viernes, 27 de abril de 2012

Mediaciones de éxito


Aitor Hernández Eguíluz. Coordinador del club de lectura “Café con cuentos” y profesor de Instituto de Lengua y Literatura (IES Bartolomé Cossío de Haro).

Me da pánico cuando me hacen la siguiente pregunta: “No hay forma de que mi hijo lea, ¿puedes reco­mendarme un libro para que se en­ganche?” Este artículo quiere arrojar un poco de luz ante esta cuestión. Para ello no hay nada mejor que ha­cer que los padres sean los propios mediadores ante sus hijos. En las ac­tividades para animación a la lectura, mediador es el agente que sirve de puente entre los libros y los lectores.
Por un lado está la mediación invo­luntaria, cuando los padres de forma intuitiva leen en voz alta a sus hijos un libro antes de acostarse. Así, esta lectura, se convierte en un espacio íntimo de conexión directa entre el padre o la madre con sus hijos.
También, hablamos de mediación institucional cuando nos referimos a la actividad alrededor de la lectura que se desarrolla en las bibliotecas. En este caso hay que diferenciar entre la municipal y la escolar. La biblioteca de la localidad actúa como cataliza­dor de un número ingente de lectu­ras, unas más apropiadas que otras, pero todas válidas. Deberíamos ir allí regularmente con nuestros hijos para crear en ellos un respeto por el libro y por la institución que los con­tiene. De este modo, romperemos en los hijos la sensación que transmi­te el término biblioteca en su sentido literal de mero “armario de libros”, y transformaremos el libro en un obje­to telúrico, digno de adoración…
De la misma forma, las bibliotecas es­colares no son lugares a donde llevar a los alumnos para que elijan un libro y nada más, sino que los docentes en horario escolar y los padres fuera del mismo tienen que convertirse en mediadores dentro de un espacio de encuentro con la literatura y con los libros, un espacio de juego, de re­flexión y de creación inagotable.
En tercer lugar, existe la mediación cualificada, la desarrollada por espe­cialistas que forman a nuevos media­dores, en dos variantes: los talleres que se realizan en ocasiones pun­tuales y los clubes de lectura que se reúnen regularmente. En el caso con­creto de La Rioja han proliferado am­bas variantes alrededor del Blog para los amantes de la literatura infantil y juvenil, La casa de Tomasa. Las cono­cidas como Tomasas han desarrolla­do numerosos talleres, acercando, con una maleta (literal) llena de libros a los padres sus conocimientos sobre la literatura infantil y juvenil.
En cuanto a los Clubs de Lectura, mu­chos padres se juntan regularmente en distintos puntos y con diferentes nom­bres. En Logroño: Todo el mundo va, El color de la mirada y Café con cuentos; en Autol: Autolino, Lino, Lino; y en Fu­enmayor: El contador de cuentos.
Por último, se encuentra la media­ción interactiva, la que se desarrolla alrededor de las Tertulias Literarias Dialógicas. La literatura con mayús­culas deja de ser un ejercicio para eruditos y se convierte en literatura compartida por todos. No se trata de las periclitadas tertulias literarias alre­dedor de un especialista que impar­te docencia, sino que es un espacio para compartir nuestra experiencia lectora entre iguales. Para ello, todos han tenido que leer la obra y subra­yado los pasajes que más le han lla­mado la atención. Cualquiera de los participantes se erige como modera­dor de los turnos y se va repasando la obra desde el principio hasta el final. Hay que leer en voz alta el pasaje re­saltado y explicar por qué ha llama­do la atención, con lo que se inicia una interactuación entre todos los asistentes alrededor de un mismo aspecto, que se puede ir ramificando hasta el infinito.
En resumen, todas estas mediacio­nes para la animación a la lectura son válidas para lo que todos aspiramos: hacer participar a nuestros hijos de la lectura. Además, pueden reali­zarse de forma simultánea: yo, por ejemplo, participo de varias de estas experiencias ya que en las sesiones del Café con cuentos, que coordino, también realizamos algunas tertulias dialógicas literarias. En mi modesta experiencia, la clave del éxito al que alude el título del artículo reside en hacer partícipes a los padres y a los hijos de alguna (si no de todas) de estas mediaciones para impulsar su acercamiento al mundo fascinante de la lectura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario