lunes, 6 de junio de 2022

“Con escucha y buena actitud, vas donde quieras”

 ODS17: Alianzas para lograr los objetivos 

Jorge Alonso, propietario del restau­rante vegetariano y vegano Sol Veg­gie, se puso en contacto con Funda­ción Pioneros para colaborar dando clases de cocina y repostería vega­na. Se formó un grupo con jóvenes del programa Formación y Empleo para Jóvenes, una experiencia que comenzó en 2021 y que se mantiene por la alta demanda y el interés que despierta entre los y las jóvenes que participan.

¿Cuándo comienza su colabora­ción con Fundación Pioneros?
Recuerdo que fue a principios de 2021. Había dado cursos en una tienda, en el bar y en la Universidad Popular, pero tenía ganas de dar clases a jóvenes. Busqué entidades que trabajaran con jóvenes y me hablaron de Pioneros. Tenía buenas referencias y llamé para ofrecer mis clases de cocina y repostería vega­na. Me comentaron que estaban pensando en instalar una cocina en La Oca para poder dar clases, fue una buena casualidad para las dos partes.

¿Cómo ha sido la experiencia de esta colaboración?
Ha sido muy gratificante, los chava­les son una maravilla y la acogida ha sido brutal. Me gustó más dar clases a adolescentes que a personas ma­yores que me parecen más “paso­tas”, hablan entre ellos y te quieren enseñar sus recetas. Me ha gustado esta experiencia, han respondido muy bien.

¿Ha sido sencilla de realizar?
Si ha sido muy fácil. Ya que no te­nía que encargarme de casi nada, solo de impartir los cursos. Cuando llegaba al taller ya tenía la compra hecha, montábamos lo que tenía­mos entre todos para empezar a preparar. Yo mandaba la receta del día y me compraban todo, me pu­sieron muchas facilidades. Siempre intentamos reutilizar lo que había­mos comprado, a veces las recetas las hacíamos dependiendo de los ingredientes que teníamos para no desperdiciar nada.

¿Qué valor le aporta colaborar con Fundación Pioneros?
Fue muy gratificante para mí com­partir mis conocimientos y mi expe­riencia con otras personas y que les pueda ser útil.
He tenido muy buenas sensaciones y eso que a mí me cansa mucho dar clases, me dejan agotado. Pero es muy gratificante cuando ves a al­guien que pregunta y se interesa, cuando les ha gustado la comida, cuando han probado algo que no habían probado nunca y ves la cara de satisfacción, te das cuenta de que sirve para algo.

¿Cómo puede ayudar este tipo de talleres para que las y los jóvenes encuentren empleo?
Además de enseñarles las recetas básicas de cocina y algunos trucos, me gustaba enseñarles algunas ac­titudes profesionales. Les pasaba una ficha técnica con la receta para que puedan hacer sus presupuestos de cada plato, les enseñé también a hacer un portfolio de sus recetas y sobre todo a tener buena actitud en el trabajo.
Pero siempre quise ir un poco más allá, porque al final para hacer un plato de lentejas te puedes meter en Youtube y encuentras miles de rece­tas, pero no hay técnicas de cocina.

¿Cómo cree que han recibido las y los jóvenes este taller?
La acogida ha sido muy buena, cada miércoles se sumaba más gente con ganas de aprender.
Había quienes mostraban mucho interés, luego estaba el típico paso­tilla que quiere pero queda mal que quiera, se sienta detrás, pero con ganas de acercarse. A mí se me hizo fácil llegar a ellos para acercarlos al grupo, porque me identifico con esa forma de ser.

¿Qué actitud debe tener la gente joven que empieza a trabajar?

Para mí es muy importante que se­pan escuchar, que tengan buena actitud, buena cara. A nadie nos mola ir a trabajar, pero si tenemos que estar aquí 8 horas, vamos a ha­cerlo bien.
Cuando yo contrato a alguien no necesito que tenga experiencia para llevar una barra o ayudarme a mí en cocina, me fijo más la actitud y las ganas que tengan que todo lo que sepan hacer o no, tanta “titu­litis” está sobrevalorada. También es importante que se adecuen a lo que se pide en cada momento, porque cada persona en la cocina tenemos nuestra forma de actuar y nuestras manías.
Lo importante es la escucha y la actitud, con esas dos cosas se va a cualquier lado, no solo a buscar tra­bajo, sino a donde quieras.

¿Recomendaría este tipo de cola­boración a otras empresas?
Claro que lo recomiendo, todos he­mos sido jóvenes y hemos pasado por el círculo ese de “no te contra­to porque no tienes experiencia y no tienes experiencia porque no te contrato”, tenemos que facilitar esa experiencia.

¿Cuál es la importancia de inser­tar a jóvenes en una empresa?
Hay muchos motivos. Económico, desarrollo personal, intelectual, ge­nerar independencia, toma de deci­siones, aumentar la autoestima...
Yo prefiero contratar a jóvenes por­que no tienen vicios adquiridos de otros lugares. Vienen con más ener­gía, con más ganas de trabajar y de aprender. Para mí es muy fácil re­lacionarme con la gente joven, me siento muy cómodo.