José Ramón Palacios
Castro. Crianza Riojana.
No es cierto que el acceso al magisterio sea muy exigente,
ya que el Grado de Magisterio está tan devaluado que gran parte de quienes lo
eligen lo hacen por no haber podido acceder a otros estudios. Magisterio es,
habitualmente, la última opción. Y el acceso está regulado prácticamente de
manera única por la nota de corte. Con esta base, difícilmente podremos
conseguir un profesorado de calidad.
Después, el acceso al puesto de trabajo y la estabilidad,
con ser costosos, se conseguirán principalmente por antigüedad. A resultas de
todo ello, un perfecto inútil para la docencia, sin vocación, actitud o
aptitud de ningún tipo, puede llegar incluso a director de colegio si tiene la
suficiente paciencia. Es un coste social y económico inasumible, por ineficiente,
pretender cribar al final del proceso y ponerse a echar a profesores que “no
dan la talla”. El filtro hay que ponerlo mucho antes. Idealmente, desde el
primer día. Desde el acceso a Magisterio.
En Finlandia, por ejemplo, (ese espejo en el que todos nos
queremos mirar en cuanto a resultados, pero que nadie mira en cuanto a
funcionamiento), para ingresar a los estudios de Magisterio se tiene en cuenta
la nota final de secundaria, una entrevista personal y otros méritos, siendo
cada parte un tercio de la puntuación.
¿Qué hacemos mientras tanto con los actuales profesores que
no hubiesen tenido ninguna oportunidad de estudiar Magisterio en un sistema
como el finlandés? Bastaría con que la dirección, la jefatura de estudios, la
orientación pedagógica, etc., se consiguiese por una meritocracia real, y que
las familias tuviesen voz y voto real, como con las Comunidades de Aprendizaje.
Estas medidas relegarían a los “malos profesores” a los lugares donde menos
daño puedan hacer, bajo las directrices de quien realmente merezca dirigir la
educación.
Para conseguir calidad no podemos seguir desprestigiando
aún más la función docente, sumando ahora, al hecho de ser Magisterio el “coche
escoba” de los estudios universitarios, la consideración de más “adocenados” y
más “prescindibles” que otros funcionarios y servidores públicos. ¿O es que el
sistema no “adocena” a los médicos, a los enfermeros, a los policías, a los
bomberos...?. La diferencia está en que la sociedad tiene claro que no
cualquiera vale para esas profesiones, y que la criba se produce
fundamentalmente desde el primer día y no con evaluaciones posteriores.
Todos conocemos profesores que no merecen ese calificativo.
Y algunos los sufrimos en carnes propias. Pero apelar a “criterios
empresariales” para recurrir a la sempiterna querencia española de “echar
funcionarios a la calle” como solución a todos los problemas, especialmente el
de la educación, es demostrar bastante ignorancia de la situación de otros
países y de la razón de ser de la estabilidad funcionarial.
Gracias caballero.....gente como tu es la que desprestigia nuestra profesión....Si la envidia fuera tiña......Iván
ResponderEliminarCreo que todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión sin por ello ser menospreciado, el autor de este artículo expresa su preocupación por el estado de una profesión que es la base de nuestra sociedad, ya que es la que forma a nuestros hijos. Estoy de acuerdo en que ahora mismo no goza del prestigio que se merece. ¿Las razones? quizás muchas más aparte de que si su acceso es fácil o complejo. Influye también la valoración social, la vocación, el compromiso. Muchas razones que, ahora mismo, hacen que magisterio no sea la primera opción para los alumnos que, supuestamente, están mejor preparados para entrar a la Universidad.
ResponderEliminarDesde luego que todos tenemos el derecho de expresar nuestra opinión...por eso yo expreso la mía-.....y lo que para mí es una ataque contra la figura del profesor.... "un perfecto inútil para la docencia, sin vocación, actitud o aptitud de ningún tipo, puede llegar incluso a director de colegio si tiene la suficiente paciencia"...que sabrá el caballero...acaso es profesor????? o es uno de esos directores inútiles??? me parece una falta de respeto a las personas que cada mañana nos levantamos para educar a los hombre y mujeres de mañana...
ResponderEliminarPor otro lado, la profesión de maestro es pura vocación...y si no lo sabe se lo digo yo... para que quiero un ingeniero aeronaútico si luego no sabe cómo transmitir, no sabe cómo llegar a los más profundo de la mente de nuestros niños, no sabe arracan una sonrisa en un niño que ha tenido un mal día en casa...
Con artículos como éste han hecho flaco favor a nuestro sistema educativo, que ya de por sí está bastante perjudicado..GRACIAS
Este artículo, aunque un primer vistazo corporativista no lo vea, es en defensa de los profesores. De los buenos profesores, que son la mayoría. E incluso de los malos: donde en otros artículos se abogaba por una evaluación y "expulsión" ( http://www.fundacionpioneros.org/fileadmin/usuario/documentos/publicaciones/17_Consultorio_Pioneros_22092011.pdf ), yo defiendo que la condición de funcionario está antes y tiene en sí misma un valor como para tenerla en cuenta. Si se lee atentamente el artículo, pongo en valor la estabilidad profesional de los profesores, poniéndola al nivel de médicos, enfermeros, policías o bomberos. Cuando se piensa en "funcionarios vagos, adocenados o incapaces", los profesores son de los primeros en venir a la mente. Y yo me rebelo ante eso. Quien se sienta atacado que relea el artículo más despacio.
ResponderEliminarSigo. Pero más allá de opiniones, intento aportar DATOS. Y el dato es que el prestigio del docente en países como Finlandia parte desde el mismo acceso a Magisterio. Y en España... no tengo datos sobre el porcentaje de "vocación" existente en el primer curso de Magisterio, pero me sorprendería que fuese superior al de primer curso de otros estudios. Nadie espera que los que obtienen mejores expedientes en secundaria elijan Magisterio. Elijen Derecho, Medicina, Telecomunicaciones, ... pero ¿Magisterio?. No. Con lo que muchas veces elije Magisterio no quien quiere, si no quien puede. O, más bien, quien no puede elegir otra cosa. Esto no tiene por qué interpretarse como un ataque a la figura del profesor, los cuales, si realmente les interesa mejorar el sistema educativo, deberían ser los primeros en poner en valor los estudios de magisterio y apoyar la evaluación de medidas similares a las que se dan en Finlandia. A no ser que su corporativismo y su sensación de "agravio comparativo" (si endurecen el acceso a Magisterio todo el mundo me podrá señalar como de la "vieja escuela", de los que entramos cuando era más fácil) esté por encima de su preocupación por el "perjudicado sistema educativo".
Hoy en día, más que nunca, todo el mundo vuelve la vista hacia la educación. Recortes, evaluaciones, opiniones... Con este artículo he intentado oponerme a una degradación de la figura del docente a mero empleado (y si no da la talla, a la calle), como de alguna manera se defendía en el artículo referido al principio, a pesar de que haya quien se hace merecedor de ello. Y, a la vez, aportar datos en referencia a cómo se hace algo, en otros países, en lo que no se suele pensar cuando se habla de evaluación y prestigio docente: el acceso a Magisterio. (Datos extraídos de un "Cuadernos de Pedagogía", en el que se relataba el viaje de 3 profesoras españolas a Finlandia).