Una de las actividades complementarias del currículum
académico ordinario de mi hija en 6º curso de Primaria que me pareció más interesante
se denomina “Cuadernos de cine”.
Consiste en el visionado de películas y en el trabajo sobre
ellas a través de un cuadernillo de actividades; y forma parte del programa de
educación para la salud impulsado por la Consejería de Salud del Gobierno de
La Rioja.
Resulta, en mi opinión, un magnífico ejercicio para
reflexionar, suscitar dudas, crear opinión y debate, e ir forjando valores a
través del análisis de experiencias, situaciones y hechos como la disciplina
escolar, las normas, la ayuda mutua, el acoso, el bullying, la reflexión sobre
la propia identidad, sobre las diferencias de género, la vocación y la
capacidad de elegir, sobre el valor de la familia, el consumismo, el respeto
por la vida, la ecología, etc.
Hay que hacer notar que no se trata de cine específicamente
infantil, sino cine para adultos que los niños pueden ver con interés y que
les ayuda en su proceso de madurez al enfrentarles a situaciones del mundo
real. Pienso que es un acierto reconocer el potencial de los niños para
desentrañar el entorno que les rodea si se les acompaña adecuadamente.
Las películas fueron títulos conocidos como “Los chicos del
coro” y “Billy Elliot”, además de otro que pasó por cartelera de modo más discreto:
“Sam Woo y su abuela”, cinta que compitió en su día en el festival internacional
de cine de Toronto.
Igual de atractiva me parece la campaña escolar que acerca a
los niños al teatro. Mi hija conoció el Teatro Bretón precisamente a través de
la misma; pienso que obras, montajes y el propio espacio físico donde se llevan
a cabo poseen un gran valor educativo. Y la introducción temprana de estas
experiencias hace que el disfrute y el aprendizaje a través del arte se
incorpore de modo natural en los escolares.
Hace un tiempo tuve la alegría de encontrarme en el
vestíbulo del Teatro Bretón a un alumno del IES Batalla de Clavijo que había
participado en una tertulia sobre adolescentes y botellón, al finalizar una
representación de “El perro del hortelano”. Botellón y Lope de Vega en una
misma experiencia vital. Lo lógico es que prevalezca el arte pero, ¿cómo conseguirlo
si los adultos no facilitamos a los alumnos su acercamiento directo a las
bellas artes, a la danza, al cine, al teatro, a la música?
Los padres podemos propiciar fácilmente espacios de
encuentro en torno a una película, una serie, un espectáculo de magia, la
visita a una exposición, un concierto, etc., actividades todas ellas que, además
de hacernos pasar un buen rato, fortalecen los vínculos dentro de la familia.
Por último, creo que sería muy útil revisar los currículums
académicos, marcados por libros de texto con muchos contenidos y deberes, y
ampliar más decididamente el aprendizaje a actividades que tengan que ver con
todas las facetas de la personalidad de los escolares. El objetivo final es que
nuestros hijos e hijas sean personas maduras, competentes y felices.
Descárgate el PDF de esta publicación.
Descárgate el PDF de esta publicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario