticamente y nuestra especie sigue avanzando hacia el precipicio.
El que los seres humanos hayamos sido capaces de desequilibrar el complejo e interconectado sistema climático del que formamos parte indica nuestra gran capacidad de acción que, desde la Revolución Industrial, ha ido modificando el planeta a gran escala. En nuestra “era antropozoica” o “Antropoceno”, la acción humana ha alterado las condiciones geofísicas de nuestra casa común y nos aproximamos a una sexta extinción masiva de especies. Desde la “Gran Aceleración“ iniciada hacia 1950, la concentración del CO2 de la atmósfera se ha disparado por encima de las 300 ppm, su límite durante miles de años, hasta llegar a niveles por encima de las 400 ppm que siguen aumentando peligrosamente alejándonos de la estabilidad climática del pasado.
Nos enfrentamos a complejos retos socio-ecológicos globales en unas sociedades en las que crece el descontento y la pobreza como lo hace la obesidad y a la vez el hambre. Hay suficiente conocimiento, suficiente tecnología pero seguimos por la misma senda que nos ha traído hasta el punto en que nos encontramos. Nos hallamos ante un momento en que tenemos que preguntarnos, individualmente y como especie, si es este el camino por dónde queremos seguir, si es esta la herencia que queremos dejar a nuestros hijos.
En el planeta Tierra, nuestro hogar común y compartido, todo y todos estamos interconectados y existen límites que es necesario respetar para mantener la supervivencia de nuestra especie. Necesitamos reconectar con la naturaleza a la que pertenecemos, reconectar con nosotros mismos y con las demás personas. Los retos son tan enormes que se necesita contar con todo el potencial humano, dar voz a pensamientos que no se han tenido en cuenta, potenciar la justicia social en el presente y para las generaciones futuras.
A nivel global, se han establecido objetivos para alcanzar el desarrollo sostenible, para hacer frente y adaptarnos al cambio climático, que requieren que todas las personas, desde nuestras diferentes responsabilidades, actuemos poniendo el bien común por delante de intereses particulares. Es el momento de que el pensamiento, el sentimiento y la acción humana se alíen con la naturaleza. Las soluciones van apareciendo como pequeños oasis a lo largo de todo el planeta, estableciendo puentes, fomentando el diálogo y el intercambio de ideas a nivel local, en comunidades que van co-creando la transformación socio-ecológica necesaria. Transformación de las ciudades, de la forma de alimentarnos, de vestir, de movernos, de obtener energía para con ello regenerar el clima, restaurar los ecosistemas, proteger y potenciar la biodiversidad y poder seguir beneficiándonos de los servicios que nos aportan a la vez que avanzamos hacia una sociedad más justa.
El futuro es un espacio temporal que no nos pertenece pero que estamos condicionando los adultos de hoy. Creo que es tiempo de escuchar a las personas jóvenes, de aprender de ellas y darles la oportunidad de participar de forma activa en la toma de decisiones para crear un futuro que les permita ser felices en nuestro hermoso planeta azul.
jueves, 14 de noviembre de 2019
Aprender prestando un servicio a la comunidad: el aprendizaje-servicio
Rafael Mendia Gallardo. Responsable de formación de la Fundación ZERBIKAS.
Ninguno
de los chicos y chicas de cuarto de ESO, que estaban en aquella clase
estudiando los distintos aspectos de los “Planos Inclinados” se hubieran
imaginado que de ahí saldría un compromiso cívico para hacer más accesible su
pueblo y que cambiaría su mirada de las calles, las aceras, los portales, las
personas.
El debate de las situaciones de la vida en las
que vemos que existen planos inclinados y sus repercusiones en la vida
práctica de las personas, llevó a analizar la situación de quienes utilizan
silla de ruedas o de familias que llevan carrito de bebé.
Una cosa llevó a la otra y del debate se
extrajo la invitación a personas en silla de ruedas a compartir sus
experiencias en la vida cotidiana en el pueblo. Explicaron su experiencia
vital, las dificultades que encontraban para llevar una vida como los demás,
contaron con pelos y señales un itinerario de superación que debían recorrer
día a día.
Pero sobre todo les impactó cuando les propusieron
ponerse en su lugar, recorrer una calle de su pueblo analizando las
dificultades de accesibilidad con las que se encontraban las personas con
movilidad reducida.
Fueron analizando las calles, los comercios,
los portales, las plazas. Fueron tomando notas, sacando fotos… Elaboraron un
mapa on line de accesibilidad a través de la aplicación “OpenStreetMap” y por
último elaboraron un informe de accesibilidad del pueblo que entregaron en su
momento al Ayuntamiento.
Este es el proyecto de Aprendizaje- Servicio
“Ciudades Amigables para todas las personas”.
Aprendizaje-Servicio: acercar el
aprendizaje a la vida
Esta experiencia es una de los cientos
de experiencias que estudiantes de todos los niveles educativos desarrollan
desde la óptica del “Aprendizaje-Servicio”.
Lo verdaderamente novedoso de esta
propuesta es la relación que se establece entre el aprendizaje y el servicio
que enriquece a ambos:
El servicio ofrece sentido al aprendizaje,
lo hace funcional, útil, además de facilitar otros elementos didácticos,
curriculares y organizativos.
El aprendizaje aumenta la calidad del
servicio, dotándole de mayor profundidad favoreciendo la reflexión sobre lo
que se hace y por qué se hace.
¿Qué servicios?
Es muy amplio el abanico de servicios
transformadores de la realidad que puede realizar nuestro alumnado. Desde los
más pequeños, hasta los más mayores pueden identificar necesidades y
posibilidades de mejora de la realidad que les circunda.
Son muy interesantes aquellos proyectos
que promueven la participación en el barrio o los de sensibilización y
defensa de los Derechos Humanos o los Objetivos para el Desarrollo Sostenible
(ODS).
También aquellos proyectos de ayuda
directa a personas o de apoyo y acompañamiento a la escolarización y refuerzo
escolar; proyectos de promoción de estilos de vida saludable o aquellos que
pretenden acercar colectivos de diferentes edades con el objetivo de facilitar
el intercambio de conocimientos, aprendizajes y habilidades.
Y otros muchos que los chicos y chicas
son capaces de imaginar y llevar a cabo.
¿Qué aprendizajes?
Partimos de la base de que se trata de
“aprendizajes intencionales”, es decir aquellos aprendizajes previstos en el
desarrollo del proyecto educativo del centro.
Cabe destacar el aprendizaje de los
valores como referentes valiosos para las personas y motores del
comportamiento. Engloban ideales, intereses, motivaciones y necesidades que
rigen la conducta y las decisiones.
El Aprendizaje-Servicio abre puertas y ventanas del centro
educativo y permite que la vida del mundo, de las comunidades cercanas y
lejanas, se haga presente en el centro para despertar vocaciones ciudadanas,
científicas, humanistas, comprometidas para transformar el mundo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)