Víctor García Lorente. Psicólogo clínico. Educador en
Medidas Judiciales de Fundación Pioneros.
Prácticamente nadie desconoce las recomendaciones oficiales
del Gobierno y profesionales para el confinamiento reflejadas en páginas web,
noticias en televisión, mensajes virales, etc. Son muy similares y acertadas en
los puntos que describen: seguir las recomendaciones oficiales de medidas de
prevención, mantener rutinas diarias (de sueño, comidas, deporte, ocio,
higiene…), contactar con familiares y amistades, evitar la sobre información
(centrarse solo en noticias oficiales y contrastadas científicamente), etc.
En este artículo voy a centrar el foco en la parte más
relacional y convivencial de la cuarentena con hijos e hijas y con la pareja.
La máxima intensidad interaccionalmente hablando es la que
introduce a hijos e hijas en la ecuación. Nos encontramos que la atención que
padres y madres les dedican es inversamente proporcional a su edad, es decir,
cuanta menos edad tienen más atención y cuanto más mayores, menos. Todo esto es
normal por la disminución de necesidades básicas parentales al aumentar la
edad. No obstante voy a apuntar,
partiendo de las diferentes etapas, aspectos que son más fácilmente
descuidables:
En la etapa infantil, hay que intentar facilitar algunos
momentos de auto-juego, es decir, fomentar que comiencen a entretenerse solos
para comenzar así a trabajar su autonomía y para facilitar el descanso de
madres y padres. Esto no quita el que haya que acompañarles la gran parte del
día tanto en tareas formativas como lúdicas.
En la etapa de primaria, además del auto-juego también hay que
introducir algo de autonomía en sus tareas formativas y fomento de algunas
tareas domésticas. Esto no quita que haya que invertir un tiempo importante en
supervisar sus tareas formativas y compartir tiempo de ocio.
En jóvenes de secundaria todo lo contrario, es decir,
tienden a aislarse más, por lo tanto, es importante fomentar momentos de
conversación sobre sus intereses y preocupaciones, además de compartir algunos
momentos de ocio. También, destacar la importancia de la adecuada resolución de
conflictos ya que el factor de marcharse de la situación de conflicto y
airearse para relajar la situación se elimina. Por ello, se sugiere en la
medida de lo posible, cortar la discusión y separarse físicamente en el momento
en el que se comience a aumentar el tono de voz (en la medida de lo posible ya
que no se puede salir del domicilio) siempre emplazándola a otro momento más
tranquilo, es decir, no eliminándola si no aplazándola.
En cuanto a la interacción entre parejas, destacar que, a
causa de la cuarentena, se va a producir un contacto convivencial muy superior
al habitual. Esto tiene, evidentemente, ventajas e inconvenientes. Las ventajas
son relativas al aumento de la comunicación (más conversaciones y de más
temas), aumento del contacto (afectivo y sexual), aumento de actividades en
común y reparto de tareas domésticas (esto también es fuente de conflictos en
algunos casos). Los inconvenientes suelen venir derivados por el exceso o el
fracaso en la negociación de algunos de los aspectos anteriores, por el exceso
de expectativas sobre la pareja o por trastornos derivados del aislamiento.
Para evitar o disminuir dichos inconvenientes, se sugiere: mantener espacios
individuales a diario (lectura, meditación, juego…), hacer planes por consenso,
conseguir ceder en algunas ideas o intenciones , nombrar también las cosas que
no nos están gustando de nuestra pareja, repartir los tiempos de intervención
durante las discusiones y, como dijo el psicólogo Javier Urra hace unos días:
“no olvidar decir las palabras clave: te quiero y perdona” a las que yo añado:
“creo que lo has hecho muy bien” y “qué suerte tengo de vivir esta cuarentena a
tu lado”.
Si bien los sentimientos de agobio, frustración, tristeza y
miedo son habituales, por mi experiencia, psicólogos y psicólogas por medio de
la terapia online estamos siendo una herramienta útil a la que recurrir.
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