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viernes, 5 de febrero de 2016

Seguimos "Construyendo sonrisas"

Cloty López, directora del Centro de Formación de Fundación Pioneros.

Los días 11,12 y 13 de diciembre de 2015, un grupo de educadores y educadoras de Fundación Pioneros acompañamos a 4 alumnos del programa Aulas Externas a recoger el 2º Premio Nacional de Aprendizaje y Servicio, que les habían otorgado en la categoría de Bachillerato y ESO, el cual se entregó en Valencia. 

Estos premios eran la primera vez que se otorgaban y los organizadores, la Red Española de Aprendizaje-Servicio, Educo y Editorial Edebé, han querido reconocer al proyecto de ApS Construyendo Sonrisas, como una práctica de éxito educativo y compromiso social

Estos 4 alumnos que fueron a Valencia, representaban a otros 27 jóvenes del programa Aulas Externas, protagonistas de este proyecto ya que soñaron, crearon, debatieron, dinamizaron, aprendieron e hicieron posible que se llevara a cabo junto con las alumnas y alumnos del CEIP Caballero de la Rosa

Cuando les preguntamos a los protagonistas por el reconocimiento recibido, ellos responden con los sentimientos y emociones que han vivido al llevar al cabo este proyecto “emocionados al ver la reacción de los niños” y “orgullosos de sí mismos por el trabajo realizado” y, sobre todo, destacan las interacciones que se han generado entre niños, profesoras, educadores, instituciones..., en definitiva han destacado los vínculos generados entre las personas que participan en el proyecto. 

Construyendo Sonrisas continúa este curso con nosotros, los alumnos así lo han decidido y el equipo educativo no ha dudado en seguir acompañándoles en este nuevo sueño, decimos nuevo porque antiguos alumnos han sabido transmitir los aprendizajes y la ilusión por el servicio a las nuevas y nuevos compañeros. 

Y no lo hemos dudado porque esta metodología nos permite conseguir metas educativas integradoras, que de otra forma sería muy difícil, como por ejemplo: 

  • Mantener la motivación, lo cual nos permite acelerar aprendizajes, despertar proyectos personales de futuro, que distintas capacidades sean necesarias para llevar a cabo las distintas tareas por lo tanto alumnos muy diferentes se sienten capaces y protagonistas. 
  • También a una mejora de la convivencia, un desarrollo de la confianza que se traduce en formas de comportamiento, por lo tanto vamos construyendo identidad, moralidad y conocimiento. 
  • Realizar este proyecto de ApS, en la parte vinculada al servicio, supone un cambio de rol de nuestros alumnos, respecto a la “institución escuela”, pasando a ser alumnos que generan un beneficio en el colegio Caballero de la Rosa, el cual es visto, reconocido y valorado como apoyo, ingredientes que contribuyen a la autoestima, la creatividad, iniciativa y empatía. 
  • Un agente clave en nuestro centro, son las familias, y ellas también han hecho una apuesta por continuar con este proyecto de Aprendizaje y Servicio, por todos los elementos que está aportando este proyecto a sus hijos. 

Desde el Centro de Formación de Pioneros, seguimos apostando e impulsando metodologías que nos permitan generar oportunidades y acompañar procesos de una participación y un protagonismo más profundo, en las vidas de cada joven y en las decisiones que toman y en la comunidad que les rodea. 

Tenemos claro que el experienciar ciertos valores y aprendizajes van a generar un nuevo enfoque en las tareas académicas, un desarrollo en la responsabilidad, en la capacidad para enfrentarse a la toma de decisiones sobre todo en situaciones no favorables, y también a establecer marcos de relaciones humanas más satisfactorias.

viernes, 6 de noviembre de 2015

“Nos ha llamado la atención la profesionalidad de los jóvenes de Pioneros”

Aitor Zenarruzabeitia es el jefe de estudios del colegio Caballe­ro de la Rosa donde los jóvenes del Taller de Pioneros han reali­zado el proyecto de Aprendizaje Servicio Construyendo Sonrisas.

¿Cómo ha visto las competen­cias de los chavales de Pione­ros en este APS?
La competencia que yo he visto que se desarrolla más claramen­te es la competencia social en el sentido de que los jóvenes de Pioneros han venido al colegio a presentar los productos que han trabajado para este proyecto de Aprendizaje Servicio, APS. Esto requiere que en algunos momen­tos han tenido que realizar los productos en directo, y en otros, exponerlos en las aulas. En am­bos casos siempre ha habido una relación con los pequeños y ha supuesto primero valorar el pro­pio producto y después sentirse orgullosos de que han aportado su trabajo al colegio.

¿Cómo ha sido la respuesta de Pioneros ante la solicitud del Caballero de la Rosa para este proyecto?
Entusiasta, descomunal, implica­da al máximo, muy comprome­tida. Nos ha llamado la atención la profesionalidad de los jóvenes que están muy bien guiados por todos los profesionales de Pio­neros. Ha sido una respuesta ilu­sionada y técnica, es decir, con rigor, que no se está haciendo un “trabajito”, las cosas se hacen bien y con una calidad tremenda y creo que con enorme entusias­mo, cada vez tienen más confian­za como si esto fuera un lugar para ellos como puede ser para un escultor un museo. Un lugar donde las obras van a perdurar y un servicio que queda ahí del que sentirse orgulloso y por su­puesto que les va a suponer una autoestima muy grande de decir “yo estoy aportando” además, al propio sistema educativo, que es como darle la vuelta a la trayecto­ria que han tenido estos mucha­chos y muchachas.

¿Qué relación se ha creado en­tre el Caballero de la Rosa y Pioneros?
Una relación creciente, en un pri­mer momento fueron las aulas de infantil y primero y segundo, fue muy cercana porque era entrar en ellas, explicar los juegos que habían realizado y enseñarles a los niños a jugar. Esto mismo se­ría interesante poder hacerlo en los juegos de patio que han reali­zado y organizar por ejemplo un recreo cooperativo donde ellos puedan monitorizar los momen­tos de juego y explicarlos.

¿Qué aporta al colegio este proyecto?
Aporta una serie de trabajos y de juegos que nosotros los profeso­res no tenemos ni el tiempo ni la artesanía para poder realizar. Es acceder a unos trabajos a la carta porque hemos dialogado sobre cómo queríamos estos juegos, hemos creado tamaños especia­les, macro tamaños, y todo este desarrollo solo se puede hacer con un proyecto de Aprendizaje Servicio, donde ellos captan muy bien el interés educativo de estos juegos y lo aportan tal cual.

¿Cómo han recibido los más pequeños este proyecto?

El lema del proyecto Aprendi­zaje Servicio lo dice muy bien: “Construyendo sonrisas”, cuando hemos visto las caras de los críos el día que estaba terminado el úl­timo circuito de ruedas, lo decía todo. Estaba todo infantil enca­ramado en estas ruedas, cuando les ibas a preguntar sobre todo a las grandes si les gustaba o no, decían “sí, estamos felices por­que estamos jugando en altura, como si fueran montañas”.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La esfera violeta del Aprendizaje-Servicio

Roser Batlle Suñer, pedagoga, especializada en Aprendizaje-Servicio.

Mezclando el azul de los aprendizajes con el rojo de una acción de servicio a la comunidad se consigue el color violeta del aprendizaje-servicio.

Esta imagen plástica subraya uno de los valores más significativos del aprendizaje-servicio, una metodología que se extiende como una mancha de aceite: sumar objetivos tradicionalmente separados. 

En nuestro imaginario colectivo, para ser más sabio vas a la escuela, pero para ser más bueno, vas a una ONG. Pero, parafraseando a Adela Cortina, no se construye una sociedad más justa con ciudadanos mediocres, y por tanto los esfuerzos educativos deben dirigirse a formar ciudadanos competentes, capaces de transformar el mundo. Este anhelo integrador, sumatorio, está en la base del aprendizaje-servicio. 

En nuestro país tenemos una larga tradición de escuelas e institutos que impulsan cada año acciones solidarias. A veces se aprovechan las campañas navideñas, actuaciones de defensa de la naturaleza, hermanamientos con escuelas de otros países… Estas acciones representan un compromiso social del centro educativo con el entorno y una voluntad educativa de incidir no sólo en la formación académica del alumnado, sino también en sus valores cívicos, en el fomento de la ciudadanía.

Sin embargo, frecuentemente las acciones solidarias se llevan a cabo al margen de los contenidos escolares. Se viven como un complemento que se añade a un programa de asignaturas ya de por sí muy apretado. El servicio a la comunidad, hoy por hoy, no forma parte del currículum. En consecuencia, si hay tiempo se hace, y si no, pues no se hace y no pasa nada.

Pero en el momento actual, y en diversas poblaciones españolas, muchas escuelas, institutos y centros de educación no formal están descubriendo una manera de integrar el servicio a la comunidad en el plan de estudios, colaborando con entidades sociales. Esto es el aprendizaje-servicio (ApS): proyectos educativos con utilidad social en los que se funde la intencionalidad pedagógica con la solidaridad.

Uno de los ejemplos más claros es el proyecto Campaña de Donación de Sangre donde chicos y chicas de primaria y secundaria, en el marco de las asignaturas de Ciencias Sociales, Ciudadanía, Lenguaje o Biología, desarrollan su propia campaña en el vecindario, colaborando con el Banco de Sangre de la localidad. Así consiguen aplicar y profundizar contenidos curriculares, pero no sólo se logra eso: estos proyectos consiguen casi el doble de donaciones y casi el doble de nuevos donantes que las campañas ordinarias del Banco de Sangre.

El ApS une el éxito escolar con el compromiso social de niños, niñas y jóvenes, de manera que les proporciona la oportunidad de actuar como ciudadanos, haciendo un servicio a los demás y aprendiendo de esta experiencia. 

En nuestro país ya lo estamos descubriendo y alimentando. Los días 19, 20 y 21 de tendrá lugar en Logroño el VII Encuentro de la Red Española de Aprendizaje-Servicio, una red que reúne los grupos promotores que existen en 14 CCAA.

Fieles al espíritu integrador del aprendizaje-servicio, estos grupos territoriales intentan acoger diversos sectores educativos y sociales: profesorado, entidades sociales, universidades, administraciones públicas, sector privado, a fin de compartir conocimientos y experiencias, bajo la idea general de que el aprendizaje-servicio es patrimonio de todos.

La experiencia de estos últimos diez años confirma que impulsar la esfera violeta del aprendizaje con el servicio exige también mestizaje de niveles, actores y sensibilidades. Hay que desprenderse de la vieja y trasnochada práctica de que cada actor educativo y social trabaja en solitario. En el aprendizaje-servicio el trabajo en red es la paleta base donde se mezclan los colores.

viernes, 22 de junio de 2012

Una experiencia personal


Maikel Jiménez Echevarría. Alumno de PCPI en Fundación Pioneros.

Hola, me llamo Maikel Jiménez, ten­go 17 años y ahora estoy realizando el PCPI de Soldadura de Pioneros. Voy a intentar contaros, a mi ma­nera, mi experiencia en Yécora ha­ciendo los trabajos en el chozo y los alrededores, una experiencia muy bonita y nueva para mí.
Un día en clase nos hablaron que cerca de la ermita de Yécora había un sitio muy bonito con un guar­daviñas, que estaba en malas con­diciones, estuvimos hablando si queríamos arreglarlo y sobre los trabajos que se podían hacer, algu­nos compañeros no querían porque dijeron que teníamos que ir a coger muchas piedras y quitar muchos pinchos, pero otros sí, así que al final fuimos a verlo y hablando y deba­tiendo en clase decidimos hacerlo, yo creo también un poco por salir fuera de clase un día a la semana.
Normalmente llego a Pioneros a las 7:45 de la mañana, es muy temprano pero siempre llego de los primeros. A las 8:00 empezamos las clases, casi siempre hacemos lengua y mates pero a veces también trabajamos otras cosas, sobre todo los miércoles que eran los días que íbamos a hacer el Aps (Aprendizaje Servicio) del cho­zo. Esos días pensábamos el material que íbamos a necesitar o mirábamos si teníamos que comprar algo, si te­níamos que hacer estos trabajos u otros, también nos ponían vídeos de empedrados, de jardinería y demás. Cuando acababa la clase nos ponía­mos el buzo y las botas y cargába­mos todo el material en la furgoneta para salir rápido del centro.
Los trabajos que nos propusimos hacer eran arreglar un chozo, que estaba lleno de matas y pinchos; ha­cer un empedrado con una marga­rita dentro con cal y piedras redon­das de diferentes colores; y hacer un camino lleno de piedras como los de los romanos. Tuvimos que hacer muchos viajes por el campo para encontrar piedras grandes y planas para ponerlas en el suelo y juntarlas con mortero de cal.
Hemos trabajado mucho, gracias al trabajo en equipo las cosas nos han salido bastante bien y nos ha que­dado un sitio muy chulo. A veces ha habido algún problemilla pero lo hemos solucionado poco a poco con la ayuda de los educadores y de los otros chavales, hemos hablado intentando no ponernos nerviosos.
Siempre me ha gustado salir al aire libre y al campo porque me siento más tranquilo y se trabaja mejor, además la relación con los moni­tores ha sido muy buena, aunque estaban un poco pesaditos con las piedras, hemos pasado mucho tiempo juntos y hemos hecho un gran equipo.
Creo que a la gente del pueblo le gusta lo que hacemos y siempre nos saludan. Al principio pensaba que nos tenían que pagar algo o darnos algo por nuestro esfuerzo y trabajo pero ahora pienso que hago co­sas útiles y bonitas que van a estar mucho tiempo ahí y que las van a disfrutar durante mucho tiempo, como el camino del chozo que es­taba con muchas matas de hierbas y no podía caminar la gente por él y tampoco disfrutarlo, ahora en cam­bio a la gente le gusta pasear por él, incluso han hecho un cartel con una foto para saber donde está.
Yo no sabía lo que era esto del aprendizaje y servicio hasta que mi monitor me pidió ayuda para la charla y me explicó que era lo que trabajábamos en Yécora y la mane­ra de hacerlo. Yo lo he querido con­tar para que veáis que es algo muy bueno y me gustaría que los demás institutos lo hicieran para mejorar la relación de los profes con los alumnos, porque yo al principio era muy solitario y gracias al trabajo en equipo y a muchas conversaciones y momentos buenos que hemos vi­vido ahora soy una persona que me sé controlar y se afrontar los proble­mas con más calma.