Desde el ámbito de la educación
va surgiendo la necesidad de introducir nuevos elementos en el modelo
educativo para adaptarnos a los cambios de la sociedad. A partir de la
sensibilidad de algunos de los profesionales de la educación, se busca la
manera de cubrir otros aspectos fuera de los meramente académicos para dar una
formación más completa a los alumnos. Elementos que les ayuden en su
desarrollo como seres humanos y contribuyan al éxito en sus vidas, entendiendo
como éxito al desarrollo de sus capacidades para sentirse bien y en armonía con
el entorno y consigo mismos.
Esta necesidad se hace cada vez
más visible ante la aparición de elementos de conflicto en la escuela, como
dificultades en las relaciones, agresividad cada vez mas patente,
individualismo, fracasos escolares, etc. Y también en el modo de ver la
discapacidad tanto física como psíquica. Para afrontar estos nuevos retos
afloran nuevos programas de trabajo como programas de “inteligencia
emocional”, “buenos tratos”, programa “aulas felices” y otros donde se trabaja
con los niños formas de diálogo, fortalecimiento de la estima de uno mismo,
escucha, respeto, etc.
La disciplina del yoga a pesar de
ser muy antigua no deja de ser muy útil en la actualidad. Los valores,
sabiduría y conocimiento que esta ciencia contiene son muy enriquecedores para
el ser humano, aportando claves para la felicidad y bienestar.
Sus prácticas son herramientas
que ayudan a la persona a conocerse mejor, a encontrar la calma, el
equilibrio, a ser uno mismo. Ahora más que nunca se hace necesario este tipo de
prácticas, donde la sociedad se mueve a una velocidad de vértigo.
La experiencia concreta hace ya
unos años en un aula con niños de edades comprendidas entre 6 y 8 años nos
sirvió de experimento para comprobar que algunas de las prácticas del yoga
pueden ser de gran utilidad en el aula. Esta experiencia nos permitió
establecer unas bases para aplicar el yoga en el ámbito de la educación.
El sistema del yoga está diseñado
inteligentemente desde hace miles de años con la finalidad de integrar y
trabajar el cuerpo físico, emocional y mental. Esto nos permite enfocarlo hacia
el aspecto que más nos interese en cada momento, adaptando las prácticas a la
edad y a las necesidades individuales.
El yoga contribuye a desarrollar
habilidades y descubrir capacidades. En definitiva a ser mejores personas e
integrarnos en la sociedad.
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