Pedro Gil López. Director de Proyecto Hombre La Rioja.
Proyecto Hombre surge en España hace casi 30 años con el
propósito de ofrecer un tratamiento profesional a personas con problemas de
adicciones. Nace de la inquietud de familias afectadas y personas solidarias
por ofrecer una respuesta al problema de las drogodependencias que se vivía en
España en los años 80. Y recoge la experiencia de Proyecto Hombre de Italia.
No se crea como asociación de enfermos, ni de familiares;
tampoco tiene como finalidad la denuncia social ni la reivindicación concreta
de objetivos de ningún colectivo.
En este contexto, Proyecto Hombre fue pionero, ente otros,
en los siguientes aspectos:
- La importancia de la involucración y el apoyo de la familia, si existe, en todo el proceso terapéutico-educativo.
- El “trabajo en grupo” con los usuarios, que en la mayoría de las ocasiones están asentados en posturas muy individualistas o ensimismados en su mundo.
- El voluntariado como modelo imprescindible de ayuda y referencia.
- El trabajo en equipo profesional y multidisciplinar (no solo trabajar juntos).
- Y desarrollar un programa educativo-terapéutico (o terapéutico-educativo), integrando ambos componentes y superando la dicotomía.
Lo que define la esencia de Proyecto Hombre es que se cree
en la persona, en su capacidad de cambiar y superar las adicciones que le han
impedido desarrollarse plenamente. La adicción es el síntoma de un problema que
reside en la persona. Este planteamiento, inspirado en la filosofía
humanista, coloca a la persona, y no a la adicción, en el centro de todo el
proceso.
Proyecto Hombre proporciona un tratamiento
terapéutico-educativo que ayuda a la persona y a su entorno a descubrir qué
aspectos no ha podido desarrollar por sí sola y promover los cambios necesarios,
dotándola de conocimientos, habilidades y recursos para lograr la autonomía
personal.
Lo terapéutico, desde un punto de vista médico o biológico,
es todo aquello que es capaz de curar. Desde un punto de vista psicológico,
sería el conjunto de acciones dirigidas a modificar la conducta. Proyecto
Hombre trabaja para que el paciente asuma la responsabilidad de su propio crecimiento,
siendo la terapia el lugar donde reencontrarse con uno mismo y con los demás.
Las terapias que se utilizan comprenden desde las técnicas conductuales, hasta
la terapia sistémica, pasando por la teoría cognitivo-conductual y racional
emotiva.
Y es educativo porque se pretende que las personas
desarrollen sus facultades y potencialidades, dentro de sus posibilidades. Es
un aprendizaje experiencial porque se hace en el contacto con el mundo, en las
transacciones entre la persona y el medio, y en el encuentro con los demás.
También es educativo en cuanto hay acción externa sobre las
personas; hay instrucción, sistematización, socialización..., se les entrena y
dota para que logren la inserción social y la autonomía personal, entre otras
cosas, a través de la Educación para el ocio y el tiempo libre, Educación para
la no violencia, Coeducación, Educación prelaboral, Educación cultural,
Educación ambiental, Educación sobre el consumo, Animación sociocultural,
Educación intercultural, Educación en valores y Educación para la
responsabilidad.
Así pues, como defensores del modelo psicoeducacional
contemplamos nuestra tarea no en términos de anormalidad-diagnóstico-prescripción-terapia-curación,
sino en términos de enseñanza de actitudes y valores, y competencias personales
e interpersonales que la persona puede aplicar para resolver sus problemas
presentes y para potenciar su satisfacción vital. Todo es educativo y
terapéutico a la vez.
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