lunes, 17 de abril de 2023

Por qué medir el retorno social de una inversión

 Yanna Stefanu. SROI Practitioner.

Estamos viviendo un cambio en la forma en que entendemos el mundo de la mano de una mayor concienciación medioambiental y social que implica también un nuevo enfoque en todas las etapas y actividades educativas que poco a poco vamos incorporando.

Hasta fechas muy recientes teníamos interiorizado que si una empresa generaba beneficios económicos es que lo estaba haciendo bien. Pero con la irrupción de la concienciación medio ambiental al hilo de la preocupación por el cambio climático, hemos ido entendiendo que en las empresas no todo vale, que la actividad tiene consecuencias que van mucho más allá de los resultados económico – financieros.

Y ahora ya sabemos que el futuro de una empresa no radica tanto en los beneficios económicos que puede obtener, sino en el valor que puede generar para la sociedad.

¿Pero cómo determinar el valor generado para la sociedad? Pues mediante las mediciones del retorno social, que sirven para conocer las consecuencias de una actividad en la vida de las personas, organizaciones e instituciones que se ven afectadas por dicha actividad.

Este valor es todavía más importante de cuantificar cuando estamos ante una empresa o una organización en la que el valor generado va mucho más allá de lo económico y sobre todo cuando no hay transacción económica como sucede con entidades sin ánimo de lucro o actividades desarrolladas por la administración pública.

Existe un modelo internacionalmente reconocido generado por Social Value International, que en España promueve ESIMPACT, que es el SROI, por su acrónimo en inglés Social Return On Investment, o dicho en castellano, RETORNO SOCIAL DE LA INVERSIÓN.

Metodología SROI

Este modelo es muy interesante porque explica de forma extensa y profunda cuáles son los cambios que se producen en las vidas de las personas afectadas por una actividad, también conocidos como stakeholders, a la vez que cuantifica monetariamente cuánto cambio se ha generado.

Se fundamenta en la teoría del cambio, la investigación social y la contabilidad social, reflejando el valor percibido por los agentes interesados o stakeholders en forma de valor económico y recogiendo el valor social y ambiental que aún no se refleja en las cuentas financieras.

Aunque el SROI se presenta en forma de ratio que divide la inversión realizada y el valor social generado mostrando cuántos euros se han aportado a la sociedad en forma de valor social por cada euro que se ha invertido, su finalidad es la de explicar las consecuencias de una actividad para los stakeholders, de forma que podemos entender el valor generado por la empresa u organización que promueve esa actividad desde el punto de vista de los afectados.

Por lo tanto estamos ante un metodología que muestra un valor que es fácilmente entendible por todos, pero también genera un relato rico en matices sobre cómo se ha generado ese valor. Es un documento que explica el cambio que se ha generado sustentado en estudios cualitativos, cuantitativos y financieros.

El SROI se puede aplicar tanto a proyectos que todavía no se han llevado a cabo, es el SROI de pronóstico, especialmente útil para tomar decisiones sobre inversión. Pero también se puede aplicar a proyectos ya ejecutados, es el SROI de evaluación, muy conveniente para explicar cómo se ha utilizado el capital invertido y cuál ha sido su efectividad en términos de valor social generado.

Por lo tanto el SROI de pronóstico se utiliza para:

1.       Seleccionar en qué proyectos invertir, añadiendo a los factores de decisión la previsión del valor social generado.

2.       Defender la inversión en un proyecto determinado añadiendo a los argumentos el impacto social esperado.

3.       Mejorar el diseño de planes de acción, identificando los elementos clave de éxito para generar el cambio deseado.

Mientras que el SROI de evaluación es útil para:

1.       Entender cómo una determinada actividad ha afectado a la vida de personas, organizaciones y entidades que se ven impactadas por ellas.

2.       Tomar decisiones de mejora para la gestión de proyectos.

3.       Entender y explicar cómo un proyecto o actividad ha generado cambios en el entorno.

4.       Defender la continuidad de un determinado proyecto o tomar la decisión de su abandono en base a información relevante.

Estamos ante una nueva forma de entender la vida en la que tanto jóvenes como adultos vamos aprendiendo a valorar.