Daniele Cibati. Escuela de teatro TRES Social.
Mirar al mundo en este momento histórico,
aunque sea con una mirada distraída, es darse cuenta del aumento vertiginoso
de retos a los que nos encontramos como sociedad humana.
Retos medioambientales, sociales y
culturales que, lejos de ser enfrentados de manera eficaz, parecen expandirse
como sombras en nuestra realidad, generando desconfianza y alienación.
Y nosotros, desde nuestra pequeñez, no
somos ajenos a esta desconfianza, a esta alienación: los reflejos de las
turbulencias en el sistema-mundo afectan en cascada a los subsistemas
conectados: el barrio, la escuela, la familia.
Los conflictos en nuestro entorno se
hacen cada vez más presentes: acoso escolar, violencia de género, delitos de
odio por cuestiones de etnia, religión, orientación sexual…, conflictos que
aumentan mientras que se reducen los ejemplos de soluciones eficaces y
sostenibles.
Está claro que necesitamos soluciones
nuevas. Lo que aún no parece ser muy evidente, a pesar de los fallos
reiterados, es que soluciones nuevas solo podrán encontrarse si empezamos a
pensar de manera novedosa, diferente, sobre la misma realidad.
Y otra manera para pensar es, inevitablemente,
un re-pensar nuestra manera de crear conocimiento, de crear soluciones.
Sumergidos en los últimos 500 años de
modernidad, donde el monopolio del pensamiento lógico racional (¡Pienso luego
soy!) ha sido nuestro único instrumento de acercamiento a la realidad, tal vez
es el momento de redescubrir al ser humano y sus capacidades.
Este redescubrir es encontrar que además
del cerebro tenemos redes neuronales en el corazón y en el intestino. Que
además de pensar con la cabeza, podemos pensar con el corazón, con el cuerpo.
Que somos seres tri-cerebrados y como
tales deberíamos poder pensar nuestra realidad. Y que, además, somos seres
gregarios y, por lo tanto, podemos pensar la realidad y nuevas realidades de
manera colectiva, conectados.
De entre las propuestas novedosas que
están surgiendo en estos años para poder facilitar el necesario cambio social
desde este re-pensarse, nos encontramos con el teatro social: una categoría metodológica
de construcción colectiva de conocimientos a través de la sinergia entre
cuerpo, reflexión crítica y emociones.
En esta categoría, el Teatro-Foro es tal
vez una de las herramientas más conocidas para el impulso de procesos de
diálogo colectivos entre personas que viven los conflictos y que buscan
soluciones eficaces.
¿Qué es el Teatro-Foro? Es una
experiencia colectiva, participativa y dinámica donde, a través de la novedosa
interrelación entre el público y la obra en escena, a través del cuerpo, las
emociones y la reflexión crítica, se avanza conjuntamente para comprender las
causas sistémicas que generan la violencia que vivimos en nuestro entorno.
Las experiencias que se están dando en
diferentes lugares de España sobre el uso del Teatro-Foro para, por ejemplo,
generar procesos de convivencia escolar son esperanzadoras: reflexionar
conjuntamente alumnado, profesorado y familias, sobre los conflictos en el
aula, protagonizando la posibilidad de poner conciencia sobre sus propias
vivencias, a través de esta nueva integralidad cabeza-cuerpo-corazón-conexión
es lo que nos está mostrando, ahora mismo, no solo que es posible un cambio,
sino que ya estamos en el camino de su producción.
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