viernes, 7 de marzo de 2014

De los dos lobos, ¿quién ganará?

Matías Salazar Terreros. Psicólogo.

Hay una leyenda que dice que un día estaban juntos un abuelo y su nieto. El nieto le dijo al abuelo: mira, abuelo, ¡un lobo¡
El abuelo le dijo: dentro de noso­tros hay dos lobos, uno bueno y otro malo. Y el nieto le preguntó: abuelo, ¿quien es el lobo bueno y el malo?
El abuelo le dijo: el lobo malo: a.- cuida en exceso su aparien­cia física. Se puede decir que casi padece vigorexia, pierde mucho tiempo delante del espejo, parece un pavo.
b.- Todo lo que hace es para ganar y tener mucho. Así estudia para te­ner una buena profesión y ganar mucho dinero.
c.- Se guía en exceso por lo que le gusta, lo que le apetece. En esto no maneja el freno que tiene: su razón y su conciencia.
d.- Habla mucho de que es libre y de que tiene derechos. Sus debe­res se le olvidan. Esto le pasa en casa, en el “cole”, en la cuadrilla, en los deportes, en…todo. Con fre­cuencia se da cuenta de que se ha equivocado, aunque no lo quiera reconocer ante los demás.
e.- Parece que con “él/ella no hay quien pueda”: va de perdona vidas, y otras veces va de “padrino”.
La suma de todos estos rasgos es: un figurín, juerguista, competidor, adorador del dinero, interesado, buscando ser feliz con no excesivo acierto.
Abuelo, ¿y el lobo bueno? El lobo bueno, respondió el abuelo,
a.- cuida su salud física mediante la higiene, la alimentación, el depor­te, la evitación de riesgos tontos y no se le ocurre tocar ninguna dro­ga.
b.- Estudia pensando en la aporta­ción que puede hacer al bien co­mún de la sociedad.
c.- A veces hace lo que le gusta pero también tiene en cuenta lo que les gusta a los otros miembros de la manada mientras no se cause daño a sí mismo. Por eso tiene en cuenta a sus padres, hermanos, amigos, a los otros lobeznos.
d.- Es libre y por ello se hace cargo de las consecuencias de sus accio­nes. Asume tanto las consecuen­cias positivas y agradables como las negativas o desagradables. Y así aprende a elegir de forma acertada y no vive como a ciegas ni al “buen tun tun”.
e.- No se da importancia ni se sien­te el perejil de todas las salsas, ni la música de todos los conciertos. No se da “pote”. Sencillamente está y busca cooperar o ayudar.
La suma de todos estos rasgos es una persona sana, altruista, bien­hechora de la sociedad, alegre por lo que hace y libre hasta la punta de los zapatos.
Abuelo, ¿y de los dos lobos quién gana?
El abuelo le dijo con sencillez y sabiduría” Gana el lobo que tú ali­mentes”.

Y antes de acabar te sugiero algu­nas advertencias para que te re­sulte bien tu vida: Llegar a ser lobo bueno exige 1) reconocer los erro­res que cometes y que alimentan al lobo malo: 2) constancia; 3) alguna vez exige hacer algo que no te agrada o que te supone esfuer­zo: sufrir; 4) lleva mucho tiempo: para llegar a ser lobo bueno tie­nes tiempo hasta los 99 años, pero cuanto antes lo logres mejor; y 5) decidir que quieres ser lobo bue­no: si no eliges esto lo probable es que engorde tu lobo malo.

2 comentarios:

  1. Una buena enseñanza.
    Ojalá todo el mundo enseñase a los niños esta leyenda y ellos aprendiesen desde pequeños el bien que se puede hacer a la sociedad y a nosotros mismos.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, desde Fundación Pioneros apostamos por la prevención como una de las mejores herramientas de integración siempre centrada en nuestra pedagogía que es enseñar al niño, al adolescente y al joven a amar la vida.

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