Matías Salazar
Terreros. Psicólogo.
Hay una leyenda que dice que un día estaban juntos un abuelo
y su nieto. El nieto le dijo al abuelo: mira, abuelo, ¡un lobo¡
El abuelo le dijo: dentro de nosotros hay dos lobos, uno
bueno y otro malo. Y el nieto le preguntó: abuelo, ¿quien es el lobo bueno y el
malo?
El abuelo le dijo: el lobo malo: a.- cuida en exceso su
apariencia física. Se puede decir que casi padece vigorexia, pierde mucho
tiempo delante del espejo, parece un pavo.
b.- Todo lo que hace es para ganar y tener mucho. Así
estudia para tener una buena profesión y ganar mucho dinero.
c.- Se guía en exceso por lo que le gusta, lo que le
apetece. En esto no maneja el freno que tiene: su razón y su conciencia.
d.- Habla mucho de que es libre y de que tiene derechos. Sus
deberes se le olvidan. Esto le pasa en casa, en el “cole”, en la cuadrilla, en
los deportes, en…todo. Con frecuencia se da cuenta de que se ha equivocado,
aunque no lo quiera reconocer ante los demás.
e.- Parece que con “él/ella no hay quien pueda”: va de
perdona vidas, y otras veces va de “padrino”.
La suma de todos estos rasgos es: un figurín, juerguista,
competidor, adorador del dinero, interesado, buscando ser feliz con no excesivo
acierto.
Abuelo, ¿y el lobo bueno? El lobo bueno, respondió el
abuelo,
a.- cuida su salud física mediante la higiene, la
alimentación, el deporte, la evitación de riesgos tontos y no se le ocurre
tocar ninguna droga.
b.- Estudia pensando en la aportación que puede hacer al
bien común de la sociedad.
c.- A veces hace lo que le gusta pero también tiene en
cuenta lo que les gusta a los otros miembros de la manada mientras no se cause
daño a sí mismo. Por eso tiene en cuenta a sus padres, hermanos, amigos, a los otros
lobeznos.
d.- Es libre y por ello se hace cargo de las consecuencias
de sus acciones. Asume tanto las consecuencias positivas y agradables como
las negativas o desagradables. Y así aprende a elegir de forma acertada y no
vive como a ciegas ni al “buen tun tun”.
e.- No se da importancia ni se siente el perejil de todas
las salsas, ni la música de todos los conciertos. No se da “pote”.
Sencillamente está y busca cooperar o ayudar.
La suma de todos estos rasgos es una persona sana,
altruista, bienhechora de la sociedad, alegre por lo que hace y libre hasta la
punta de los zapatos.
Abuelo, ¿y de los dos lobos quién gana?
El abuelo le dijo con sencillez y sabiduría” Gana el lobo
que tú alimentes”.
Y antes de acabar te sugiero algunas advertencias para que
te resulte bien tu vida: Llegar a ser lobo bueno exige 1) reconocer los errores
que cometes y que alimentan al lobo malo: 2) constancia; 3) alguna vez exige
hacer algo que no te agrada o que te supone esfuerzo: sufrir; 4) lleva mucho
tiempo: para llegar a ser lobo bueno tienes tiempo hasta los 99 años, pero
cuanto antes lo logres mejor; y 5) decidir que quieres ser lobo bueno: si no
eliges esto lo probable es que engorde tu lobo malo.
Una buena enseñanza.
ResponderEliminarOjalá todo el mundo enseñase a los niños esta leyenda y ellos aprendiesen desde pequeños el bien que se puede hacer a la sociedad y a nosotros mismos.
Muchas gracias por tu comentario, desde Fundación Pioneros apostamos por la prevención como una de las mejores herramientas de integración siempre centrada en nuestra pedagogía que es enseñar al niño, al adolescente y al joven a amar la vida.
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