viernes, 3 de febrero de 2017

Abrazar los conflictos a través del teatro



Daniele Cibati. Escuela de teatro TRES Social.

Mirar al mundo en este momento histórico, aunque sea con una mi­rada distraída, es darse cuenta del aumento vertiginoso de retos a los que nos encontramos como socie­dad humana.

Retos medioambientales, sociales y culturales que, lejos de ser en­frentados de manera eficaz, pare­cen expandirse como sombras en nuestra realidad, generando des­confianza y alienación.

Y nosotros, desde nuestra peque­ñez, no somos ajenos a esta des­confianza, a esta alienación: los reflejos de las turbulencias en el sistema-mundo afectan en casca­da a los subsistemas conectados: el barrio, la escuela, la familia.

Los conflictos en nuestro entorno se hacen cada vez más presentes: acoso escolar, violencia de género, delitos de odio por cuestiones de etnia, religión, orientación sexual…, conflictos que aumentan mientras que se reducen los ejemplos de so­luciones eficaces y sostenibles.

Está claro que necesitamos solu­ciones nuevas. Lo que aún no pa­rece ser muy evidente, a pesar de los fallos reiterados, es que solu­ciones nuevas solo podrán encon­trarse si empezamos a pensar de manera novedosa, diferente, sobre la misma realidad.

Y otra manera para pensar es, ine­vitablemente, un re-pensar nues­tra manera de crear conocimiento, de crear soluciones.

Sumergidos en los últimos 500 años de modernidad, donde el monopolio del pensamiento lógi­co racional (¡Pienso luego soy!) ha sido nuestro único instrumento de acercamiento a la realidad, tal vez es el momento de redescubrir al ser humano y sus capacidades.

Este redescubrir es encontrar que además del cerebro tenemos re­des neuronales en el corazón y en el intestino. Que además de pen­sar con la cabeza, podemos pensar con el corazón, con el cuerpo.
Que somos seres tri-cerebrados y como tales deberíamos poder pensar nuestra realidad. Y que, además, somos seres gregarios y, por lo tanto, podemos pensar la realidad y nuevas realidades de manera colectiva, conectados.

De entre las propuestas novedo­sas que están surgiendo en estos años para poder facilitar el nece­sario cambio social desde este re-pensarse, nos encontramos con el teatro social: una categoría me­todológica de construcción colec­tiva de conocimientos a través de la sinergia entre cuerpo, reflexión crítica y emociones.

En esta categoría, el Teatro-Foro es tal vez una de las herramientas más conocidas para el impulso de procesos de diálogo colectivos entre personas que viven los con­flictos y que buscan soluciones eficaces.

¿Qué es el Teatro-Foro? Es una experiencia colectiva, participati­va y dinámica donde, a través de la novedosa interrelación entre el público y la obra en escena, a tra­vés del cuerpo, las emociones y la reflexión crítica, se avanza con­juntamente para comprender las causas sistémicas que generan la violencia que vivimos en nuestro entorno.


Las experiencias que se están dan­do en diferentes lugares de Espa­ña sobre el uso del Teatro-Foro para, por ejemplo, generar proce­sos de convivencia escolar son es­peranzadoras: reflexionar conjun­tamente alumnado, profesorado y familias, sobre los conflictos en el aula, protagonizando la posibili­dad de poner conciencia sobre sus propias vivencias, a través de esta nueva integralidad cabeza-cuer­po-corazón-conexión es lo que nos está mostrando, ahora mismo, no solo que es posible un cambio, sino que ya estamos en el camino de su producción.

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